domingo, 27 de marzo de 2016

Manualillos de Inversión ( 1 )

La renta fija que conviene tener ahora y con una perspectiva de corto plazo

¿Qué renta fija conviene tener ahora en cartera?, ¿han mejorado sus expectativas en las últimas semanas? El Banco Central Europeo ha echado un capote a los incondicionales de los bonos, sean públicos o sean privados, y algo parecido, aunque con menor contundencia, ha ocurrido con la Reserva Federal norteamericanana, al reducir las expectativas sobre las subidas de tipos de interés, lo que empujó a la baja los rendimientos de los bonos americanos. Quizás la ayuda más interesante la reciben los inversores conservadores, puesto que, como señala Borja Gómez, de Inverseguros, no hay que esperar riesgos de pérdidas en las posiciones en deuda pública de la zona euro, debido a las medidas puestas en marcha por el BCE, a la actuación de otros bancos centrales, como el noruego o el japonés, que van en la misma dirección, así como por la importante liquidez existente en el mercado de bonos, debido, además de al papel del BCE, al próximo pago de cupones y vencimientos, que normalmente suelen reinvertirse. Además, desde el punto de vista cualitativo, se observa cómo las expectativas de inflación van reduciéndose, lo que da margen, pensando más a medio plazo, para más medidas por parte del Eurobanco, como una mínima reducción adicional del tipo de depósito, así como una posible extensión del programa de compras de activos hasta, quizás, convertirlo en indefinido.
En cuanto a los plazos de la deuda pública que podría ser interesante incluir en la cartera, Borja Gómez habla de vencimientos a partir de cinco años; y respecto a los países, apunta que la mayoría de los de la zona euro se beneficiarán de este contexto. El único «pero», comenta el experto de Inverseguros, lo sufre Portugal, dado que en las próximas semanas la agencia de calificación DBRS actualizará su nota y la deuda lusa podría dejar de ser elegible por parte del BCE si es que pierde su calificación de «investment grade». El Eurobanco pone como única condición para que los títulos sean elegibles que al menos una de las cuatro agencias de rating de referencia (S&P, Fitch, Moody's y DBRS) mantenga una nota de «grado de inversión».
David Ardura, de Gesconsult, señala que en la deuda de la periferia aún hay margen de beneficio. En su opinión, puede producirse un mayor estrechamiento de diferenciales, porque cree que para los bancos podría ser de nuevo interesante realizar operaciones de «carry-trade»: obtener financiación del Eurobanco e invertirla en deuda pública.
En opinión de Javier Casal, de Ahorro Corporación, el rendimiento del título español a diez años podría bajar hasta el 1,35-1,30%. Además, considera que no será fácil que vuelva al 2%, porque el Eurobanco ha puesto un techo a los intereses de los bonos. Pero aconseja estar pendiente de la evolución de la situación política en España. En el caso de Portugal, espera que, si todo va finalmente bien, el diez años podría bajar desde el 2,90% hasta el 2,75% y su comparable italiano, hasta el 1%.
Félix López, analista de Atl Capital, comenta que puede ser interesante comprar ahora y vender un poco más adelante, en tres meses, por ejemplo, cuando el precio de los bonos esté un poco más alto. En cambio, los expertos no ven muchas opciones en la deuda pública americana, a la vista de que subirán los tipos de interés bien a finales de abril, bien en junio (más probable en esta última fecha, porque la presidenta de la Fed, Janet Yellen comparece tras la reunión de junio, lo que le dará la oportunidad de explicar el nuevo contexto, y no después de la de abril). Esta semana, varios miembros de la autoridad monetaria estadounidense han hablado de la conveniencia de subir el precio del dinero ya en abril, porque la economía americana estaría preparada para asumirlo.
Por todas estas razones, David Ardura, de Gesconsult, comenta que no es acertado estar muy largo en la curva americana en este entorno de tipos al alza. Este experto apuesta, en cambio, por títulos de duraciones cortas y bonos de cupón flotante, que pueden sacar partido al nuevo entorno de tipos de interés al alza.
Para los inversores más conservadores, de acuerdo con Félix López, también puede ser interesante invertir en cédulas hipotecarias, por ejemplo.
Más allá de la deuda pública
Los inversores menos aversos al riesgo pueden optar por la inversión en renta fija corporativa con mayor seguridad que antes, puesto que el Banco Central Europeo ha anunciado que comenzará a comprar deuda privada. El Eurobanco aún no ha definido qué tipo de títulos adquirirá, pero Ignacio Victoriano, de Renta 4, aconseja la que en principio se presenta como más probablemente elegible, es decir, la no financiera que tenga calificación «grado de inversión», pero sin descartar títulos de calidad que podrían no ser elegibles por el Eurobanco, como los emitidos por el sector seguros o por la banca. En cualquier caso, no hay que pasar por alto el hecho de que las palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, así como la difuminación de ciertos temores sobre la situación económica global han ayudado a que ya haya mejorado, y mucho, la deuda privada de más calidad, así como la de alto rendimiento, como recogen los gráficos que incluimos en estas páginas. De todas maneras, Javier Casal advierte sobre la mayor volatilidad que siempre suele pesar sobre la renta fija corporativa y que quizá no pueda anular del todo el Banco Central Europeo. Pero ese movimiento puede generar oportunidades de compra.
Para David Ardura, la deuda privada de calidad tendría que ser la parte fundamental de la cartera de renta fija, pero comenta que el riesgo del largo plazo no está bien pagado, por lo que sería más apropiado, en su opinión, apostar por vencimientos de entre dos y cinco años, no más. En cuanto a sectores, apunta que lo que tiene más potencial es lo que más ha sufrido: energía, autos, minería y siderurgia son los de más recorrido, aunque siendo todavía muy cuidadosos. A la hora de hablar de sectores, Victoriano comenta que, como los fundamentales pasarán a un tercer plano, podría comprarse casi cualquier bono de calidad.
Para Félix López, los ratings «BBB» pueden ser interesantes. También aconseja los «BB+» con perspectiva de que su calificación crediticia se revise al alza, lo que les da más potencial, puesto que al general de todo el universo de la renta fija, tendría que sumarse, además, el propio de ese bono en particular, derivado de la mejora de su calidad. Los sectores más interesantes en ambos escalones, según el experto de Atl Capital, serían el eléctrico, el de las telecomunicaciones y el inmobiliario. Pero, en cuanto al sector financiero, Gómez comenta que aún hay demasiado ruido alrededor, lo que invita a ser muy selectivo. Este analista destaca, en cambio, que el sector automovilístico lo está haciendo bien y que así continuará, obviando el caso de Volkswagen.
Si en deuda pública los expertos aconsejaban poca exposición a Estados Unidos, en la privada ocurre lo mismo:_Ignacio Victoriano señala que sólo apuestan por algún emisor, porque prefieren tener baja exposición a dólares. Ardura señala que seguramente se están generando muchas oportunidades en ese mercado, porque los diferenciales han aumentado en exceso.
Oportunidades en «high yield»
López apunta alguna idea de inversión en «high yield», pero sólo la que tiene perspectivas de convertirse en «investment grade». Puede haber oportunidades más allá, en el puro y duro alto rendimiento. Gómez comenta que este tipo de títulos se pueden ver favorecidos porque los inversores podrían buscar rentabilidades más atractivas que las que proporcionan los activos con grado de inversión, un mercado intervenido por el Eurobanco. «La deuda con grado de inversión da retornos similares a la deuda de la periferia. Si se quiere más rentabilidad, hay que apostar por el alto rendimiento», comenta Casal, aunque Gómez advierte de que se trata de un segmento de mercado no protegido por el BCE. De hecho, para Victoriano, el «high yield» no constituye su foco principal de interés. Se inclina, en cambio, por híbridos no calificados con «grado de inversión», de emisores que sí tienen ese rating, como Telefónica.
Para los inversores más arriesgados, López aconseja deuda subordinada, como los «cocos», así como otros híbridos bancarios.
Como última idea: la deuda emergente, que Victoriano confiesa va a comenzar a mirarla en el segundo trimestre.

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