sábado, 31 de enero de 2009

Algo más que un artista.

Francis Baçon quebró el partido a su favor, el Goya del XX.

ARTE | Del 3 de febrero al 19 de abril

La violencia de Bacon desembarca en el Museo del Prado
Tresestudios para figuras al pie de una Crucifixión', obra expuesta en el Prado. (Foto: Alberto Di Lolli)
La muestra contiene 78 obras, 16 trípticos y material documental de su taller
Bacon fue un asiduo visitante del Prado, donde estudió a Goya y Velázquez
Raquel Quílez | Vídeo: Alberto di Lolli | Madrid
Actualizado viernes 30/01/2009 19:13 horas
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"Llegó con un joven muy guapo, muy bien vestido. Tenía una mirada directa, de ojos chispeantes, llenos de calor. Subió de un salto los escalones de la entrada, y eso que ya tenía 80 años". Así recuerda Manuela Mena su primer encuentro con Francis Bacon en el Museo del Prado, años antes de su muerte. El genio británico estaba en Madrid para estudiar la obra de Goya y Velázquez, dos de sus referentes. Hoy, casi dos décadas después, ese mismo museo que lo acogió como visitante homenajea el centenario de su nacimiento con una retrospectiva sin precedentes. "Estaría abrumado de ver su trabajo aquí", reflexiona Mena.

"Hay que despojarse de los prejuicios. También fue el artista de la fragilidad y la poesía. Era un optimista"
Francis Bacon tuvo una relación muy especial con la capital de España. Fueron sus calles las que le vieron disfrutar de sus últimos días y también las que le asistieron cuando murió solo, el 28 de abril de 1992. Fue el artista del horror, de la violencia, del mundo después de las guerras, pero no sólo eso. "Hay que despojarse de los prejuicios porque también fue el artista del paso del tiempo, de la fragilidad, de la poesía. Era un hombre optimista que vivía muy bien", afirma Manuela Mena. Ella es la comisaria de la muestra que inaugurará el Prado el próximo 3 de febrero. La componen 78 obras y 16 de los trípticos más importantes de Bacon, además de importante material documental procedente de su taller con el que se puede bucear en las fuentes de sus composiciones.

La exposición acaba de llegar a Madrid procedente de la Tate de Londres y viajará después al Metropolitan Museum de Nueva York. "El hecho de que no vaya a exhibirse en museos de arte moderno nos parece una forma muy apropiada de rendirle homenaje. Bacon tenía un nivel de exigencia enorme, aspiraba a formar parte de la gran tradición de artistas como Miguel Ángel, Goya, Rembrandt o Picasso. Ahora expone su trabajo en los mismos lugares que ellos", valora Chirs Stephesm comisario de la muestra en Londres.

"Aspiraba a formar parte de la gran tradición de artistas como Miguel Ángel, Goya o Rembrandt"
Sus cuadros refleja una descarnada visión del ser humano. Viéndola en las paredes del Prado se evidencia además el influjo que ejercieron sobre él los maestros españoles. "Todo lo que aprendió aquí se nota en el trabajo de sus últimas obras. De Velázquez, toma el sentido de la dignidad del retrato exterior, y el del espacio. El concepto del espacio de 'Las Meninas' es reinterpretado en casi todas sus obras. De Goya, su visión del hombre. Pero el punto de partida de su arte fue Picasso, fue tras ver su obra cuando decidió ser pintor", explica Manuela Mena.

Entre los lienzos de la exposición, que abarcan desde los primeros pasos de su carrera hasta sus últimos años de vida, destacan los trípticos de la Crucifixión o el 'Retrato de Isabel Rawsthrone en Soho'. Pero sobre todo, las distorsiones del Retrato del Papa Inocencio X de Velázquez'. "Parece que le estuviera retando", dice Mena. Júzguelo usted mismo:

A la izquierda, el Papa Inocencio X de Velázquez; a la derecha, la interpretación de Bacon.

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