viernes, 27 de abril de 2012

No quieren....cantar!

La gran banca presiona para impedir la constitución de un 'banco malo'

Tal y como pasó hace algunos meses, cuando el Gobierno se planteó por primera vez la constitución de un banco malo para completar el saneamiento del sector financiero, la gran banca se opone también ahora a la creación de este instrumento y así se lo ha trasladado al Ejecutivo de Rajoy, según afirman fuentes del sector.
La razón que esgrimen es que ellos no necesitan sacar los activos inmobiliarios de balance, por lo que la constitución de un banco malo sería dar otra vuelta de tuerca para ayudar de nuevo a las entidades más debilitadas, con las que tienen que competir en el mercado doméstico, lo que sería injusto para las que sí han hecho sus deberes y han gestionado su balance de una manera más prudente.
Además, desconfían del coste que supondría para el Estado la puesta en marcha de una desconsolidación inmobiliaria, pero que, en todo caso, prevén que podría agudizar de nuevo la desconfianza de los mercados hacia el sistema financiero en su conjunto, sin discriminar entre las entidades fuertes y las débiles.

Cerrar la reestructuración

Por contra, lo que ellos propugnan es que se acelere el saneamiento de las entidades ayudadas, en línea con lo que reclama el FMI en su reciente informe sobre la situación financiera, para concluir lo más rápido posible la reestructuración del sector y que cese el castigo a la generalidad de la banca española.
El Banco de España lleva varios meses estudiando con bancos de inversión y consultoras la posibilidad de crear un banco malo para rematar el saneamiento que la reforma financiera de De Guindos no ha acabado de cerrar. El supervisor, que al igual que el Gobierno se resiste a llamarlo banco malo, estudia varias opciones para que la banca saque de sus balances los activos inmobiliarios más ilíquidos, entre las que gana fuerza la modalidad llevada a cabo por Alemania.
El Gobierno, mientras tanto, se muestra dividido sobre esta posibilidad y mantiene contactos tanto con entidades financieras españolas como con bancos de inversión para calibrar la posibilidad de ponerlo en marcha.
La banca ha mostrado su opinión aprovechando la presentación trimestral de resultados.
Hasta ahora lo han hecho ya CaixaBank, Banesto, Bankinter, BBVA, Sabadell y Banco Santander y ninguno de ellos ha defendido desagregar de balance sus activos inmobiliarios.

Un grave error

La más tajante en esta oposición ha sido la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, que considera que sería un grave error la constitución de un banco malo. Para la primera ejecutiva del banco no se puede "mutualizar las pérdidas" y considera que el instrumento podría servir para que aquellos que han sido más imprudentes "en la gestión de sus cartera inmobiliarias se desprenden de ellas a costa del contribuyente o de otros bancos que lo han hecho bien".
El resto de entidades ha preferido limitar su opinión a explicar por qué no participarían en un banco malo. El argumento es similar: la gestión de los activos inmobiliarios ha sido correcta, el riesgo está limitado, las coberturas son más que suficientes y la segregación, por tanto, sólo serviría para desprenderse de los activos por un precio muy inferior al que se puede gestionar desde la propia entidad.
Así, el consejero delegado del Santander, Alfredo Sáenz, aseguró ayer que la entidad no necesita aparcar sus activos inmobiliarios en una sociedad, ya que los gestiona activamente y ha recalcado que el Santander ya se encuentra en equilibrio entre las entradas de nuevos adjudicados y las ventas, y que en próximos trimestres la disminución del saldo se irá acelerando.
Un día antes, su homólogo en BBVA, Ángel Cano, también insistía en que la entidad rechaza participar en un banco malo ya que la gestión de BBVA sobre sus activos, cuyo riesgo tras las provisiones están muy limitadas, será más eficiente que desagregándolos del balance e incorporándolos a otra sociedad. Ambos banqueros, además, han abogado por la aceleración del proceso de saneamiento del sector financiero, que al no estar concluido prolonga las dudas sobre el conjunto del sistema financiero.
También el Sabadell rechazó ayer participar en el banco malo ya que, según explicó el consejero delegado, Jaime Guardiola "estamos capacitados para gestionar nuestros activos".
Aunque depende de la vía que se escoja para separar los activos tóxicos del balance, la desconsolidación o banco malo conlleva cederlos a una sociedad, netos de provisiones, y, generalmente, con descuentos adicionales de entre el 10 y el 15%.

Un saneamiento incompleto con contracción del crédito

La reforma financiera da de plazo hasta final de año, o hasta final de 2013 si hay fusión de por medio, para que las entidades completen las mayores exigencias de provisiones y capital. Un plazo que genera inquietud en el mercado y que penaliza la cotización y los costes de financiación de toda la banca española. Hasta ahora, el efecto más palpable ha sido cierta aceleración, a menor precio, de los activos inmobiliarios. Pero según la opinión del sector y de expertos y analistas, la reforma también conllevará, por el esfuerzo extra exigido, una contracción adicional del crédito, uno de los mayores quebraderos de cabeza del Ejecutivo.
El 'banco malo', sin embargo, podría activar la concesión de nuevos prestamos, ya que la obtención de liquidez por parte de las entidades se suele ligar en teste tipo de instrumentos a que destinen un determinado porcentaje en créditos. El decreto de la reforma, también vinculó la ampliación del plazo de dos años al aumento de la concesión de créditos.

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