domingo, 8 de septiembre de 2013

Manualillos de Inversión ( 1 )


¿Cómo es la cartera óptima de un inversor moderado?




Tiene más deuda que Bolsa, pero la renta variable es necesaria para añadir un «plus» de rentabilidad
Desde hace tiempo, los expertos esperan que se produzca un gran trasvase de la renta fija a la renta variable. Y lo que ha ocurrido este verano es coherente con esa idea. Pero no al 100%. De lo contrario, todo sería demasiado fácil. Este verano hemos visto cómo se han vendido las deudas alemana, americana y, en general, las de los países más seguros, cuya rentabilidad ha subido verticalmente. En cambio, se han comprado deudas periféricas, sobre todo española e italiana. En Bolsa, mientras la primera parte del verano ha sido tranquila y alcista, en la última parte asistimos a episodios de volatilidad.
Si ésta es la foto del verano, podemos concluir que el inversor que mejor ha sorteado los obstáculos ha sido el que ha diversificado, no el que ha apostado ciegamente por la Bolsa o el que se ha quedado inmóvil en sus posiciones de renta fija. Por eso, hemos consultado a varios expertos para saber cuál sería la distribución óptima de una cartera de un inversor moderado, es decir, de aquél que no es tan arriesgado como para jugársela al todo o nada en la Bolsa, ni tan conservador como para no entrar con una pequeña posición.
Juan Luis García Alejo, director general de Inversis Gestión, apunta primero que el horizonte temporal de un inversor moderado no debe ser inferior a tres años. Y recuerda el escenario económico en el que nos movemos:el mundo crece poco, los tipos permanecerán bajos durante un tiempo, los países emergentes están yendo a menos y la Reserva Federal sube la temperatura con la reducción de las compras de activos.
¿Cuánta deuda y cuánta Bolsa?
Félix López, de Atl Capital, opina que un inversor moderado debe tener ahora mismo un 30% de su cartera invertida en Bolsa, un 40% en renta fija, sobre todo en deuda española de entre 3 y 5 años, y el 30% restante, en liquidez. Considera que se puede esperar un retorno del 6% anual en renta variable, incluyendo el dividendo, entre un 3% y un 4% en renta fija, y entre un 1% y un 2% en el mercado monetario. De esa distribución de activos, pues, resultaría una rentabilidad de entre el 4% y el 5% anual, una cifra más que aceptable.
Alberto Matellán, de Inverseguros, coincide, aunque con algún matiz: cree que una cartera equilibrada debe contener un 40% de Bolsa y un 60% de renta fija. Respecto a la deuda, aconseja diversificar tanto por plazos como por tipo de activo. En cuanto a la diversificación por plazos, comenta que depende de cuál sea el horizonte de inversión de cada cual, aunque advierte de que los plazos muy cortos dan una escasísima rentabilidad. Y hablando del tipo de activo, aconseja deuda soberana en euros.
La Bolsa y el «plus» del 3%
Javier Galán, de Renta 4, recuerda que invertir en renta variable implica asumir más riesgo por la mayor volatilidad de las acciones. Pero, según su opinión, en este escenario en el que cada vez es más difícil encontrar tipos de interés por encima del 3% en la deuda, merece la pena ser un poco más avezado y tomar algo de Bolsa, hasta que llegue al 30% de la cartera. Recuerda que, en un escenario histórico de revalorizaciones medias anuales del 10%, el porcentaje invertido en Bolsa puede inyectar una rentabilidad del 3% anual en la cartera. El 70% depositado en renta fija puede dar un rendimiento anual del 2%. Estaríamos hablando, pues, de una rentabilidad total de la cartera del 5%.
En renta fija, Galán se inclina por la corporativa. Sobre todo por el sector bancario español, portugués e italiano en plazos que no superen los tres años, para no incurrir en el riesgo de subida de los tipos oficiales.
García Alejo da más detalles sobre la estrategia a adoptar. La Bolsa, según su opinión, aún ofrece oportunidades, aunque menos que hace nueve meses, y dice que hay que jugarlas más cerca de Europa que de EE.UU. Y, en el Viejo Continente, mejor en la periferia. Por sectores, conviene apostar por los materiales básicos. Añade que aunque los emergentes están baratos, probablemente no encontrarán un catalizador a corto plazo que los haga recuperarse. En total, este experto cree que la Bolsa debería pesar en torno a un 45% en la cartera. Aconseja, pues, una posición algo más agresiva que otros gestores.
En renta fija, la mejora que queda por delante es residual, pero sigue aconsejando deuda pública italiana y española. En renta fija corporativa, recomienda ser muy selectivo. Le gustan, por ejemplo, emisiones de Telefónica o de Telecom Italia con vencimiento en 2017.
También gestión alternativa
García Alejo cree que para un inversor equilibrado o conservador también es interesante introducir otro tipo de activos en la cartera. Por ejemplo, fondos de gestión alternativa de renta fija de algunas gestoras como Pimco, Ignis, M&G o Threadneedle. También algún fondo global y de gestión activa, como el Amundi International Sicav o el Carmignac Patrimoine, así como el Ruffer Total Return, aunque también hay productos interesantes en Invesco o BlackRock. Respecto a las divisas, cree que hay que tener dólares. Una apuesta que coincide con la de Daniel Álvarez, de XTB, que recomienda posiciones largas en el billete verde contra el euro, el yen o la libra.
También para Álvarez la renta fija debe mandar en la cartera. Y aconseja sobre todo deuda soberana. Tanto de Europa como de Estados Unidos. Respecto a esta última dice que con las rentabilidades actuales, que han repuntado respecto a mínimos, ya sí se puede comenzar a tener algo. En cuanto a la renta fija corporativa, no hay que seleccionar sectores, sino valores concretos. Y en España se queda con las emisiones de Telefónica, Repsol, Santander y BBVA. En Bolsa, también aconseja la europea. Y en Japón puede quedar algo de recorrido.


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