jueves, 30 de enero de 2014

Un ascensorísta en la Patronal asturiana....

Pedro Luis Fernández, elegido nuevo presidente de la patronal asturiana


El también presidente de GAM obtuvo 253 votos frente a los 212 conseguidos por Bernardo Villazán

30.01.14 - 13:06 - 
Pedro Luis Fernández, elegido nuevo presidente de la patronal asturiana
Pedro Luis Fernández, tras ser elegido:: Á. PIÑA
Pedro Luis Fernández es el nuevo presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) tras ganar por 41 votos de diferencia a Bernardo Villazán en las elecciones celebradas este jueves. “Empezamos a trabajar mañana. Ha sido un acto muy bonito y bueno para FADE, que demuestra que a los empresarios les interesan sus cosas”, han sido las primeras declaraciones del hombre que dirigirá a la patronal de los empresarios asturianos durante los próximos cuatro años. El nuevo presidente toma el relevo de Severino García Vigón tras obtener 253 votos frente a los 212 apoyos conseguidos por su rival.
Tras el proceso electoral, el también presidente de General de Alquiler de Maquinaria (GAM) ha querido hacer un llamamiento a la unidad entre todos los socios y ha definido el proceso electoral como un “precioso ejercicio democrático”. Asimismo, dio la enhorabuena a su rival, Bernardo Villazán, y aseguró que ha sido “una jornada agradable con mucho voto, lo cual demuestra que a los empresarios nos preocupa el futuro de la Federación”. Tras el recuento de los 472 votos emitidos (465 fueron válidos y 7 nulos), el nuevo presidente prometió trabajar “todos juntos y de la mano”. A preguntas de los periodistas, Pedro Luis Fernández -que llegaba a la asamblea con el respaldo de las patronales de la construcción, el transporte, la hostelería o el turismo- aseguró que no descartaba dar a Femetal una de las cuatro vicepresidencias que tiene pensado implantar en FADE. “¿Por qué no? Hay que hablar con todos. Vamos abrir la FADE a más gente”, respondió y, a este respecto, ha asegurado que "mañana mismo" se comenzará a realizar el diseño del Comité Ejecutivo de FADE, para distribuir los trabajos y las responsabilidades de cada uno de sus miembros. Además, finalizó su intervención con un agradecimiento expreso a todos los asociados: “Gracias a todos por la oportunidad que me habéis dado. Espero cumplir”.
Bernardo Villazán fue el primero en presentar su candidatura con el apoyo de la Federación de Empresarios del Metal y Afines del Principado de Asturias (Femetal), al que luego se sumaron asociaciones como ARA, Afoncasa o Fenite. Pese a su derrota, el candidato también quiso destacar que se había llevado a cabo una bonita campaña y agradeció los apoyos que había recibido. Ambos candidatos descartaron que se pudieran producir divisiones y aseguraron que a ambos les une el objetivo común de construir una nueva FADE, más comprometida y que represente a todos los asociados.
Se cierra el debate interno
La carrera por la presidencia de la Fade ha suscitado un profundo debate interno en el seno de la organización, poco acostumbrada a procesos de este calado. Hacía 18 años que no había elecciones, por lo que muchos de los vocales con derecho a voto que hoy han depositado sus papeletas en la urna de la asamblea electoral se estrenaban en estas lides. Llevaban días escuchando los argumentos con los que los dos aspirantes, el consejero delegado de Doarje, Bernardo Villazán, y el presidente de GAM, Pedro Luis Fernández, han tratado de sumar apoyos.
A diferencia de lo que suele ser habitual en los procesos electorales, sus aspiraciones tenían muchos puntos coincidentes. Que el cargo no sea remunerado, que se limiten los mandatos, y que haya una mayor distancia con la Administración y los sindicatos. Por tanto, saliera quién saliera elegido, se cambiará el carácter presidencialista de la patronal y el objetivo prioritario es recuperar la cohesión interna tras la convulsión vivida en la organización a raíz de que en abril se conociera que la Fiscalía estaba investigando a su entonces presidente por un presunto delito fiscal, que provocó la dimisión y expulsión de varias empresas del equipo de gobierno. También se defenderá que todos los empresarios, sea cual sea el sector al que representan o el tamaño de su empresa, tengan voz en la nueva Fade, más acorde a los nuevos tiempos y participativa en la toma de decisiones.
Tanto Villazán como Fernández habían apostado por la renovación, pero ninguno ha utilizado discursos rompedores que podrían haber causado rechazo entre una parte del electorado. Lo que más les diferencia es su estilo de trabajo. Mientras que el presidente de GAM, muy conocido y valorado entre el empresario asturiano, optó por limitar su exposición mediática para centrarse en el trabajo de campo, Villazán, un hombre de la potente patronal metalúrgica, aunque desconocido para buena parte del empresariado -es de Ciudad Real, aunque reside en Asturias desde 2010-, se prodigó en la prensa y puso todo su empeño en mantener contacto directo con la práctica totalidad de los asociados.
Al contrario que la de Fernández, su candidatura provocó desde el primer momento rechazo entre un buen número de asociaciones sectoriales y empresas singulares. Los dos aseguraron tener opciones reales de ganar, aunque, al menos públicamente, fueron los afines al presidente de GAM a los que menos les costó pronunciarse. La construcción y el transporte fueron las primeras patronales sectoriales que se decantaron por esta candidatura, a las que después fueron sumándose otras, como la del automóvil. El presidente de GAM, además, tenía tras él a buena parte del sector turístico y a empresas como CAPS, Edp y Duro Felguera. Sin embargo, el reparto de los 506 votos de la asamblea y el hecho de que el sufragio fuera secreto, lo que permite saltarse cualquier disciplina de voto, dejó abiertos los pronósticos. Las asociaciones concentraron más del 80% de esos sufragios. Mientras que cada una de las 43 empresas singulares tenía un número fijo de vocales, dos, que no varía en función del tamaño de la compañía en cuestión, en el caso de las 90 asociaciones no ocurrió lo mismo. Cada una disponía de dos vocales natos y un número variable, en función del número de empresas asociadas, del volumen de trabajadores y de otros índices correctores de orden económico. Solo una veintena de esas asociaciones alcanzaba los cinco sufragios de manera individual. Las más representativas de ese grupo era CAC-Asprocon, con 42 votos. Pero, entre todas, apenas controlan 150 votos. El resto de los sufragios, alrededor de 270, estaban en manos de asociaciones de empresas de menor tamaño, en torno a 70, que emitieron cada una entre dos y tres votos. De ahí la importancia que los dos candidatos dieron a este colectivo durante la campaña.

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