martes, 26 de agosto de 2008

La Seguridad Social en entredicho.

Mi lectura es bién simple, en los momentos de falta de liquidez en el Sistema Bancario, los voceros de la AEB, recurren a la quiebra de la SS?;para solicitar un cambio en la generación de las Pensiones, que les permita con un sistema mixto, la entrada urgente de pesetitas.
En paralelo, siempre fuímos partidarios de una transparencia absoluta en el Pacto de Toledo y su seguimiento.



Cuando el próximo 3 de septiembre el Gobierno se reúna con la patronal y los sindicatos en el primer encuentro de la mesa del diálogo social para establecer el calendario de los encuentros y los temas a desarrollar, la revisión del sistema de pensiones debería ocupar un lugar prioritario.



Cada vez que se le ha preguntado por las debilidades de la Seguridad Social, el ministro responsable del ramo, Celestino Corbacho, se ha mostrado contundente al asegurar que ésta goza de muy buena salud, lo que a la postre puede interpretarse como un reconocimiento implícito de que el Gobierno no tiene intención de abrir ese melón en esta legislatura.

Sin embargo, la realidad de las cuentas de la Seguridad Social no es tan halagüeña como se quiere hacer ver, más aún en medio de la severa crisis que sufre el país, que está provocando una sangría en el mercado laboral. Como publicaba ayer EXPANSIÓN, los pagos en prestaciones de la Seguridad Social han ido creciendo exponencialmente en la primera mitad del año –entre mayo y junio el aumento fue del 10%–, mientras la recaudación se ha ralentizado de forma preocupante, con un exiguo aumento del 2%.

Las negativas consecuencias a medio plazo de esta disímil evolución entre ingresos y gastos no son difíciles de intuir, esto es, una insuficiencia financiera que haría tambalearse al sistema por más que desde el Gobierno se insiste en que “podemos estar tranquilos” gracias al fondo de reserva. Sería ingenuo pensar en dicho fondo, que apenas alcanzaría para pagar las pensiones de ocho meses, como el gran salvavidas.

De la misma manera, también resulta irresponsable la sensación que permanentemente transmite el Gobierno de que se puede seguir estirando ilimitadamente el chicle de la subida de las pensiones sin introducir correcciones en el sistema. Los expertos estiman que si no hay cambios, el gasto en pensiones se duplicará en las próximas décadas hasta alcanzar el 16% del PIB.

Esta situación, de hecho, es la que justifica los recientes llamamientos del Banco de España para abordar cuanto antes una reforma del sistema de pensiones que evite un colapso a medio plazo y garantice la sostenibilidad de las finanzas públicas. No ha sido el único, pues desde hace tiempo son muchas las voces autorizadas que vienen advirtiendo sobre lo mismo.

El presidente Zapatero abrió el diálogo social con patronal y sindicatos bajo la premisa de que no adoptará ninguna reforma que previamente no haya sido aceptada por éstos. Es impensable que los sindicatos acepten cualquier iniciativa destinada a ajustar pensiones por muy razonable que sea. Pero el Gobierno no debería eludir su responsabilidad de tomar las medidas precisas, por impopulares que sean, y para ello sería de utilidad que la predisposición a buscar consensos escenificada el pasado julio entre Zapatero y Rajoy en La Moncloa alcanzara también al ámbito económico, y en particular a las pensiones.

Comentarios
clara (Autor sin e-mail publico) el 26 de Agosto de 2008 a las 08:05 ( aviso al moderador )

clara es tu opinion, lo que deberia de hacer zp es hacer lo que hizo aznar, poner tasa sordina a tus desvarios,
pero eso no soluciona el problema y cuando menos este es bastante menor (que cuando lo dejo el der bigotillo

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