domingo, 26 de diciembre de 2010

El AVE se impone.

Desarrollo a alta velocidad


20/12/2010

Las dos décadas de implantación del AVE en España son una historia de éxito con origen en la visión del Gobierno de Felipe González. Allá por 1992, cuando el objetivo era tener el primer AVE Madrid-Sevilla para la Expo, llovían las críticas a la "faraónica" obra. Bastaron pocos días para que se tornaran en alabanzas al nuevo tren. A los más recalcitrantes les bastó conocerlo. Y así nació uno de esos preciados consensos en la España democrática. La nueva línea que desde ayer une Madrid con Cuenca, Albacete y Valencia abunda en la creación del mayor nexo ferroviario de alta velocidad del mundo, pero es sobre todo un paso más en una carrera imparable hacia un futuro de mayor desarrollo económico y vertebración territorial.

El AVE es también una locomotora para la competitividad de las empresas españolas que -sin obviar que parte de la tecnología del material tractor ha llegado de Francia, Alemania o Canadá- están hoy en posición privilegiada para competir por los contratos de alta velocidad en todo el mundo, sean de material rodante o de las instalaciones fijas. Pero esta historia de éxito solo estará completa cuando el aprovechamiento eficaz de las infraestructuras -nuevas o no- sea total y, sobre todo, cuando el transporte ferroviario se desarrolle también en mercancías tanto como requiere la economía española.

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