jueves, 27 de agosto de 2015

QE Chiníto

Tareas que tiene China por delante para salir del atolladero


Ha de limpiar los excesos del pasado sin provocar una crisis financiera y cambiar de modelo económico sin llevarse por delante al resto del mundomprimir
Las autoridades chinas han logrado contener la sangría en los mercados de renta variable (¿momentáneamente?) gracias a la bajadas de tipos de interés y a la reducción de la exigencias de reservas en su sistema financiero. Con ello, sin embargo, no se acaban los problemas. Según Craig Botham, economista de mercados emergentes de Schroders, "el recorte de tipos, aunque útil, probablemente sólo evitará impagos en lugar de fomentar la inversión en una economía asediada por la deflación, el exceso de capacidad y los altos niveles de deuda". 
Precisamente, a juicio de José Luis Martínez Campuzano, estrategia de Citi en España, dos son los principales problemas de China: la elevada deuda privada y la sobrecapacidad. El primero, según este experto, se resolvería con medidas que incidieran en la apertura a la inversión extranjera en China; la segunda, acelerando el cambio de modelo económico de muy dependiente del exterior a apalancarse un poco más en la demanda interna. 
El país se encuentra embarcado en esa transformación de una economía básicamente exportadora a otra con más peso del consumo interno desde hace ya varios años. Quizás debería darle un impulso, según comenta Rose Marie Boudeguer, de Banca March, con medidas fiscales que no busquen impulsar la producción sino el consumo doméstico.Precisamente por la renovada importancia del consumidor local en la economía del país, el yuan no debería devaluarse mucho más desde los niveles actuales. La pérdida de valor de la moneda propia provocaría una reducción del poder adquisitivo local. 
Con vistas a la construcción de un nuevo modelo económico, hay que estar pendientes de la puesta en marcha del nuevo plan quinquenal que se desarrollará entre 2016 y 2020. En varias ocasiones se ha manifestado la conveniencia de establecer ciertos ajustes en él para que sea más efectivo. Pero lo que está claro es que la agenda de reformas, apertura y liberalización tiene que continuar. 
Catherine Yeung, directora de inversiones de Fidelity para la región Asia-Pacífico, comenta quelas autoridades chinas deberían acabar con la intervención directa en el mercado, para que le sea posible alcanzar su nivel de equilibrio. Para impulsar la economía, asegura, aún tiene margen bajando los tipos de interés o reduciendo las reservas que han de mantener las entidades financieras. 
Con vistas a frenar la huida de capitales, algo que el Gobierno chino vigila muy de cerca, la idea más acertada sería introducir mejoras en la gestión, sobre todo el sector público: "China tiene activos muy atractivos, le falla la gestión", comenta Yeung. 
Yeung cree que ya hay activos muy interesantes, a precios muy buenos, aunque hay que seguir vigilando la evolución de los resultados empresariales. Éstos, en su opinión, podrían revisarse a la baja, pero aún así, incluso con el PIB chino creciendo a ritmos entre el 5% y el 6%, algunas empresas, sobre todo las más grandes, sobre todo de los sectores seguros y consumo estable, entre otros, pueden ser capaces de obtener márgenes y beneficios aún atractivos. 
Como resume Martin Wolf en Financial Times, China se enfrenta, fundamentalmente, a tres dolores de cabeza: limpiar los excesos del pasado sin provocar una crisis financiera; redimensionar la economía para que sea más dependiente del consumo público y privado y menos de elevados niveles de inversión; y, en tercer lugar, conseguir todo ello gracias a un dinámico crecimiento de la demanda agregada. Según comenta Wolf, el mercado, con este gran aviso de las últimas semanas en forma de desplomes bursátiles, ha advertido sobre lo difícil que será conseguir todo ello y, también, sobre lo desestabilizadoras que pueden ser las medidas que adopte el país para acercarse a su objetivo. Estas medidas pueden seguir pasando por las devaluaciones del yuan, tipos de interés súper reducidos e incluso un programa de compra de activos, es decir, una "QE a la china".

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