El Gobierno y el Banco de España (BdE) se han salido con la suya y han logrado que la EBA (Autoridad Bancaria Europea) suavice el escenario adverso de los test de estrés, para alivio generalizado del sector. Como adelantó El Confidencial, la intención inicial era imponer un escenario muy duro, que contemplaba una caída del PIB del 6% entre 2014 y 2016, lo que había provocado el pánico en nuestras entidades por la posibilidad de que se disparase el número de suspensos. Tras unas duras negociaciones, se ha logrado esta relajación, con la que el grueso de la banca española podrá aprobar sin problemas, aunque no es descartable que haya dos o tres entidades que necesiten reforzar su capital.
Según fuentes del sector, el nuevo escenario rebaja la hipótesis del máximo de la tasa de paro en estos tres años desde el 32% al 28%. Una cifra inferior pero todavía elevada; de hecho, se encuentra por encima del 27,2% que tomaban los test de estrés de Oliver Wyman de 2012 para 2014. En cuanto al PIB, se mantiene la caída del 6%, pero no será lineal, sino respecto al crecimiento previsto por los organismos internacionales. Esto es, si se toman por ejemplo las previsiones del FMI, que contemplan un crecimiento del 1,9% (aunque sólo hasta 2015), la caída del escenario adverso sería del 4,1% (6-1,9). Si se toman las de la Comisión Europea, hablamos de un crecimiento del 2,7% (también  hasta 2015), con lo que la caída contemplada en este escenario sería del 3,3%.
Esta es la filosofía que se va a aplicar, aunque todavía no se han concretado las cifras, precisamente por la ausencia de previsiones oficiales para 2016. Este es otro de los temas que está negociando el Banco de España y que se terminará de cerrar en los próximos días o semanas. Sobre esta base, se exigirá a las entidades una ratio de core capital de sólo el 5,5% (en el escenario base será del 8%) calculada con la definición de Basilea III vigente en 2016 (phased-in), no con todos los recortes que habrá que aplicar a los fondos propios al final del período transitorio en 2019 (fully loaded), que es el ratio que exigen los mercados.
Luis Linde, gobernador del Banco de España. (Efe)Luis Linde, gobernador del Banco de España. (Efe)Las intenciones iniciales de la EBA habían hecho saltar todas las alarmas y habían desatado una campaña en la que distintos portavoces clamaban contra "escenarios que no tienen ninguna probabilidad de ocurrir". "El ejercicio debe ser duro pero plausible" (sic). Así lo dijo en público hace unas el propio gobernador del Banco de España, Luis Linde, para quien "lo importante es que lo que se dice que puede ocurrir sea posible, no que tenga posibilidad cero. Si es así, la banca española lo superará con tranquilidad, aunque puede haber algún caso no muy importante que tenga problemas".
Desde las autoridades comunitarias, la dureza se justificaba porque el BCE tiene que conocer con gran precisión las posibles debilidades de las 16 entidades españolas que va a supervisar desde noviembre y un test de estrés sólo tiene sentido si efectivamente asume un escenario muy adverso. Asimismo, la realidad ha superado los escenarios de estrés de los anteriores ejercicios, luego esta vez este tiene que ser más duro. En cambio, desde nuestro país se considera que se trata de una estratagema para conseguir que suspendan artificialmente varias entidades españolas y cubrir así el suspenso merecido de bancos alemanes, franceses a italianos. Asimismo, se considera que fijar escenarios distintos para cada país supone un agravio comparativo.
Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España. (Reuters)Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España. (Reuters)Sea como fuere, las negociaciones del Banco de España -conducidas por el subgobernador Fernando Restoy- con la EBA han dado sus frutos y el nuevo escenario es mucho más asumible por las entidades españolas. De esta forma, se espera que el número de suspensos sea muy reducido: el nombre más repetido es Liberbank, que va a anticiparse con una ampliación de 500 millones. Incluso Ibercaja ha contratado a Deutsche Bank para evaluar su situación. Otro nombre muy citado como candidato a presentar déficit de capital es Cajamar.
Otras tres amenazas pendientes
Sin embargo, el escenario adverso no era la única preocupación de la banca española en los test de estrés. Por un lado, están las carteras de deuda pública, que serán estresadas también aunque el BdE podrá suavizar el impacto en capital de la cartera disponible para la venta, como también adelantó El Confidencial, y además las ventas masivas de bonos al cierre de 2013 deberían amortiguar esa penalización. Por otro, está la necesidad devolver a tasar los activos inmobiliaros después de que la EBA no haya admitido una actualización de la valoración realizada en el ejercicio de 2012. 
Y existe un tercer peligro del que apenas se habla pero sobre el que han llamado la atención tanto la CECA como el BdE: la posibilidad de que no se tenga en cuenta todo el colchón de provisiones de la banca española para amortiguar las necesidades de capital de las entidades. Así, José María Méndez, director general de CECA, solicitó recientemente que los test "deben poner de manifiesto las peculiaridades del ciclo español en su escenario, tienen que reconocer el esfuerzo que ya se ha hecho". Es decir, que se tengan en cuenta las dotaciones ya realizadas.
El propio Restoy ha asegurado que el BCE impondrá en España un modelo más europeo en el que lo importante son las ratios de capital mientras que las provisiones –en que se basa la supervisión actual– quedan en un lugar secundario, lo que abona esos temores a que no se vayan a tener en cuenta todas las provisiones dotadas para sanear los balances