jueves, 29 de octubre de 2009

Rodrigo el disponible.

Lo creía de otras casta/pasta , tan mal le vá?

Rato se ofreció antes del verano a Rajoy para presidir Caja Madrid Caja Madrid, Rodrigo Rato, Mariano Rajoy

El ex director del FMI, Rodrigo Rato, durante una conferencia (Efe).
@Jesús Cacho - 29/10/2009 16:01h
El ex ministro de Economía del Partido Popular, Rodrigo Rato, visitó antes del verano el despacho de Mariano Rajoy en la calle Génova para notificarle su interés por hacerse cargo de la presidencia de Caja Madrid si el partido se la ofrecía. “Estoy disponible”. De acuerdo con las fuentes, el también ex director gerente del FMI se adentró en un largo circunloquio acerca de las diferencias surgidas entre ambos en los últimos años. “Lo de Valencia ya quedó atrás; la vida política tiene estas cosas y si puedo echarte una mano lo haré con gusto”, resumen las fuentes.
Para poner en valor su ofrecimiento, el aludido aseguró contar con una oferta de Emilio Botín para formar parte del consejo de administración del Santander, por lo que le sería conveniente recibir cuanto antes una señal sobre las intenciones del partido en torno a la Caja para obrar en consecuencia. Rajoy, al decir de las fuentes, le animó a aprovechar la oportunidad del Santander, “porque una oferta de Botín no es moco de pavo”. Del gallego no salió una palabra que pudiera ser interpretada como un guiño cómplice para con los deseos del ilustre visitante. Frío glaciar.
La siguiente etapa en el peregrinar de Rato Figaredo consistió en visitar a Esperanza Aguirre en su despacho oficial de la Puerta del Sol. Con el mismo ofrecimiento. La presidenta de la Comunidad tuvo palabras de afecto para el aludido, dijo tomar nota de sus deseos, pero hizo hincapié en la necesidad de hilar fino a la hora de buscar sustituto a Miguel Blesa. “No tenemos mayoría en el Consejo de la Caja, lo que nos obliga a pactar la presidencia. Y es un pacto que cada vez se hace más complicado al ser necesario meter en el mismo a más gente…”
A finales de septiembre, casi a las puertas de la cita de Copenhague donde la corazonada de Alberto Ruiz Gallardón vivió su Waterloo, quien visitó el despacho de Rajoy fue el vicepresidente de la CC.AA. de Madrid, Ignacio González. Las siempre inquietas aguas de Caja Madrid atravesaban ya por fuerte marejada rolando a mar gruesa. El segundo de Aguirre cuenta pormenorizadamente al del PP el pacto de estabilidad trabajosamente alcanzado en julio por él mismo y el presidente del Partido Socialista de Madrid (PSM), Tomás Gómez, al que se han adherido IU y los sindicatos UGT y CC.OO. de Banca.
En realidad Nacho González estaba ofreciendo al de Génova una especie de proyecto “llave en mano”, un acuerdo ya cerrado que garantizaba el control de la Caja para el PP y acababa con las incertidumbres. No está claro si en aquel encuentro Nacho González se postuló como sustituto de Blesa o se guardó esa carta. Lo que sí está probado es que Mariano Rajoy en ningún momento aludió a la existencia de compromiso alguno con Rato. Ni palabra. Más aún, el gallego dio las gracias al visitante por haberle puesto al corriente del pacto descrito y le anunció que “hablaría con Esperanza y con Alberto”.
En realidad, hasta fecha muy reciente Mariano Rajoy no ha manifestado preferencia alguna por el ex ministro de Economía, que actualmente comparte tres empleos en otros tantos bancos –La Caixa, Santander y Lazard-. Incontables han sido los testimonios llegados a la sede de Génova relatando las ácidas críticas vertidas por Rato en toda clase de ambientes a la gestión de Rajoy al frente del PP, su falta de nervio, su carácter dubitativo y medroso… El propio entorno de Rajoy se encargaba de enfatizar los peligros que para él supondría colocar a Rato al frente de Caja Madrid: “Éste te haría de todo menos un favor”.
Rajoy se hace ‘ratista’
Por eso, en la sede de Génova no acaban de salir de su asombro a cuenta del brusco giro protagonizado por el gallego indolente al manifestar su apoyo a la candidatura de Rato. Las diferencias entre ambos han sido y son tan grandes que sólo un tsunami sería capaz de llenar el abismo que los separa. Todos recuerdan las quejas de don Rodrigo, recién vuelto de Washington tras su espantada del FMI, en los días de aguda crisis que precedieron al congreso de Valencia, junio de 2008: “Es que este c. no me ha llamado ni una sola vez”.
Rajoy pasaba de Rato. El de Pontevedra lo ha tenido siempre por el único enemigo capaz de moverle la silla de Génova solo o en compañía de otros/as. ¿Por qué se echa ahora en sus brazos? Sus más cercanos colaboradores no se lo explican: “Cosas de Mariano; cree que si le debe algo a Rato, con esto le aplacará”. Para un antiguo colaborador del ex ministro, “Rajoy opta por Rato en el momento en que se da cuenta de que Esperanza Aguirre va en serio con la alternativa de Nacho González para presidir Caja Madrid, apoya a muerte a Nacho, una posibilidad que le horroriza, porque podrían utilizar la entidad para desestabilizarle”.
En el entorno de la Puerta del Sol, sede de la Comunidad de Madrid, lo tienen claro: “Ésta es una guerra para neutralizar a Esperanza como alternativa. Éste es el fondo de la cuestión: la toma de conciencia de dúo formado por Rajoy y Gallardón de su propia debilidad actual –uno por el caso Gürtel y otro por su penúltimo fracaso olímpico- y el miedo a que Esperanza termine por llevarse el canto y la limosna en el PP, una vez desaparecido Paco Camps en combate. Hay que matar a Esperanza como alternativa”. Como dijo Konrad Adenauer, “hay enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido”.
Una tercera versión, no necesariamente excluyente pero con más picante, apunta a que Rajoy lanza la candidatura de Rato para quemarlo. En el peor de los casos, piensa el gallego, puede que resulte una buena idea soltar a un tercer gallo en el corral madrileño, para que se maten a picotazos entre ellos. “Todo para no abordar el fondo de la cuestión”, asegura un destacado militante, “que no es otro que el agua crisis interna motivada por la falta de liderazgo de Mariano y las ambiciones irredentas de Ruiz-Gallardón”.
El incidente del Golfo de Tonkin que desata las escaramuzas contra Aguirre es la entrevista del vicealcalde Manuel Cobo aparecida el lunes en el diario El País, donde el alter ego de Gallardón, aunque son muchos los que sospechan que se trata del propio Gallardón, pone a la regidora madrileña como chupa de dómine. Sin haber terminado de digerir aun el drama Gürtel, el alcalde de Madrid plantaba ante la sede de Génova un coche bomba capaz de llevarse por delante al partido. Lo alucinante es que en la Comunidad piensan que tras los pasamontañas que cubren el rostro de los miembros del comando se esconde el propio Rajoy.
Un coche bomba a las puertas de Génova
Ese mismo día, con la entrevista en la calle, en la sede de Génova tienen lugar los habituales maitines de los lunes, a los que acude, tan campante, el faraón madrileño. “No me preocupa en absoluto”, contó orondo a un director de periódico con el que almorzó ese mismo día. “Alguien saldrá en Génova diciendo alguna bobada, pero Mariano no va a hacer nada”. En pleno pasillo de la séptima planta, un alto cargo del partido oyó a Esperanza interpelar a Rajoy de forma perentoria:
-Dime una cosa, Mariano, ¿tú estás detrás de las declaraciones de Cobo o te has desayunado con ellas como yo…?
-¡Por supuesto que me he desayunado, faltaría más…! –respondió el aludido con malas pulgas.
La presidenta madrileña respondió a la provocación de Cobo como los provocadores esperaban: reclamando una reparación a las ofensas en forma de castigo al agresor. Lo ha hecho con la contundencia que viene al caso: no habrá ninguna posibilidad de llegar a una solución negociada en el contencioso de Caja Madrid en tanto en cuanto no se aplique a Cobo la legislación vigente en el partido. Mientras no se le sancione, Génova debe dar por rota toda interlocución con la Puerta del Sol. Guerra civil abierta en el PP madrileño. Y Mariano en silencio.
El único hombre feliz en esta guerra es Rodrigo Rato, que ha recibido el nihil obstat para presidir la Caja no solo de Génova sino de todo el establishment patrio, incluidas las tres casas de banca para las que trabaja. Hasta Zapatero ha respondido amablemente a un pedido del interesado por persona interpuesta asegurando que “no me parece mal”. Cualquier cosa que sirva para echar más leña al fuego del PP es buena para el PSOE. Sostiene un banquero madrileño: “Yo creo que ahora gana mucho más, aunque no deja de ser un empleado distinguido, sin el menor relieve público. En Caja Madrid será el jefe, de modo que lo que fundamentalmente consigue con el cambio es estatus”. Y siempre podría abandonar la Caja, como hizo con el FMI, si la lucha por el poder en el PP le hiciera un guiño.
En el Madrid financiero se daba ayer por hecha su nominación como sustituto de Miguel Blesa. Todos parecen haber olvidado que la autoridad de tutela pertenece a la Comunidad de Madrid, y que es la Comunidad y su vicepresidente, Nacho González, quien tiene armado con el socialista Tomás Gómez el pacto necesario para sumar en el Consejo los 11 votos capaces de elegir presidente. De modo que el Rey Sol Rato tendrá que esperar. Y tal vez arremangarse y negociar. Con apoyos de sobra en Madrid, Esperanza, mala enemiga a la contra, no parece dispuesta esta vez a dar un paso atrás.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para mí, el mejor candidato es Folgado, actual Alcalde de Tres Cantos.......