sábado, 16 de agosto de 2008

Un gigante energético nace...con lios.

El cierre del mapa energético hispano empieza a intuirse con algún espacio muerto todavía, que se pintará en no mucho tiempo.
EDP y el Cantábrico esperan novios.



De Hidroeléctrica Ibérica a ‘Fenogas’
Publicado el 16/08/2008, por Yovanna Blanco

La fusión de Gas Natural y Unión Fenosa pone el punto final, al menos de momento, a una década marcada por los continuos intentos frustrados de crear un gigante español que compita en la primera división europea, junto con grupos como EDF o E.ON.

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Imagínese una A íntimamente unida con una B; imagínese una C que tiene esa misma relación con la D; ponga en contacto ambas parejas: A se precipitará sobre D y C hará lo mismo sobre D.

Así es como describe Johann Wolfgang von Goethe las afinidades electivas, que unen y separan a las parejas más ligadas entre sí. La teoría del escritor alemán tiene otra aplicación, más allá del ámbito humano, que el propio Goethe nunca llegó a imaginar durante su vida.

Piense ahora en el sector energético en España. En 2005, Gas Natural intentó quedarse con Endesa. Dos años después, los principales accionistas de ACS (la familia March, a través de Alba, y Florentino Pérez) alentaron la idea de que las dos eléctricas en las que participaba el grupo, Unión Fenosa e Iberdrola, se uniesen (como ya intentaron en 2000).

Si los analistas hubiesen seguido esta teoría, quizás, habrían podido prever que Gas Natural se lanzaría sobre Fenosa y que, si se cumple con las empresas como con las personas, Endesa e Iberdrola podrían responder.

En el mercado energético entran en juego, no obstante, otras variables y tal vez Goethe se hubiera escandalizado de saber que A (Gas Natural), además de lanzarse sobre C (Endesa) y D (Unión Fenosa), también lo hizo sobre B (Iberdrola).

¿Cómo se explica? Quien no quiera ser atacado debe tomar la iniciativa y lanzarse a por sus oponentes. Ésta es la máxima que parece regir en el sector energético, desde que la liberalización del mercado hizo entender a las empresas que el petróleo, la electricidad y el gas no funcionaban por separado, sino que el futuro pasaba por la creación de gigantes multiservicios.

Antecedentes
Para entender la actual coyuntura que vive el mercado, es necesario retrotraerse al siglo XX, cuando surgieron los antecedentes de los que hoy son los protagonistas del sector energético: Endesa, Iberdrola, Gas Natural y Unión Fenosa.

En 1901, se constituyó Hidroeléctrica Ibérica (posterior Iberduero), concesionaria de la explotación hidroeléctrica en los ríos de las principales regiones industriales del norte de España, embrión de la actual Iberdrola. Seis años más tarde, nació Hidroeléctrica Española (Hidrola) para abastecer los mercados de Madrid y Valencia, que en 1991 se integró con Iberduero y dio lugar, en 1992, a Iberdrola.

Fue el primer actor en llegar al mercado energético y, tras él, surgieron Unión Eléctrica Madrileña (actual Unión Fenosa), en 1912; la estatal Empresa Nacional de Electricidad SA (Endesa), en 1944; y el más tardío, Gas Natural, en 1991, como fruto de la fusión de Catalana de Gas, Gas Madrid y de los activos de distribución de gas canalizado que aportó Repsol.

Sin embargo, fue a partir de los años ochenta cuando el sector comenzó a movilizarse, como consecuencia del cambio de mentalidad orientado hacia la liberalización del mercado. Uno de los hechos más destacables fue la privatización de Endesa, tras tres ofertas públicas de venta (OPV). En 1988, el Estado redujo su participación en la compañía al 75%.

En 1994, descendió hasta el 66,89% y el proceso finalizó en 1998, con una OPV por el 33% de la empresa, que pasó a convertirse en una compañía privada. Por el camino, Endesa realizó una fusión por absorción sobre sus filiales Enher, ERZ, Fecsa, Gesa, Nansa, Sevillana, Unelco y Viesgo.

En 1999, comenzó el baile de parejas. La petrolera Repsol lanzó el guante a la eléctrica Iberdrola, sobre la que presentó una opa en el mes de noviembre, que finalmente no salió adelante.

Hidrocantábrico
El acercamiento dio paso a otros intentos de fusión, el de Endesa e Iberdrola en 2000 o el de Unión Fenosa sobre Hidrocantábrico. La compañía asturiana, actual HC Energía, era entonces el cuarto mayor productor y distribuidor minorista de electricidad en España, y se convirtió entonces en el objeto de deseo de rivales nacionales y extranjeros Así, el 13 de marzo de 2000, la norteamericana TXU lanzó la primera de las seis ofertas públicas de adquisición que recibió Hidrocantábrico, que finalmente pasó a manos de la portuguesa EDP en 2005.

Durante esos años, Gas Natural revolucionó el sector energético con sendas operaciones que, de no haberse frustrado, habrían tenido aún más resonancia que la operación con Unión Fenosa. En 2003, la gasista fija sus objetivos en Iberdrola y lanza una opa hostil sobre ella, la segunda eléctrica de España, que valoraba a la compañía en 15.384 millones de euros, a 17 euros por título. La operación, que tenía como objetivo crear la tercera empresa energética de Europa, no salió adelante, ya que la Comisión de la Energía (CNE) vetó la opa.

E.ON
Pero Gas Natural no se dio por vencida e insistió en su intención de crecer. Dos años después, en 2005, el objeto de deseo fue Endesa, sobre la que lanzó una opa por el 100% del capital por valor de 22.549 millones de euros, a un precio de 21,3 euros por acción.

En 2006, fue el gigante alemán E.ON el que respondió lanzando una contraopa amistosa por Endesa, que superaba en un 29,1% la oferta de Gas Natural.

El ejercicio 2007 fue un año con operaciones de gran relevancia. En febrero, la italiana Enel entró en Endesa –entonces en plena opa de E.ON– y se hizo con el 10% del capital y, en abril, se alió con Acciona para lanzar una opa conjunta sobre Endesa a 41,3 euros por acción. Ese mes, Iberdrola cerró la compra de Scottish Power por 17.800 millones, y llegó a un acuerdo para la adquisición de Energy East, cuyo cierre, que estaba previsto para el primer semestre de este año, se encuentra en proceso de autorizaciones.

El pasado 30 julio fue el día con el que Gas Natural llevaba soñando varios años. La compañía presidida por Salvador Gabarró acordó con ACS la compra de la participación del 45,3% que la constructora tiene en Unión Fenosa, a un precio de 18,33 euros por acción. A la tercera iba la vencida, dijeron muchos entonces, al recordar los intentos fallidos de hacerse con Iberdrola y Endesa.

¿Qué repercusión tiene en el mercado el nacimiento de Fenogas? (uno de los nombres que se barajan para el nuevo grupo) La trascendencia es enorme, ya que la compañía resultante de la unión de Fenosa y Gas Natural añade un nuevo protagonista a la pugna que mantienen Iberdrola y Endesa por controlar el sector.

Aunque, en algunas parcelas, Gas Natural y Fenosa llevaban la voz cantante; Iberdrola y Endesa eran las cabezas visibles en los principales parámetros. Una tendencia que cambiará una vez que se complete la fusión, en el segundo semestre de 2009, ya que el nuevo gigante recortará la distancia y apretará las tuercas a las firmas presididas por Ignacio Sánchez Galán y José Manuel Entrecanales, Iberdrola y Endesa, respectivamente.

Si se tienen en cuenta las ventas en el primer semestre de 2008, el nuevo grupo empataría con Endesa, que ganó 1.216 millones de euros (sin extraordinarios), con una cifra de negocio de 11.369 millones. Iberdrola mantendría el liderazgo, al sumar 12.021 millones de ventas y 1.959 millones de beneficios, impulsada por la integración de Scottish Power.

En ingresos, clientes y en ventas de energía en España, el grupo naciente peleará codo con codo con sus rivales y les sigue de cerca en generación eléctrica. El nuevo matrimonio será la tercera eléctrica española y el mayor operador de gas de la cuenca atlántica. Tendrá más de 20 millones de clientes y la fusión aportará sinergias de 300 millones de euros anuales.

Pero la creación de un titán de la energía no es el único eco de la operación, que también ha servido para alejar, al menos por el momento, a conglomerados europeos como E.ON o GDF Suez. Ambos grupos están deseosos de entrar en el mercado español y podrían hacerlo aunque a menor escala, a través de los activos que Fenosa y Gas Natural tendrán que poner a la venta cuando se fusionen.

La eléctrica alemana ha mostrado su interés por el trozo del pastel. Iberdrola y Endesa también quieren sacar partido de la integración de sus rivales. Una declaración de intenciones que no descarta que, en el futuro, se produzcan nuevos movimientos de piezas en el tablero energético.

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Comentarios
mariano (Autor sin e-mail publico) el 16 de Agosto de 2008 a las 11

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