domingo, 28 de noviembre de 2010

La Cabeza de Nadal en la final....

De nuevo los dos grandes en la final del Masters.

ATP World Tour Finals - Nadal cocina a Murray a fuego lento

Como los grandes chefs. Nadal ha cocinado su mejor partido para colarse en una de las pocas finales que aún se le resistían. Después de lo visto, ni los más exigentes catadores dejarían hoy al mallorquín sin, por lo menos, una estrella Michelin. El 7-6 (5), 3-6, y 7-6 (6) final bien se la merece.


Después de tres horas y once minutos, el español se aseguró su octava final de este año, después de las de Doha (única perdida), Montecarlo, Roma, Madrid, Roland Garros, Wimbledon, Abierto de Estados Unidos y Tokio.

Si de algo se caracterizó el primer set fue de igualdad, buen tenis y cifras escalofriantes: Murray logró un porcentaje del 91 por ciento en su segundo servicio y llegó a sacar a una velocidad de 220,4 kilómetros por hora.

En el quinto juego, cuando servía Murray, se vivió el primero de esos duros combates mientras Nadal movía al escocés de un lado a otro, buscando su desgaste. Para sorpresa de todos, el local que recuperará el próximo lunes el cuarto puesto en el ránking mundial, defendió maravillosamente el punto y resistió hasta el desempate.

Dosis de polémica

Antes de ese desenlace, hubo una anécdota de las que se ha dado de qué hablar esta semana pero, a diferencia del polémico punto de ayer, ésta no desató protesta alguna de los jugadores. En esta ocasión, fue el público el que abucheó cuando el juez de silla, Lars Graf, se equivocó en un resultado en el marcador, aunque luego prometió rectificar en el siguiente punto.

Una vez desatadas las risas entre las dos aficiones, donde se encontraban la madre, hermana y novia de Rafa Nadal (Ana María Parera, María Isabel Nadal y María Francisca Perelló, respectivamente), los jugadores terminaron ese juego, así como los dos siguientes y se enzarzaron en el desempate más luchado del torneo.

Murray falla: Nadal, no

El servicio del mallorquín brilló por encima de sus anteriores duelos en esta pista, pero también consiguió el acierto necesario para romper, por primera vez en todo el partido, el saque de su adversario. La devolución de ese "mini-break" en el siguiente punto por parte de Murray desató el instante más emocionante vivido hasta ahora en esta competición.

Con 1-1 en el marcador, el balear trató de volver a centrarse en el partido y controlar el frente. Aunque empezó a resentirse del cansancio acumulado en sus piernas, Nadal logró imponerse con determinación en el tercer juego y romper el servicio de su contrincante.

Un fallo de Murray en el momento más decisivo, que lo precipitó al suelo e incluso parecía que se había lesionado, regaló el gran premio que buscaba Nadal en Londres: culminar la temporada en una final del Masters, que le enfrentará al suizo Roger Federer.

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