jueves, 22 de octubre de 2009

Manualillos para una crísis ( 1 )

Y falta aún un trecho.....

Más de 900.000 hogares han dejado ya de pagar su hipoteca o los recibos de la luz

@Carlos Sánchez - 22/10/2009

La recesión aprieta. Y lo hace cada vez con mayor intensidad. Hasta el punto de que, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 900.000 familias se han convertido ya en morosas por no estar en condiciones de atender sus recibos relacionados con la vivienda. Es decir, la hipoteca, la luz, el gas o los gastos de comunidad.


En concreto, y según se desprende de la última Encuesta de Condiciones de Vida, el número de hogares con pagos pendientes (sin tener en cuenta los préstamos al consumo o cualquier otra clase de crédito personal) asciende a 901.300, lo que significa el 5,4% de los 16,5 millones que hay en España. Los datos se refieren al segundo trimestre de 2008, es decir, al comienzo de la crisis, por lo que si se actualizaran las cifras los resultaos serían todavía peores.


Igualmente, otras 344.500 familias se han retrasado en el pago de algún recibo no vinculado directamente con la vivienda (teléfono, educación o gastos sanitarios). Es decir, que la morosidad afecta a 1,24 millones de hogares, lo que representa que una de cada trece familias ha dejado de pagar algún recibo. Pero es que si se suma el número de hogares con tarjeta de crédito que no ha podido satisfacer la deuda, habría que hablar de otros 322.700 familias en números rojos por problemas económicos.


Los datos de Estadística ponen igualmente de manifiesto que no se trata de pequeñas deudas contraídas con el banco o la comunidad de propietarios por problemas de liquidez. Todo lo contrario. Nada menos que el 35,3% de los hogares acumulan fallidos que representan más del 10% de los ingresos mensuales del hogar. Es decir, que en caso de que decidieran ponerse al día los deudores tendrían que hacer un fuerte ajuste en su capacidad de gasto.



¿Quiénes son los más morosos?



La encuesta del INE ofrece, igualmente, otra información que a priori puede resultar sorprendente. Las familias más morosas son las que tienen a todos sus activos ocupados (el 60% del total), mientras que la morosidad afecta a sólo el 10% de los hogares en los que todos sus miembros se encuentran en situación de inactividad. En este caso, la explicación tiene que ver con el hecho de que las familias donde trabajan todos sus miembros tienen mayor propensión al consumo, y por lo tanto al endeudamiento, por lo que sus probabilidades de incurrir en fallidos son mayores.


El retrato robot del moroso sería un hombre con una edad comprendida entre 30 y 44 años. Sin embargo, es especialmente preocupante la situación de las mujeres situadas dentro de ese segmento de edad, toda vez que en nada menos que el 43,6% de los hogares en las que las mujeres son la persona de referencia (cabezas de familia) el total del pago pendiente representa más del 10% de los ingresos mensuales del hogar. Es decir, que se encuentran en una clara situación de sobreendeudamiento.


Para hacerse una idea de lo que representa la morosidad de las familias hay que complementar la información que suministra la Encuesta de Condiciones de Vida –probablemente el mejor instrumento estadístico para conocer la realidad española- con los datos del Banco de España. Y el resultado es que en el segundo trimestre de este año (últimos datos publicados) el volumen de impagos de los hogares (sin contar las empresas) alcanza los 23.418 millones de euros. De esta cantidad, algo más de 19.600 millones corresponden a préstamos destinados a la adquisición o rehabilitación de viviendas y el resto a la compra de bienes de consumo duraderos.


No todo es endeudamiento. Los datos del INE reflejan que prácticamente la mitad de los hogares (el 48,9%) no debe ni un solo euro a los bancos. Es decir, que más de ocho millones de hogares no tienen vivo ningún préstamo. En este caso, la dispersión es enorme. Mientras que en el caso de los hogares cuyos miembros tienen más de 65 años el 85,4% no debe nada a nadie, tan sólo el 22,9% de las familias con edades comprendidas entre 30 y 44 años no tiene contraída ninguna deuda.

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