viernes, 26 de febrero de 2016

Con el culo al aire...

The New York Times critica que “la ley antiterrorista en España permite la caza de brujas”

La cabecera retoma la polémica de los titiriteros para reflexionar sobre las “amenazas a las libertades de manifestación y expresión” tras el temor al terrorismo.

The New York Times
The New York Times
 /  • 11:21
“Era un show de títeres en la calle durante los carnavales de Madrid. Un policía trataba de detener a una bruja. El títere del policía sostenía una pancarta que decía “Gora AlKa-ETA” y jugaba con las palabras Al Qaeda y ETA”, recuerda un artículo del The New York Times, que también recoge la controversia por los tuits del concejal madrileño Guillermo Zapata o el juicio por la manifestación en la capilla de la Complutense de la portavoz municipal Rita Maestre.

Según el rotativo, el arresto de los dos actores acusados de enaltecer el terrorismo demostró que los titiriteros tenían razón: “La ley antiterrorista en España permite la caza de brujas”. New York Times destaca que este caso “no es un hecho aislado”, sino que forma parte de “una serie de hechos que ha desatado un debate sobre las amenazas a las libertades de manifestación y expresión en España y, por extensión, en una Europa que le teme al terrorismo”.

Recuerda que asociaciones de derechos civiles y juristas muestran su preocupación por el modo en que la ley se utiliza y adapta a medida que el extremismo islámico se convierte en la nueva preocupación europea. “Una vez que las prohibiciones se convierten en ley, aunque suceda en respuesta a motivos de seguridad reales, no hay manera de limitar cómo serán aplicadas en el futuro”, subraya.

Recuerda que el Ejecutivo de Mariano Rajoy “endureció la ley para poder aplicársela al terrorismo islamista”. Pero destaca que con la llamada 'ley mordaza' se “penaliza con dureza las manifestaciones en público no autorizadas”.

El New York Times repasa los ejemplos más emblemáticos del fenómeno para explicar cómo “la frontera que separa terror y cultura, los límites de la protesta, están siendo puestos a prueba en otros casos”. Recuerda el caso del rapero español César Montaña Lehman, más conocido como César Strawberry, quese encuentra en espera de juicio por escribir tuits que supuestamente enaltecen el terrorismo y para el que la fiscalía pide 20 meses de cárcel. O la situación de Aitor Cuervo Taboada, que se presenta como un poeta revolucionario. Tiene que presentarse ante un juez a finales de febrero y se enfrenta a una posible pena de 18 meses en prisión por publicar textos que según la acusación ensalzan a ETA y ofenden a sus víctimas.

Guillermo Zapata, que resultó elegido concejal de cultura del ayuntamiento de Madrid a principios de 2015, tuvo que dimitir por tuits en los que se le acusó de ofender a los judíos y a una víctima de un atentado de ETA. Y por último, el caso de Rita Maestre, portavoz del Gobierno municipal de la capital, juzgada por ofensa a los sentimientos religiosos.

Los titiriteros hicieron público un comunicado en el que explicaron que su obra no busca ofender, sino “contar una historia de ficción que por desgracia tiene muchas similitudes con la realidad que nos ha tocado vivir estos días”, concluye el rotativo haciéndose eco de las palabras de los actores.

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