martes, 27 de diciembre de 2011

Futbolín inteligente....

El cerebro de los futbolistas


cerebroblog
Tuve la suerte de conocer al técnico Inglés Terry Venables, en Barcelona. En aquellos años (1984-1987) era todavía joven, mi mente recibía los mensajes, los procesaba y los ponía en valor. Recuerdo una de sus grandes frases: "El fútbol no se juega en el campo, se juega con lo que hay entre las orejas". Los ingleses siempre han sido muy activos a la hora de construir frases para la historia. El mítico entrenador del Liverpool, Bill Shankly, tenía por costumbre increpar a su jugadores y provocarles:"El problema contigo, chaval, es que tienes los sesos en la cabeza". Parece evidente que un buen entrenador debe conocer cómo funciona la mente de sus jugadores antes de intentar explicarles los sistemas que quiere aplicar, de comprometerlos con sus ideas. Cada maestro tiene su libro y cuando cambia el cocinero la comida sabe diferente, dice el refranero. No me voy a referir a la llegada de Simeone al banquillo del At. De Madrid porque hay personas más puestas en el "sentimiento Atlético" que seguro ya han explicado "el nuevo amanecer rojiblanco". En este caso mi única inquietud es saber cuánto tiempo tendrá el Cholo para trabajar y que le respeten sus ideas.
Hace unos días, en una revista de fútbol, leía algunas opiniones y ejemplos que pueden apoyar esta teoría que estoy esbozando. El fútbol vive de estrategias psicológicas, en algunos manuales son más importantes que las futbolísticas. En la alta competición la igualdad técnica precisa de un elemento desestabilizador. Aquí en España hemos comprobado, a lo largo de este año 2011, la veracidad de este tipo de actuaciones. Decía un experto historiador que la razón por la que el Milán eligió en su día una camiseta con rayas rojas y negras fue para "evocar al diablo y asustar a los contrarios". Hemos progresado y las camisetas ahora son elementos comerciales más que armas de confusión masiva. El verbo si hace daño.
Algunos psicólogos deportivos no creen en la capacidad de la mayoría de los jugadores para asumir su responsabilidad profesional: "Son deportistas que viven rodeados de una popularidad excesiva, en algunos casos desproporcionada. Cuando un futbolista empieza a pensar en los fans, la televisión lo coloca frente al gran público, su nombre aparece cada día en los periódicos y tiene que esconderse del acoso mediático y popular se olvida de sus metas. Aparecen pensamientos negativos, surgen la dudas, las piernas se hacen más pesadas y cambia la respiración". A estos jugadores se les cataloga de arrogantes. Hay ejemplos, muy cercanos, que todos conocemos.
Una de las estrellas de la Premier y del Chelsea, Didier Drogba, admite que puede llegar a desconcentrarse cuando está en el campo y pasa un tiempo sin tocar el balón, aparece el síntoma de la ansiedad. Como en cualquier profesión la confianza es la clave del éxito, la única forma de enfrentarse al problema El que fuera seleccionador inglés, Sven-Göran Eriksson, definió esta situación dando porcentajes: "Hay un 80% de de los futbolistas considerados estrellas que padecen ansiedad provocada por su forma de jugar. En los momentos decisivos rinden por debajo de su capacidad". Cuando las cosas no van bien, se enfadan con todo lo que les rodea, con ellos mismos, con los árbitros y pierden el control.
La cabeza juega más que las piernas y por eso los futbolistas inteligentes disponen de un valor añadido, su capacidad para administrar sus esfuerzos y sacar provecho de sus virtudes les hace diferentes, decisivos. Dejan de ser autómatas para ser imaginativos. Confundir el poder físico con el poder mental es uno de los grandes errores cuando intentamos establecer una lista para elegir a los mejores.

No hay comentarios: