Dos de los factores que pueden actuar como aceleradores del crecimiento del próximo año en Europa: la caída del precio del petróleo y la debilidad del euro. Para Europa, como área fuertemente importadora de crudo, la reducción de la factura petrolífera supone una inyección de renta a familias y empresas equivalente a una reducción de impuestos, facilitando un incremento del consumo y del crecimiento económico. Por su parte, una depreciación del euro facilita las exportaciones y, además, incrementa el precio de los productos importados, aumentando la tasa de la hoy inexistente inflación.
La evolución de las divisas siempre compara el comportamiento de una divisa frente a otra. De tal manera, que aunque una divisa pueda haberse depreciado frente a otra, por ejemplo, el euro frente al dólar, al mismo tiempo puede haberse revalorizado frente a una tercera que haya estado todavía más débil, por ejemplo el rublo.
Así, la depreciación del euro no ha sido tan intensa como la evolución de su cambio con el dólar estadounidense parece indicar. A pesar de la depreciación superior al 10% de la divisa europea frente al dólar, la evolución del euro respecto a gran parte de las divisas de nuestros socios comerciales no ha sido similar.
La evolución de divisas de socios comerciales como Japón, Rusia, Noruega, o Brasil ha reflejado una debilidad tan intensa como la del euro o incluso superior, traduciéndose, en algunos casos, en revalorizaciones de la moneda única frente a estas divisas.

  • La caída de los precios del petróleo y las sanciones a Rusia han llevado al rublo a niveles no vistos en años. Sólo la subida de los tipos de interés al 17% ha logrado frenar su caída. En lo que va de año el euro se ha apreciado un 49% frente al rublo.
  • Otro de los socios principales de la Eurozona, Noruega, también ha visto depreciarse su divisa casi un 10% frente al euro, debido a la debilidad de su principal fuente de ingresos, el petróleo.
  • El Banco de Japón está llevando a cabo una política que se traduce en una depreciación constante y progresiva del yen. Nada indica que la situación vaya a cambiar durante el próximo año. Así, el euro no sólo no se ha depreciado frente al yen, sino que se ha revalorizado un 1,5% en lo que va de año.
  • El real brasileño también se ha visto perjudicado por la debilidad de los precios de las materias primas y por la desaceleración de su crecimiento económico carioca. Su debilidad ha estado pareja a la del euro, de tal forma que el tipo de cambio entre ambas divisas apenas se ha movido respecto a inicio del año.
Si se compara la evolución del euro con la evolución de una cesta de monedas de los principales socios comerciales de la Eurozona (Tipo de Cambio Efectivo Nominal), el euro apenas se ha depreciado en lo que llevamos de año. El Banco Central Europeo (BCE) publica los índices de tipos de cambios efectivos nominales del euro frente a sus principales socios comerciales: el TCE-22, integrado por los 12 estados miembros de la Unión Europea no pertenecientes a la zona del euro y los 10 principales socios comerciales extracomunitarios. Las ponderaciones utilizadas reflejan la participación de cada socio en el comercio de la zona del euro. La depreciación del euro contra la divisas de nuestros socios comerciales,medida a través del tipo de cambio efectivo nominal, ha sido de sólo el 3,7% en 2014.
Fuente: BCE. Evolución del euro frente a grupo de 20 socios comerciales (AU, CA, DK, HK, JP, NO, SG, KR, SE, CH, GB, US, BG, CZ, LT, HU, PL, RO, HR y CN)
La depreciación del euro no será tan relevante para la mejora del crecimiento económico el próximo año. En primer lugar, porque el 50% de las exportaciones españolas tienen como destino a nuestros socios de la Eurozona. En segundo lugar, porque el descenso de la divisa europea frente a la mayoría de las divisas de nuestros socios comerciales es o inexistente, o insignificante, con la excepción de las comparativas con el dólar estadounidense y la libra esterlina.
Feliz Navidad.