viernes, 28 de agosto de 2015

Sigue la volatilidad de fondo...

Los inversores de todo el mundo (y los expertos que han insistido hasta la saciedad en que el reciente desplome no era preocupante) pudieron respirar ayer por fin. Los índices han recuperado los niveles del viernes pasado, los anteriores al lunes negro (los 10.271 en el caso del Ibex) y aquí no ha pasado nada. Un susto típico de estas fechas en las que todo el mundo está de vacaciones y hay poco volumen de negocio (lo cual es falso, como ha informado El Confidencial). Pero como los fundamentales son buenos -ahí están los sólidos núemeros del PIB EEUU y de España- y los bancos centrales están al quite, se volverá a ganar dinero en bolsa sin problemas.
¿Seguro? Pues no tanto. Los factores que provocaron el susto no han desaparecido y los indicadores técnicos todavía no permiten dar por conjurado el peligro. Recuerden, que muchos presuntos expertos aseguraban a principios de semana que "esto se veía venir"; así que ahora que hemos vuelto a donde estábamos, se seguirá viendo venir. Es decir, que si la bolsa tenía que caer entonces, tendrá que volver a caer ahora.
Los factores que señalaba el lunes Mohamed El-Erian, exjefe de inversiones de Pimco y asesor de Obama, para justificar su visión bajista eran la crisis de los países emergentes -en especial de China-, las dificultades de estos Gobiernos para estabilizar sus economías y mercados y la caída de las materias primas. Todo esto sigue ahí, por mucho que la presión se haya aliviado un poco con la bajada de tipos en China y la nueva intervención de su Gobierno en el mercado, o con el rebote del crudo (que sigue claramente por debajo de 50 dólares). 
Este gurú añadía que muchas carteras reducen automáticamente su exposición en tiempos de volatilidad -y no se van a recomponer de inmediato ni los inversores que están fuera van a entrar en masa porque la volatilidad sigue siendo altísima- y que los bancos centrales tienen muy poca capacidad para salvar de nuevo al mercado. Este último punto es el quid de la cuestión, puesto que el rally posterior al batacazo se explica principalmente por la confianza en que la Fed (y el BCE si llega el caso) vuelvan a tomar medidas que eviten una catástrofe. De hecho, el detonante de la recuperación que comenzó el miércoles en Wall Street fueron unas declaraciones de un miembro de la Fed, William Dudley, en las que restaba probabilidades a una subida de tipos en septiembre.

La incógnita de la Fed

Ahora bien, si no lo hace en spetiembre, lo hará en diciembre, así que esto tampoco cambia mucho el panorama. Máxime después de datos tan fuertes como el PIB de EEUU publicado ayer. Pero lo que están esperando todos los analistas optimistas es que la Reserva Federal vaya más allá y aplace sine die las alzas de tipos, o incluso que se embarque en un QE4 (una nueva ronda de medidas no convencionales) con nuevas compras de activos. Por eso, se antoja decisiva la conferencia de este sábado de Stanley Fischer, vicepresidente de la Fed (la presidenta Yellen se ha borrado de la cita de Jackson Hole), en la que todo el mundo espera que dé pistas sobre hasta dónde piensa llegar.

La presidenta de la Fed, Janet Yellen. (EFE)
La presidenta de la Fed, Janet Yellen. (EFE)
Otro elemento que tampoco han desaparecido con el rrebote es lasobrevaloración general de las bolsas mundiales: las valoraciones, aunque se han moderado con la caída, siguen por encima de la media histórica en un entorno de ralentización de beneficios. Es decir, que la bolsa sigue cara y debería bajar más. Es lo que opina James Abate, del fondo Centre Asset Manager, en MarketWatch: "Nuesto mejor escenario es un movimiento lateralque se prolongue durante bastante tiempo. Pero el central es una caída adicional porque no hay ningún catalizador capaz de hacer subir más las bolsas. Históricamente, ese catalizador ha sido la Fed, pero se ha quedado sin balas y no tiene más liquidez para actuar".

Los gráficos siguen sin ser alcistas

Desde el punto de vista técnico, era de esperar un rebote de cierta intensidad, y lo que hemos tenido de momento es sólo eso. Se han alcanzado los soportes perdidos (ahora resistencias) pero no se han superado ni se han anulado las formaciones bajistas. Si eso ocurre, será el momento de volver a la bolsa con un cierto margen de seguridad. Pero, hasta que no suceda (si llega a suceder), la estructura sigue siendo bajista y era más aconsejable aprovechar el rebote para deshacer posiciones a mejor precio, como recomendó el analista Carlos Doblado el martes en El Confidencial.
Por tanto, nos encontramos en un momento decisivo. Los índices tienen que romper los niveles que alcanzaron el jueves y, en principio, el mensaje del volumen no es muy alentador: es mucho mayor en los días bajistas que en los alcistas. Y tenemos la intervención de Fischer el sábado. En consecuencia, no parece muy aconsejable tomar ninguna decisión hasta que el panorama se aclare, tanto fundamental como técnico. Porque, aunque hayamos vuelto a los niveles anteriores al lunes negro, puede haber nuevos sustos.

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