domingo, 3 de junio de 2012

Historias Musicalis......

"La Traviata" de Giuseppe Verdi

"La Traviata" de Giuseppe Verdi

Giuseppe Verdi compuso La traviata con gran facilidad y en un verdadero arranque de entusiasmo. Tras haber terminado algunos esbozos, comenzó el trabajo inmediatamente después del estreno de Il trovatore; 45 días después puso fin a la partitura. El estreno tuvo lugar en el Teatro de la Fenice de Venecia, el 6 de marzo de 1853, y constituyó uno de los fracasos más dolorosos del compositor. Un año más tarde un nuevo montaje de la obra obtuvo un éxito colosal.

“No tengo nada que esconder. Una mujer vive conmigo. Es unamujer libre, independiente... Ni ella ni yo le debemos cuentas a nadie. ¿Quiénsabe si actuamos bien o mal? ¿Y por qué no estaría bien? Y si estuviera mal¿quién tendría el derecho de lanzarnos el anatema?”...

La mujer es la prima donna Giuseppa Strepponi; el autor dela carta, Giuseppe Verdi; la fecha, 1852, el año del escándalo de La dama delas camelias, drama de Alejandro Dumas hijo. Un año más tarde, Verdi acaba suópera basada en la obra teatral: La Traviata rasga el lujoso telón del teatro de La Fenice. Tras vitorearel primer acto, el público, poco a poco, deja de aplaudir. Un fracaso. Porculpa de los cantantes, dicen los historiadores; ¿por culpa mía? se preguntaVerdi, añadiendo: el tiempo lo dirá. Aunque haya rectificado con rapidez, elpúblico reaccionó con coherencia en el estreno de la obra: sólo habituado adramas exóticos, lejanos en el tiempo o en el espacio, fue preso de unindescriptible malestar al verse retratado en el escenario, con sus deseos ytambién con sus miserias. Verdi había levantado el telón que esconde losmisterios encerrados entre cuatro paredes. Y allí, donde vive su Traviata,Verdi celebra la mujer madura, y no por la edad; la marginación, la diferenciadel personaje son el soporte y el germen de libertad, o por lo menos, sueño delibertad... Sempre libera, canta ella.

Precisemos: la sociedad no reprocha a Violetta su vidaalegre o disoluta. La prostitución, de alto lujo en este caso, estaba tan bienconsiderada y practicada ayer como hoy. Lo que la moral, o el poder, no puedenperdonar a Madamigella Valéry es su decisión de cambiar de vida... para amar yser amada, o como lo dice mejor ella misma: esser amata amando, el amor, entodo tiempo y lugar, es subversivo. La Traviata, es decir, la extraviada, es el otronombre de la poderosa Afrodita.

Cuando Alejandro Dumas hijo era joven, legó a su amada, una mujer de mundo llamada Alphonsine Plessis, conocida en la ciudad como «la dama de las camelias», que murió joven, un monumento poético, primero en el marco de una novela, más tarde en un drama, ambos con el título de La dame aux camelias. Un gran monumento de mármol en el venerable cementerio del Pére Lachaise oculta su cuerpo, arrebatado a los 25 años por la tuberculosis. Sigue viviendo, idealizada, en la obra del joven Dumas, donde se llama Marguérite Gautier, y en La traviata de Verdi con el nombre de Violeta Valéry.

Verdi leyó la novela y la pieza teatral en 1848 y 1852 respectivamente, y se sintió profundamente afectado, sobre todo porque el argumento le recordaba un poco la situación de su querida mujer, Giuseppina Strepponi, que vivía con él desde hacía algunos años y que en muchos círculos sociales, sobre todo en la pequeña ciudad de Busseto, había sido criticada a causa de su «pasado». Verdi recurrió a Piave para preparar un libreto que representaba algo completamente nuevo para ambos: un cuadro de la vida contemporánea, con personas, costumbres y lugares del presente, frente a los temas históricos que hasta entonces habían constituido el contenido de la mayoría de las óperas de Verdi. Pero en primer plano debía estar, no la vida frivola, entregada a los placeres exteriores, a la superficialidad y al lujo, de la «dama de las camelias», sino su despertar a un amor auténtico y profundo.

Verdi encontró con La traviata un estilo nuevo, de manera análoga a lo que sucedió con el libreto. Su lenguaje musical es más íntimo, menos grandilocuente, más humano, y hasta se podría decir que tomado de la vida cotidiana. Magníficas ocurrencias musicales están perfectamente integradas en el estilo coloquial, las voces están tratadas con la más grande naturalidad, la orquesta es más libre y más suelta que en obras anteriores. Violeta se ha convertido en uno de los papeles más deseados y más bellos. Verdi exige mucho de ella: coloratura en el cuadro primero, calidez lírica en el segundo, dramatismo profundo e intenso en el tercero, una muerte conmovedora en el último. Verdi la ha idealizado: la descripción de la vacía vida mundana le importaba tan poco a su carácter que incluso hizo de esta cortesana clásica una figura tierna, enamorada, capaz de sentimientos auténticos; más aún, en su dolorosa renuncia y en su sufrimiento solitario, Violeta es casi una heroína.

Verdi compuso La traviata con gran facilidad y en un verdadero arranque de entusiasmo. Tras haber terminado algunos esbozos, comenzó el trabajo inmediatamente después del estreno de Il trovatore; 45 días después puso fin a la partitura. El estreno tuvo lugar en el Teatro de la Fenice de Venecia, el 6 de marzo de 1853, y constituyó uno de los fracasos más dolorosos del compositor. Las causas de ese fracaso parecen haber sido fundamentalmente dos: en primer lugar la actriz principal, corpulenta, robusta y aparentemente muy sana, cuya muerte tuberculosa suscitó carcajadas, y en segundo lugar el vestuario, que quería trasladar la acción a una atmósfera aristocrática, prerrevolucionaria, en lugar del ambiente de la burguesía parisiense de 1850, con sus salones, sus señoras mundanas y sus costumbres liberales. Un año más tarde se corrigió este error, cuando un nuevo montaje de la obra obtuvo en el Teatro San Benedetto de Venecia, el 6 de mayo de 1854, un éxito colosal. Desde entonces, La traviata ocupa un lugar de honor fijo entre las óperas más representadas del mundo.

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