Los aficionados del Villarreal no se creían lo que habían visto hasta el descanso. Muchos se marcharon en busca del bocadillo, soñando con poder repetir algún día la primera parte que los de Marcelino se acababan de marcar ante el Real Madrid. Incluso algunos pensaban que la empresa se acercaba a lo imposible. Pues no, estaban equivocados, ya que la historia se repitió al detalle durante la segunda mitad. Nuevo baño amarillo y nueva igualada final en el marcador. Una vez más se demostró que el fútbol carece de justicia. Tampoco se busca la verdad, pero lo sucedido en El Madrigal es para que Ancelotti se encierre, vea el partido y se pregunte a qué juega su equipo. De momento, a nada.
En la primera mitad los amarillos bailaron a los de Ancelotti durante treinta y cinco minutos, pero bastó un toque de Modric, una llegada de Carvajal y una llegada de Bale para igualar el marcador, que no los méritos. Hasta cuatro claras ocasiones, tres de ellas delantero contra portero sin más testigos alrededor, sólo sirvieron para que el Villarreal se marchara al reparadordescanso con empate a uno en el marcador. Ver para creer. Eso pensaban los Roig en el palco, padre e hijo. 
Cani adelantó a su equipo a los veinte minutos, pero bien lo podía haber hecho antes Jonathan Pereira en dos ocasiones o Aquino al poco de marcar el ex del Zaragoza. Bastaba un par de toques, una pared a medio hacer o una simple carrera, para que los jugadores del Villarreal se plantaran ante Diego López casi sin querer. Los madridistas se limitaban a mirar como los antes citados se movían con total libertad cerca del sufrido portero blanco. Los centrales andaban despistados, pero tampoco encontraron mucha ayuda enModric, que construye pero al que le cuesta más defender
El Real Madrid hacía girar su juego en balones en largo de Sergio Ramosespecialmente y algún otro de Pepe. Lo más curioso de todo es que arriba estaba Karim Benzema, todo un especialista en fajarse y buscar esos balones perdidos. Toda entrega y pundonor, el francés volvió a pasar inadvertido, sin mostrar gesto alguno de querer revertir una situación que parece no tener solución.
La segunda mitad fue inversa a la primera en aquello del dominio de uno y otro equipo. El Real Madrid apretó algo al principio, hasta que logró adelantarse en el marcador, pero el equipo blanco no está para siestas prolongadas. El Villarreal siguió a lo suyo, tocando y con constante movimiento de sus jugadores. La consecuencia no fue otra que la de disfrutar de varias ocasiones de gol. Giovani, Uche y otra vez Cani demostraron a todo el mundo que Diego López se gana el sueldo y, de paso, salva a su equipo.
Ancelotti intentó mover al equipo, pero sus cambios se limitaron a mover hombre por hombre. Salieron Illarramendi y Bale, dejando su puesto a Khedira y Di María. El dibujo, el mismo y el juego sin modificación alguna. Plano y sin profundidad. Apenas llegaron a la portería de Asenjo y tan solo un disparo deModric, otro de Cristiano Ronaldo y una llegada de Di María, que pudo terminar con penalti, sirvieron para meter miedo a El Madrigal, que se marchó pensando qué tienen que hacer sus jugadores para ganar al Real Madrid. Tardarán en tener otra oportunidad así. 
Ficha técnica:
2 - Villarreal: Asenjo; Mario, Musacchio, Dorado, Jaume Costa; Cani, Bruno Soriano, Trigueros (Pina, m.71), Aquino; Giovani (Hernán Pérez, m.76) y Jonathan Pereira (Uche, m.65).

2 - Real Madrid: Diego López; Carvajal, Pepe, Ramos, Nacho, Illarramendi (Khedira, m.61), Modric, Isco, Bale (Di María, m.61); Ronaldo y Benzema (Morata, m.73).

Goles: 1-0, m.21: Cani. 1-1, m.39: Bale. 1-2, m.63: Cristiano Ronaldo. 2-2, m.70: Giovani Dos Santos.

Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (Comité cántabro). Mostró tarjeta amarilla a los locales Aquino y Pina, y a los visitantes Nacho, Ramos y Morata.

Incidencias: partido de la cuarta jornada de la Liga BBVA disputado en el estadio de El Madrigal ante más de 22.000 espectadores.