sábado, 25 de diciembre de 2010

Veremos a una Ferrari distinta?

La lección que tendrá que aprender Ferrarijue 23 dic 13:48:00 2010

..La primera temporada de Alonso en Ferrari cumplió con creces las expectativas creadas y sólo un borrón en los últimos 300 kilómetros de la temporada dio al traste con el sueño del asturiano y de su legión de tifosi. Cierto es que durante la primera parte de la temporada vivieron en el alambre, siempre a la estela de Red Bull y McLaren, y al final ese castillo de naipes que construyeron se vino abajo de la manera más cruel. En mitad del desierto y con el champán ya preparado.

El sueño de ver a Alonso vestido de rojo se cumplió en enero, en la estación de Madonna di Campiglio, pero para ver la verdadera fuerza que dicha unión tiene hubo que esperar hasta febrero. El día 3, a las 10:03 horas, el asturiano arrancó el motor de su F10 y ya nada volvería a ser igual. Más de 40.000 personas acudieron al circuito de Cheste para presenciar este histórico momento de su estreno como piloto de Ferrari.

Después de muchos kilómetros de test, la mayoría sobre agua, ya se podía atisbar el guión de la temporada. Sólo el talento de Alonso podría batir a los Red Bull. Dicho y hecho, en Bahrein llegó la primera victoria del español con Ferrari, pero sólo fue un espejismo. Después llegaron varias carreras con resultado adversos (Australia, con un trompo en la salida, y Malasia, donde disputó la carrera con un fallo en la caja de cambios), sobre todo, por culpa de los motores.

El Mundial regresó a Europa y ahí introdujeron el paquete de mejoras más grande de la temporada, sin embargo la dinámica negativa no se corrigió. El Mundial empezó a verse cada vez más complicado, sobre todo tras su accidente en los entrenamientos de Mónaco y el naufragio en Turquía.

Tras el GP de Canadá, en el que fue tercero, las polémicas decisiones de los comisarios en Valencia, al sacar el coche de seguridad, y en Silverstone, al sancionarle por adelantar cortando una curva a Kubica, hicieron entrar en barrena al asturiano pese a su mensaje al equipo: "Vamos a ser campeones del mundo". Entonces llegó el momento más polémico del año: GP de Alemania y las órdenes de equipo aparecieron para intentar catapultar a Alonso en el Mundial de pilotos. "Alonso es más rápido que tú, confírmame que has recibido el mensaje" le dijeron a Massa por radio. Todo lo que pasó a continuación ya lo sabéis.

En Hungría, pese a que debía de ser un circuito Ferrari, Red Bull dio otro golpe en la mesa y rompió con todo lo establecido. Alonso fue segundo y a seguir creyendo en la 'Operación Remontada'. Sin embargo dicha conjura pareció venirse abajo en Spa, el circuito de Alonso. Allí en la carrera todo le salió mal: se lo llevó por delante Barrichello, arriesgó con la configuración de agua para su F10 y cuando ésta apareció acabó estrellándose contra el muro.

Entonces llegó el golpe de efecto que en Ferrari esperaban de Alonso, con la pizca de suerte que se le había resistido a lo largo del año. Victoria en Monza, la casa de Ferrari, y segundo triunfo en Singapur, este sin polémica pero sí con una nueva exhibición de pilotaje. El Mundial estaba ahora a once puntos, lejos quedan los 41 a los que llegó a estar de la cabeza del Mundial.

En Japón no hubo manera de doblegar a los Red Bull, pero el milagro llegó en Corea. En un Gran Premio caótico, en un circuito a medio terminar, con la pista casi inundada, los Red Bull cometieron el peor de los errores posibles: Mark Webber se estrelló a las primeras de cambio y a Vettel su motor le dejó tirado cuando acariciaba el título. Dicha corona estaba sobre la cabeza de Alonso, que por primera vez desde la carrera inaugural de la temporada lideraba el Campeonato.

Sólo dos carreras quedaban para bajar el telón del Mundial más igualado de la historia, en el que hasta cinco pilotos a falta de dos carreras tenían opciones para alzarse con el título. En Brasil, donde Alonso había conseguido sus dos títulos Mundiales en 2005 y 2006, tenía el asturiano su primera oportunidad de dejar sentenciado el título. No fue posible, Hulkenberg hizo la pole y Alonso quedó quinto con todos sus enemigos por delante. El asturiano hizo una carrera brillante, al menos en las primeras vueltas en las que consiguió adelantar a Hamilton y Hulkenberg para consolidarse en la tercera posición y perder el menor número de puntos posibles.

Entonces el Gran Circo desembarcó en Abu Dabi, pero ahí la fiesta de Alonso y de Ferrari se celebró los días previos al Gran Premio y en el parque temático del Cavallino Rampante en pleno Golfo Pérsico. En la carrera, la peor probablemente de la historia de Ferrari, un error de principiante en la estrategia condenó a Alonso ante el asombro del mundo entero. Las vueltas iban pasando y el Mundial se escapaba, pese a que sólo tenía que acabar cuarto. Esta vez el talento de Alonso, al que tanto se aferró Ferrari durante toda la temporada, no fue suficiente.

Así, de la manera más cruel se llegó al final del Mundial más intenso de los últimos años, pero como el propio Alonso dijo antes de embarcarse en esta aventura, no ganarlo el primer año no sería un fracaso. A partir de ahora lograr el tercero sí se ha convertido en una obsesión.

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