sábado, 19 de abril de 2014

Oviedo y el Naranco de espaldas...

OVIEDO

«Oviedo es la ciudad de las oportunidades perdidas»

Lamenta la pérdida de patrimonio en la ciudad, y las nuevas ampliaciones de canteras, que considera «lamentables»

El Centro Asturiano celebra su segundo ciclo de conferencias sobre patrimonio local, y lo hace de la mano de Carlos Fernández Llaneza. El defensor del Naranco acudió a las charlas protagonizadas el pasado año por Ángel de la Fuente Martínez, donde al término de las mismas Alfredo Canteli le propuso impartir las siguientes. Dice que «la boca habla de lo que el corazón siente», y esos aspectos que él considera importantes son los que expone en el club de campo. El pasado 10 de abril tuvo lugar la primera conferencia sobre el acueducto Los Pilares, «obra de arquitectos montañeses, pero digna de romanos» en palabras del propio Jovellanos, derribada «sin justificación» en el año 1915.
- 'Un viaje en el tiempo' da nombre a su ciclo de conferencias. ¿Cómo ha cambiado Oviedo?
-El cambio de la ciudad es un proceso lógico, pero siempre digo que esta es la ciudad de las oportunidades perdidas. Oviedo sufrió una revolución y una guerra, que arrasó gran parte de su patrimonio, pero mucho también se pudo haber conservado. Sin embargo, no se hizo y eso la convirtió en una ciudad más plana y más gris.
-¿Un cambio a peor entonces?
-En todo lo que conllevó la pérdida de patrimonio, sí.
-En el Centro Asturiano habla de tesoros arquitectónicos que ya no están. ¿Cree que seguirá la ciudad perdiendo espacios importantes?
-Espero que no. El derribo de la quinta de Concha Heres, de El Vasco o de El Fontán o el movimiento vecinal que surgió cuando se propuso hacer un aparcamiento en el Paseo de los Álamos creo que han servido para estar vacunados. Hay un mayor espíritu de conservación del patrimonio.
-¿Qué debería suceder, por ejemplo, con los terrenos de El Cristo o la fábrica de armas de La Vega?
-Es muy difícil saberlo. Yo creo que estaría bien un concurso internacional de ideas. Lo que sí sé es que deben ser espacios recuperados para la ciudad.
-¿Y con la plaza de toros?
-Es un espacio aprovechable para muchos usos. El proyecto que hay sobre su recuperación me parece acertado, pero siempre hay que verla y analizarla desde el conjunto de El Cristo.
-Otro de los temas que tratará en sus conferencias en el Centro Asturiano será el Naranco. ¿Qué le parecen las últimas ampliaciones de canteras que se han aprobado?
-Lamentable. Existe la obligación y necesidad de preservar el Naranco. El desarrollo industrial es lógico, pero en algún momento hay que poner un límite. O queremos canteras o Naranco, pero ambos dos son incompatibles. No podemos permitirnos el lujo de arrasar el Naranco.
-¿Confía en una solución a corto plazo?
-Complicado, hay que cambiar muchas cosas. Pero alguien tiene que poner el cascabel al gato.
-El Tribunal Supremo anuló el Plan Especial del Parque Periurbano. ¿Qué opinión tiene?
-Fue un estudio bastante profundo y certero del Naranco, que planteaba cuestiones bastantes interesantes, y lo del Tribunal Supremo ha sido un mazazo. Pero eso no significa que el Principado no pueda acometer actuaciones. Oviedo sigue teniendo una deuda histórica con el Naranco.
-¿Qué actuaciones son las más necesarias?
-El Naranco no necesita grandes inversiones, necesita ayuda para que vuelva a ser lo que era, un bosque, el bosque del que Ramiro I se enamoró y donde decidió construir su palacio.
-¿Quién tiene la culpa de que no se haya hecho prácticamente nada de lo prometido?
-Doña crisis. Se hizo una senda, se compró la finca del Pevidal, y poco más. Eso fue lo más costoso, y lo que se necesitan son cosas muy sencillas. Creo que es una cuestión de voluntad.
-¿Existe esa voluntad entre las administraciones?
-Claramente no. Seguimos viviendo de espaldas al Naranco. La situación idílica del monte está muy lejos, pero hay pasos que se pueden dar dirigidos a ese propósito, que son muy fáciles.
-Terminará las conferencias ofreciendo un repaso de un Oviedo que ya no existe, ¿qué echa de menos en la ciudad?
-No soy un nostálgico en ese sentido. Lo que quiero hacer es repasar a través de fotografías la ciudad que existía antes, y que hemos perdido. Pero no ha dejado de gustarme Oviedo.
-¿Cómo se la imagina dentro de unos años?
-Déjame sacar la bola de cristal. (Ríe). La verdad es que no tengo ni la menor idea. La concienciación medioambiental es cada vez mayor, y espero que la ciudad sea más agradable con la gente. El concejo de Oviedo tiene un entorno rural que es una maravilla, y debería haber crecido de la mano con ese entorno, sin agredirse. Confío en que en el futuro sea así, y espero poder verlo.

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