sábado, 26 de abril de 2014

El despiste de Rafa.....


Un genio sin cabeza derrota a un Nadal con  muchas dudas.....

Nadal, en el abismo de la tierra

  • El número uno mundial cae en cuartos de final del Torneo Conde de Godó ante Nicolás Almagro por 2-6, 7-6(5) y 6-4 en dos horas y 47 minutos

  • Tras su derrota en Montecarlo, el español multiplica sus incógnitas camino a Roland Garros

  • 'No debería haber perdido este partido pero el tenis es así. No voy a ganar 15 Godós', dice el jugador balear

El tenista español Rafa Nadal, durante el encuentro de cuartos de...
El tenista español Rafa Nadal, durante el encuentro de cuartos de final. ALEJANDRO GARCÍA EFE

Nadal multiplicando sus incógnitas, la "falta de confianza" admitida, la "tensión" acumulada en las últimas derrotas, Nadal en un escenario desconocido en su carrera en tierra batida: perdiendo. El número uno mundial cayó este viernes ante Nicolás Almagro en cuartos de final del Torneo Conde de Godó por 2-6, 7-6(6) y 6-4, en dos horas y 47 minutos de encuentro, y aunque malogró en el encuentro la posibilidad de su noveno título 'en casa', aunque dejó atrás un reguero de estadísticas favorables y lustrosos precedentes, abandonó sobre todo una urgente necesidad: su mejoría en arcilla.
Tras caer ante David Ferrer también en cuartos en el Masters 1000 de Montecarlo, con Madrid y Roma a las puertas y la vista puesta en Roland Garros, las sensaciones no se pueden presentar peores. "Ganar o perder, son sólo ciclos. Desde 2005 he tenido éxito en esta superficie y por eso ahora todo es insólito. No iba a ganar 15 veces el Godó o 15 veces Roland Garros", decía tras el encuentro el español, encajando lo ocurrido como hecho propio del deporte, pero dejando entrever a la vez un tremendo amargor: "No debería haber perdido este partido, no debería. No creo que haya jugado peor".
No le faltaba razón pero... Nadal empezó el encuentro regresado, rutinario. El desespero del adversario, su rostro, la firmeza de los números, el Nadal de (casi) siempre, el Nadal ¿de antes? El líder de la ATP transitó por el primer set del encuentro reposado, sin apenas errores no forzados (sólo tres en ese periodo), revelándose sólido en su saque... su guión clásico en arcilla: apartado de la pista, rápido de piernas, respondía con una derecha más alta y profunda que en días precedentes y lograba cierta lucidez con un revés que acumulaba ganadores. Así 6-2 de entrada y un inicio de segundo set controlado.

La revancha de Almagro

No necesitaba más. El encuentro no tenía ritmo pero su adversario andaba del todo desorientado. Pensando en que en 10 enfrentamientos contra ese "monstruito" (como él mismo lo llamó) sólo se había apuntado dos raquíticos periodos, pensando en la última final del ATP 500 barcelonés en la que no tuvo ninguna opción, pensando quizá incluso en aquella primera ronda de París-Bercy, en 2009 en la que contó con cinco match-balls contra él y todas las echó a perder, Almagro se iba dejando ir. Su mezcla de virtuosos golpes con inexplicables errores se decantaba hacia al lado negativo hasta que despertó.
En el segundo set, Nadal desperdició cinco bolas de break (17 tuvo en todo el partido), la última con 3-3 y ahí empezó a virar el encuentro. Siguió luego con un revés magnífico del 20ª del mundo clavado en la línea con 5-5, un golpe que cayó a plomo en el banquillo rival, y acabó con un tie-break que, siendo final, fue el inicio de la demencia. La demencia del último periodo.
Ahí Nadal desaprovechó una rotura a favor y un 3-1 cediendo un servicio en blanco (con doble falta incluida). Ahí Nadal desperdició una recuperación de saque, un 4-4 sin dar una a derechas. Ahí Nadal acabó de ceder un partido como nunca antes lo había hecho.
Sumaba 41 victorias consecutivas en el Real Club de Tenis de Barcelona desde su derrota contra Álex Corretja en 2003, siendo adolescente; Sumaba 43 sets seguidos adjudicados.
"Todo es inédito, claro, nunca había pasado, pero así es el tenis. Espero llegar bien a Madrid, estar mejor, tener un buen resultado y ya está. ¿Roland Garros? No sé, no estoy pensando en Roland Garros aún. Después de 10 años, lo único que puede cambiar es que la gente diga que no soy favorito pero para mí nada cambia. Sigo con la misma ilusión, las mismas ganas", explicó el líder mundial tras caer, escueto, apresurado, para finalizar: "Estoy bien, no tengo ningún problema, sólo necesito trabajar más".

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