miércoles, 28 de octubre de 2015

Caminíto de Irlanda....

¿Éxodo de empresas españolas hacia Irlanda? Ventajas fiscales y mucho más

  • Estar en Irlanda es entrar en un mercado de 500 millones de consumidores
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Hace escasos días, la multinacional catalana Grifols reconocía que gestionará desde Irlanda su tesorería a nivel global y las áreas clave de su división Bioscience (biociencia), que aporta en torno al 75% de la facturación total del grupo. Parece que las ventajas que ofrece el Tigre Celta están convenciendo a muchas empresas para establecer allí su negocio: bajos impuestos, elevada inversión y apoyo a la investigación se suman a que la irlandesa sea la economía que más crece de la Eurozona como los principales ventajas.
Grifols no ha sido la única en las últimas semanas. La aerolínea Norwegian también ha anunciado que deja España aunque ésta alega que lo hace para obtener derechos de tráfico comunitarios con países anglosajones de fuera de la UE (otra ventaja de Irlanda). Sea como fuere, lo cierto es que Norwegian ha transferido toda su operativa con base en España a su filial irlandesa Norwegian Air Intenational, con sede en el aeropuerto de Dublín.

Un refugio fiscal

Irlanda es conocida por sus bajos impuestos, sobre todo el de Sociedades, cuyo tipo general es del 12,5% mientras que en España es del 28% y en Alemania del 29,6%, por ejemplo. Por eso hay muchas personas que dicen que Irlanda es un paraíso fiscal, una denominación errónea que viene de la siguiente confusión: tax heaven (paraíso fiscal) no es lo mismo que tax haven (refugio fiscal). Se trata de una mala traducción puesto que Irlanda no es un paraíso fiscal al uso, sino que es un país que tiene unos impuestos sobre los beneficios de las empresas más bajos que el resto de los países de la Eurozona. Por eso lo más correcto es hablar de refugio fiscal.
Además, el Gobierno irlandés ha anunciado que pretende hacer su sistema tributario aún más atractivo para las empresas con la intención de atraer talento e innovación al país. Destaca la posible reducción del Impuesto de Sociedades hasta el 6,25% para algunas empresas cuando sus beneficios se deriven de patentes y propiedad intelectual. Aunque esta medida es novedosa en Irlanda, países como el Reino Unido, Luxemburgo y Holanda ya tienen establecidos unos gravámenes inferiores al tipo general para la propiedad intelectual.

Marc Vidal, economista, escritor y especialista en nueva economía, explica en su blog personal que Irlanda "da acceso al mercado europeo como país miembro de la Unión Europea, de la que se derivan casi 500 millones de consumidores a los que puede vender sin necesidad de atender tasas o derivados. Además, dentro de Europa, Irlanda y Malta son los únicos países de habla inglesa que operan con euros".
Por otro lado, "la conexión irlandesa con EEUU y el resto del mundo anglosajón a través de sus puertos y, principalmente, su aeropuerto de Dublín es excepcionalmente privilegiada". Este es uno de los factores que ha propiciado el traslado de la operativa de la low cost Norwegian.
Por otro lado, Vidal también destaca que "para las empresas digitales o vinculadas al conocimiento, la Ley Fiscal irlandesa contiene grandes exenciones para los gastos en propiedad intelectual y en investigación y desarrollo. Importar y exportar desde aquí es notablemente mejor que en otros lugares europeos. De acuerdo con el Índice de Libertad Económica, Irlanda es el país con más libertad de Europa y el quinto del mundo".

Economía y capital humano

Por último, Vidal explica que el entorno empresarial es bastante bueno, "con políticas enfocadas a la creación de empleo tecnológico y una mano de obra cualificada con más de 50.000 estudiantes de IT que salen cada año de las universidades irlandesas". La educación y la formación del capital humano es clave para que la economía de un país sea productiva y competitiva en el mundo. Para una empresa es más interesante establecerse en un país que tenga un capital humano cualificado y adaptado a las necesidades del mercado que instalarse en otro país con un menor nivel.
La economía irlandesa fue una de las más castigadas durante la crisis, pero desde 2011 crece con fuerza. Es más, el año pasado la tasa de variación anual del PIB fue del 5,2%. Aunque la tasa de paro llegó a superar el 15% a finales de 2011, la flexibilidad del mercado laboral ha permitido que cuatro años después se sitúe en el 9,4%, una reducción sin precedentes en la actual Europa.
Por todo ello Irlanda se ha convertido en un país muy atractivo para la inversión extranjera. Los movimientos de Grifols o Norwegian pueden ser sólo el comienzo de un éxodo de empresas en busca de un mejor clima empresarial. Así, los gobernantes del resto de miembros de la UE deberían comenzar a pensar en establecer un marco fiscal común o en competir vía costes, impuestos y oportunidades con Irlanda.

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