El Banco Central Europeo (BCE) lanza hoy una crítica contra la Comisión Europea por ser demasiado laxa en sus exigencias de ajuste para España y Portugal. Como consecuencia de esta laxitud, duda de que España pueda cumplir este año con el límite de déficit público que le impuso Bruselas (el 6,5% del PIB este año), pese a la mejora experimentada en la primera mitad del ejercicio, ya que algunas medidas de consolidación fiscal se relajarán en la última parte del ejercicio.
"En varios casos, la disminución del ajuste estructural anual medio necesario es sustancial. Para algunos países (en particular Portugal y España), incluso el esfuerzo de ajuste estructural acumulado futuro se ha reducido en las últimas recomendaciones del PDE (Procedimiento de Déficit Excesivo), lo que podría intensificar los riesgos para la sostenibilidad de las finanzas públicas", son las palabras literales de la autoridad monetaria en su boletín mensual de septiembre.
Pero ni siquiera con esta menor exigencia de ajuste vamos a cumplir los objetivos de déficit. Aunque el organismo que preside Mario Draghi admite que las cifras de déficit de España en la primera mitad del año son mejores que las del año pasado, siguen fuera de los objetivos: el desequilibrio del Estado central superó en julio el objetivo para todo el año. Y acto seguido recuerda que "en los últimos meses del año irán desapareciendo o quedaran anulados los efectos de una serie de  medidas de consolidación fiscal". La consecuencia es que "es difícil evaluar la probabilidad de que este año se cumpla el objetivo de déficit público y dependerá de una recuperación más acusada de las bases impositivas en el segundo semestre del año".
Es decir, que fía el logro del objetivo a que se incremente la recaudación de impuestos, lo que puede dar pie a nuevas subidas de impuestos. De momento, fía este incremento a "unas modificaciones de la Ley del impuesto sobre sociedades y cambios en la tributación de los impuestos especiales para aumentar la recaudación".
Respecto a la consolidación por el lado del gasto, parece que el BCE da la batalla por perdida, al hablar de la relajación de las medidas de consolidación. Recuerda también que el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha aprobado "un proyecto de ley de creación de una autoridad fiscal independiente y para racionalizar la
Administración local", pero no hace la más mínima mención a los posibles efectos de estas medidas en las cuentas públicas del conjunto de las administraciones.
Finalmente, también alerta de que "a finales de junio de 2013, la deuda de las Administraciones Públicas se situaba en torno al 90 % del PIB anual [la cifra más alta de la Historia], por encima del 84 % de finales de 2012".