domingo, 21 de febrero de 2016

Cuatro aspirantes a Rector...

Voy con Lazo....



Cuatro candidatos aspiran a gobernar la Universidad después de la crisis

Muñiz, García Granda, Sánchez Lazo y Costa marcan diferencias, prometen años de entendimiento con el Principado y más calidad en investigación y docencia // Todos cortejan a los PAS
Susana D. Machargo

Susana D. Machargo

@smachargo
Domingo 21 de febrero de 2016

Está siendo una carrera de fondo no apta para aspirantes explosivos. El final de los dos mandatos de Vicente Gotor al frente de la Universidad de Oviedo y el cambio de ciclo económico asomando por el horizonte espoleó a varios candidatos a anunciar sus intenciones de concurrir a las elecciones al rectorado casi a mitad del mandato. Hace más de un año que se postularon en firme José Muñiz, Santiago García Granda y Pedro Sánchez Lazo. Los tres han ocupado cargos de responsabilidad en el pasado y aparecen vinculados a familias o corrientes arraigadas dentro de la comunidad. El último en saltar a escena ha sido Agustín Costa, en todo el caso el outsider de este cartel entre el que tendrán que elegir docentes, investigadores, alumnos y personal de la administración en unos comicios que, casi con total probabilidad, se celebrarán en abril. Costa no ha ostentado cargos de gestión pero tiene prestigio como investigador y docente.
Todos comienzan a calentar motores ante la cercanía de la cita electoral. El próximo lunes, 29 de febrero, el consejo de gobierno de la Universidad, aprobará el calendario. El proceso comenzará en marzo. Los candidatos marcan diferencias entre sí, prometen años de entendimiento con el Principado, mejoras en la calidad de la investigación y la enseñanza. Además, todos cortejan al personal de administración y servicios (PAS), que representa el 10% del voto. Están dispuestos a protagonizar debates a cuatro, utilizarán las redes sociales para hacer campaña y apuestan por la apertura social de la institución.
Todos insisten en que están secundados por un nutrido grupo de colaboradores pero ninguno suelta ni un solo nombre, ni de esos colaboradores ni de los que tienen decididos para integrar el equipo rectoral. "Aquí no se suelen presentar antes, como sí hacen en Salamanca o en otros sitios", se justifica Muñiz. Solo él y Agustín Costa avanzan algo en lo que, además coinciden: ambos ficharán gerentes fuera de los muros universitarios. Sánchez Lazo, por su parte, creará dos nuevos cargos dentro del equipo rectoral, que serán el hilo directo con los dos campus que están fuera de Oviedo, el de Mieres y el de Gijón. Aún no tiene decidido cuál será su categoría o su nombre. Tiene que definir si serán vicerrectores, directores generales o delegados del rector para Barredos y Viesques. García Granda no entra en estas precisiones y apuesta por el espíritu de independencia que tendrá que tener cada miembro de su equipo.
Sánchez Lazo quiere dejar clara su independencia y matiza que mientras otros representan el continuismo él representa un proyecto independiente a más de 10 años, es decir, más allá de lo que legalmente podría gobernar la Universidad si obtuviese dos victorias consecutivas. García Granda insiste en dos de sus señas de identidad, las que ha ido repitiendo en los casi dos años que lleva visitando centros. Son la transparencia y una gestión más distribuida de los recursos que también reconozca a aquellos centros, departamentos o grupos más activos. Costa lleva a gala el perfil más diferente, el del catedrático, docente e investigador, ejemplo de los emprendedores dentro de la institución que siempre ha sido un "universitario de base" y que ahora da un paso al frente cuando cree que es necesario. Muñiz, en cambio, presume de lo contrario, de la experiencia como uno de sus puntos fuertes. Recuerda que ha pasado por todo tipo de cargos, excepto el de rector, y que conoce los entresijos a la perfección.
Al margen de estos pequeños apuntes, estos cuatro todavía precandidatos hacen para ASTURIAS24 una pequeña aproximación a lo que será su programa y su campaña. Es solo un aperitivo de todo lo que viene por delante.

José Muñiz

Muñiz se presenta como el gestor senior de un equipo en plena carrera hacia el rectorado, en el que él es el único representante de su generación y que se nutre de jóvenes. Su filosofía es poner en primer lugar a las personas, "que son el capital esencial de cualquier institución". Para conseguirlo, garantiza, sobre todo, independencia. Prometer ser integrador, alejarse de cualquier filiación política, sindical o ideológica y formar un grupo que "represente la compleja diversidad de la Universidad, sin sectarismos, con total transparencia y cercanía". Se marca como objetivo situar a la Universidad de Oviedo entre las diez primeras de España. "No es algo imposible. No partimos de cero. La última clasificación hecha pública por Granada ocupa el puesto 14 de 48, así que eso demuestra que hay mucho camino andado". Su eslogan ya está definido: Todos hacemos universidad.
Pretende dar un impulso radical a la formación académica, potenciando la parte del carácter junto a la de la pura instrucción o enseñanza del conocimiento. Quiere estabilizar al profesorado y responsabilizarse de buscar nuevos talentos tanto nacionales e internacionales, "dentro de los márgenes que nos deje el corsé presupuestario". Cree necesario poner en valor la docencia. ¿Cómo? Una de sus ideas es fundar un premio anual a la excelencia docente y publicitarlo socialmente. Otras dos patas de su programa son la internacionalización y la educación de postgrado. "La Universidad tiene que crecer por ahí, por los másteres y los doctorados. También trayendo alumnos de fuera, de Iberoamérica, Europa y del Norte de África", insiste. El capítulo del deslizamiento del gasto de personal está asegurado hasta 2018, con el último convenio, pero quiere negociar otros aspectos con el Principado, como asentar al PAS y al profesorado y hablar de otros planes propios. Su apuesta por Mieres, por ejemplo, pasa por fijar allí docentes --ahora solo tiene el 15% del total-- y mejorar el transporte. El gerente que moverá el dinero será externo, con sobrada experiencia financiera y hábil y cercano en la gestión de personal.

Santiago García Granda

García Granda fue recorriendo por fases cada recodo de la Universidad de Oviedo. Empezó por el rector y por su equipo, después visito a los exrectores, los centros, los departamentos, los grupos de investigación,... Ya está concluyendo ese peregrinaje con los PAS y los estudiantes. Se recrea en este punto porque cree que es importante demostrar el amplio conocimiento que tiene, a día de hoy, de la institución, de su realidad, de sus carencias y de sus puntos fuertes. Conoce sus inquietudes y demandas. Ahora mezclará en su programa todos estos elementos con los dos condimentos sobre los que levanta su candidatura, la transparencia, tanto interna como externa, que aplicará en la toma de decisiones, en los procesos de promoción o estabilización, en la relación de puestos de trabajo (RPT) del PAS, en publicitar en qué se gasta el dinero o qué se ha conseguido...; y también la mejor redistribución de los recursos.
Una de sus propuestas es, por ejemplo, la descentralización de los servicios. Apuesta por acercar la gestión tanto a los alumnos como a los investigadores para facilitarles cualquier tipo de tramitación burocrática, todo aquello que pueda apartarles de su función esencial, formarse, investigar,... Así que cada campus contará con recursos económicos y humanos para atender las necesidades. Del mismo modo habla de redistribuir recursos, de liberar fondos y ver qué áreas funcionan mejor, dónde existe más actividad y es necesaria mayor atención. Para conseguir estos objetivos, promete rodearse de un equipo cercano, motivado y proactivo, fuera de lo que denomina corrientes clásicas o grupos de presión. "El equipo rectoral no puede ser una barrera, tiene que prestar un apoyo razonable a toda la comunidad y trabajar como un verdadero equipo". Con respecto al Principado, trabajará para tener una relación fluida. Su idea es trazar un plan estratégico común a medio plazo, con un calendario de reuniones al más alto nivel para todo el mandato, en el que se aborde la financiación pero también el resto de objetivos, como la transferencia de conocimiento.

Pedro Sánchez Lazo

Sánchez Lazo tiene un programa muy estructurado. Ha trazado 10 claves estratégicas, que son la cabeza de un gráfico en firma de árbol del que penden toda una serie de acciones para desarrollar a diez o doce años visto, es decir, más allá de lo que serían los dos mandatos que permite la normativa de la Universidad de Oviedo. "Una reforma en profundidad no se puede acometer en cuatro años", justifica. Al margen, tiene una serie de acciones inmediatas vinculada a los problemas más urgentes a resolver. De ese plan destaca algunos aspectos como un plan estratégico para los docentes una nueva relación de puestos de trabajo (RPT) para el PAS en función de criterios funcionales y que permita la descentralización administrativa. Esto se complementaría con la entrega de más competencias y más margen para la toma de decisiones de los campus, los centros y hasta los departamentos. Pretende volcarse, por ejemplo, en el desarrollo del espacio académico iberoamericano o mejorar las relaciones con el medio social. A su juicio, urge transmitir qué es la universidad, cuál es su importancia, qué es lo que hace. "Hay que comunicar más y mejor", insiste. Se ha rodeado de un equipo variado y muy joven, con la idea en mente de alguno pueda recoger el testigo que él dejará si consigue poner en marcha esta absoluta renovación.
Es consciente de que vienen por delante años con una mejor perspectiva económica. Al menos, eso es lo que espera. Cuando decidió su candidatura, uno de los temas que barajó es que la economía había tocado fondo, que la situación iba a mejorar y que era el momento de planificar el futuro para varios años. Por eso, piensa que es trascendental sentarse con el Principado y plantearle qué modelo de Universidad quiere, hasta dónde quiere llegar y de cuántos recursos dispone. Y eso planteárselo a todos los agentes. De cara a la campaña oficial, defiende que se organicen debates. "No todos somos iguales. He sido crítico con la gestión del rector, aunque comprendo que ha sido una época dura. Pero algunas cosas negativas son achacables a su gestión. Así que hay que dejar claro que algunos candidatos son continuación de esas gestió y otro, no", argumenta.

Agustín Costa

Cuando hace un año el resto de candidatos ya visitaban centros y hacían semioficiales sus aspiraciones, Agustín Costa ni siquiera sospechaba que terminaría en la carrera al rectorado. Pero, por entonces, comenzó a hablar con gente que empezó a animarle, a decirle que tenía un perfil muy necesario para la universidad y diferente al resto, un investigador que ha hecho de la transferencia del conocimiento y el emprendimiento su seña de identidad y que en plena crisis ha conseguido crear cuatro empresas en las que trabajan 30 personas "con un sueldo digno, ilusionados y generando riqueza". Así que cree que ha demostrado que otra Universidad es posible. Esa es la baza con la que se presentará ante el Gobierno regional si sale elegido. Le ofrecerá trabajar de forma conjunta, emplear de una forma más adecuada los recursos y buscar dinero en Europa, en los canales internacionales de financiación de proyectos, porque cree que hay suficientes trabajos de calidad para salir fuera de las fronteras nacionales. Se presenta, además, con la etiqueta de "universitario de base". Así como otros hacen gala de su experiencia en la gestión universitaria, él exhibe su larga trayectoria "como docente e investigador de calidad". Las elecciones son un reto en el que ahora anda enfrascado.
Está rodeado de un equipo de colaboradores cercanos, entre los que ya tiene el nombre del futuro secretario de la institución y del vicerrector de Investigación, si finalmente vence. También sabe quién será el gerente, alguien externo que huya de los amiguismos, de elevada competencia, que trabaje con rigor y que no realice prácticas que desmotiven a los docentes y al PAS, "con promociones que pueden parecer malabarismos". Propone crear una asignatura optativa en el último curso para fomentar la creatividad e invertir esa estadística que dice que el 70% de los egresados quieren ser funcionarios. "Quisiera abrir las expectativas de los alumnos y también sus esperanzas de futuro. Esa es mi apuesta más radical. No todos tienen que emprender pero sí cultivar su creatividad", señala. Aunque también potenciará la investigación, otra de sus niñas mimadas en el programa, que ya difunde a través de una web.
 


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