La sospecha ya es una evidencia. Mientras el barcelonismo anda desconcertado, Luis Enrique afirmó este viernes que vive en un “paraíso, Disneylandia”. La diferencia de percepción entre el entrenador y todo aquel que no sea él, es inmensa. Es una cuestión de fe.
Para Luis Enrique el Barça está bien, mientras que para el resto no se sabeni a qué juegan, ni cuál es el sistema, ni el plan. Disneylandia versus Mordor. La luz, la ilusión, aunque sea ficticia, frente a la oscuridad. Los que defienden a estas alturas a Luis Enrique es por cuestión de fe, no por convicción. Se supone que si le han elegido, será por algo. A pesar de que todos los indicios, señales y ‘off the records” indiquen lo contrario (el equipo no está trabajado, los jugadores dudan, incluso Bartomeu en su discurso de Navidad le ratificó tanto que chirrió). No pueden estar tan equivocados. O sí.
Al Barça ya no le conoce ni su padre entre tantas luchas intestinas. En medio de tanto ruido, lo contrario a la realidad es lo que calificó Luis Enrique como “el paraíso, Disneylandia”. Y justo esa diferencia entre la objetividad y la fe sin fisuras es lo que les está comiendo. La desorientación es la orden del día. El Barça ha pasado de la excelencia a la ordinariez. Y, lo peor, se ha renunciado a la grandiosidad. Los jugadores se han hecho mayores, es necesario un cambio, ser imprevisibles. La sorpresa como táctica en plan ‘Mago Pop’  ¡Y tachaaán! Solo por cambiar el once, ya vale.
El Barça depende de la resolución del TAS, que se supone que llegará antes de Navidad. Desde la renovación de Alves, hasta la salida de Montoya y el fichaje de Douglas. Si no se puede fichar, agárrense los machos, empezando por el lateral derecho. Pero, Luis Enrique, vive en el paraíso. Es “cojonudo, Disneylandia”. Que el entrenador esté en su Jauja particular no es buena señal. “Hay gente que sabe escuchar y aceptar las críticas. Yo no soy uno de esos”, confesó. Así que, desde ese punto de vista, él vive en su maravilloso mundo de luz y color. Pero éste no era el Barça. No justo cuando logró los mayores éxitos. Y que el entrenador actual afirme que está en “Disneylandia”, es lo que da más yuyu. Efectivamente, está en otro mundo.