Las autonomías ignoran al Gobierno e inundan España con sus planes eólicos
Publicado el 15-05-2010 , por Miguel Ángel Patiño
La descoordinación entre Estado central y Gobiernos regionales en materia energética, y en especial en renovables, ha alcanzado el surrealismo durante las últimas semanas.
Las comunidades, que controlan ciertas competencias en licencias para proyectos de energía verde, son ajenas a la intención del Gobierno de ajustar drásticamente las subvenciones que reciben las renovables y controlar su crecimiento. El Gobierno intenta diseñar un desarrollo “económicamente sostenible”, pero las comunidades siguen inundando España de nuevas licencias.
El famoso concurso de Galicia, que ya fue suspendido el pasado año cuando llegó el nuevo Gobierno del PP, sustituyendo al bipartito PSOE-BNG, se ha reabierto. Está en fase de presentación de proyectos hasta junio-julio. Es el mayor concurso eólico que ha habido en España, con más de 2.300 megavatios (MW) de potencia (un 12% de lo que hay instalado en estos momentos). En fase más avanzada está otro gran concurso en Cantabria, con 1.400 MW en juego. La presentación de candidaturas se cerró hace semanas. Se está a la espera de la adjudicación.
Cataluña y Castilla-La Mancha no han convocado aún las bases de sus concursos, aunque desde distintos sectores se presiona para que se materialice ya (ver información adjunta). En principio, Cataluña quiere dar casi 900 MW en nuevas licencias a corto plazo, un pellizco de planes mucho más ambiciosos. Castilla-La Mancha contempla unos 1.600 MW. Asturias no tiene convocado concurso, aunque en la práctica las empresas viven como tal la adjudicación, proyecto a proyecto de unos 400 MW que está teniendo lugar ahora.
Carrera alocada
Todos los grandes grupos energéticos están acudiendo a los concursos, solos o en compañía de socios locales. Es como una carrera alocada sin una meta clara. Las licencias que otorgan las comunidades cubren trámites que llevan años conseguir, como los medioambientales, de ahí la puja. Pero las empresas reconocen, puertas adentro, que todo es un enorme descontrol.
Las comunidades conceden licencias para nuevos proyectos que no se sabe qué tipo de subvención van a tener y, lo que es peor, a partir de cuándo se pondrán construir. Eso lo decide el Ministerio de Industria a nivel estatal. Independientemente de la prima, ni siquiera se sabe si esos proyectos caben en los cupos anuales para nuevas instalaciones definidos por Industria.
Desbarajuste
Industria tasó a finales de 2009 el volumen de megavatios que podían entrar dentro del sistema de primas hasta 2013. Fue el polémico preregistro. En su mayor parte, los concursos autonómicos ya no caben en esos cupos. ¿Vamos a conseguir licencias que no podremos utilizar hasta después de 2013?, se quejan en las empresas. Incluso tras esa fecha, hay incertidumbre. ¿Qué nuevos cupos habrá después del preregistro?. Y lo que es más inquietante: ¿qué tipo de primas?
El desbarajuste eólico es el máximo exponente del caos competencial español entre el Gobierno central y los 17 gobiernos autonómicos. En un momento en el que el Ejecutivo central vira hacia una economía espartana (en renovables y otros muchos asuntos), las comunidades mantienen su propia fiesta, resumen gráficamente algunos expertos en energía. “Es fácil dar licencias de renovables a discreción desde las comunidades cuando el coste de las subvenciones a esas instalaciones se pagan a nivel estatal”, dicen fuentes cercanas a organismos como la Comisión Nacional de Energía (CNE).
La pelea del recorte de las subvenciones entre Industria y las Comunidades divide a los socialistas
Tensión política
El plan del Gobierno de recortar primas a las renovables ha sido muy mal acogido por los consejeros de Industria de las comunidades, que lo ven como un varapalo a sus grandes proyectos.
Fueron estos consejeros los primeros en ser informados de ese plan. Se sospecha que éstos no tardaron en difundir el alarmismo de que el Gobierno preparaba un recorte retroactivo de las primas. Algunos sectores del Gobierno interpretan esas filtraciones como un intento de neutralizar sus planes creando tensión política, incluso desde las filas del PSOE, lo que ha sido calificado de desleal por algún dirigente.
Más de cinco mil megavatios ‘en el aire’
1. Galicia protagoniza el mayor concurso eólico en España, con más de 2.300 megavatios en juego. Está en fase de presentación de ofertas. El anterior concurso quedó anulado.
2. Cantabria convocó concurso para 1.400 megavatios y está en la fase de adjudicación de licencias. Las compañías consideran técnicamente muy buenas las localizaciones.
3. Asturias está dando hasta 400 megavatios en proyectos, uno a uno. Cataluña y Castilla-La Mancha aún no han sacado las bases de sus concursos, para 900 y 1.600 megavatios.
El explosivo cóctel de la política y la envidia regional, multiplicado por 17
Muchas de las 17 autonomías (algunas tradicionalmente reacias a las renovables), descubrieron el maná de esas instalaciones cuando el vecino lograba desarrollos locales significativos dando licencias. Así se lanzaron a la carrera verde. Mientras duró el barra libre estatal, no hubo problemas.
Había sitio para todos los proyectos. Pero desde 2008 y, sobre todo, en 2009, el Gobierno central intentó poner límites para evitar que las subvenciones que reciben las energías verdes (que se cargan contra el recibo de la luz) colapsaran el sistema eléctrico. Las comunidades, ahora que ya no hay sitio para todos, se miran unas a otras con más recelo que nunca. Las envidias, y presiones a nivel político, no solo de las comunidades con el Gobierno central, sino también a nivel regional, crecen. Es significativo, por ejemplo, en qué términos se expresó hace días EolicCat, la Asociación Eólica de Cataluña, al quejarse del retraso del concurso catalán. Se acusaba al Ejecutivo catalán “de la parálisis por su falta de compromiso, después de un retraso de cuatro meses”.
EolicCat advertía que “el sector puede perder interés en el desarrollo eólico en Cataluña y llevar sus inversiones a otras comunidades”. Y se refería a los concursos en España. “Mientras Castilla-La Mancha, Galicia, Castilla y León, Navarra, Aragón y Andalucía habrán multiplicado en los próximos años la capacidad eólica, en Cataluña continuará y se agravará el estancamiento”.
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