sábado, 27 de abril de 2013

Manualillos fiscales ( 2 )



Así afectarán las subidas de impuestos aprobadas en el Consejo de Ministros

26.04.2013
Si la clave de la recuperación está en el consumo, como el Gobierno ha reconocido en el Consejo de Ministros de este viernes ¿Por qué volver a subir impuestos?
Con una prorroga «forzada» de dos años para cumplir el objetivo del déficit (alcanzarlo antes es literalmente imposible) el Gobierno se empeña en sacrificar la recuperación ante el saneamiento de las cuentas públicas, y en este sentido van dirigidas las últimas medidas aprobadas por el Gobierno, subidas de impuestos con un claro efecto directo e indirecto para empresas y especialmente ciudadanos.
IRPF: Aunque se nos insistió por activa y por pasiva sobre que este impuesto junto al IVA no iban a subir, esta subida existe, aunque sea diferida hasta el 2014. Ya lo fue anticipando desde hace muchos meses Cristóbal Montoro, y hoy es una realidad. La subida temporal para los ejercicios 2012 y 2013 se alarga un año más, lo que significa que las expectativas de mejora de renta para el ciudadano empeoran (en un entorno de bajada de remuneración de los salarios con una inflación moderada) y por tanto decisiones de compra para el 2014 pero también para el 2013 serán en muchos casos demoradas.
Entre los más perjudicados están especialmente los autónomos que tributan por estimación directa, que vieron como desde el pasado verano pasaba las retenciones por sus trabajos del IRPF del 15% al 21%. Esta subida que anticipa los ingresos para el Estado hasta su regularización en la declaración de la renta (algo que se produce hasta 18 meses después) hace que esta parte más dinámica de los ciudadanos que destinan ingresos a consumo pero también a inversión pierdan un claro incentivo al gasto.
Impuestos de Sociedades: Se estudia una subida «camuflada» eliminando deducciones sin tocar el tipo general, a la vez que se busca que sea políticamente correcta, al dirigirse a las empresas que facturen más de 20 millones de euros. Aunque dependerá de la cuantía real de subida (de que deducciones se eliminen) también tienen un efecto sobre el empleo y el consumo, estrecha los márgenes de las sociedades y pueden llevar a nuevos ajustes salariales o que se posponga o abandone lo que más se necesita ahora, proyectos de inversión que dinamicen la economía.
Impuestos Especiales: Se excluye el más importante, el IVA, algo lógico cuando la última subida se realizó hace apenas 8 meses, al igual que lo hace el de hidrocarburos, (eso sí, en la época del año de menos consumo energético) pero aplicándose al resto de impuestos de este tipo (no se ha aclarado a cuales afectará esta subida y a cuales no) se convierte en la subida más injusta ya que castiga por igual al ciudadano con independencia de su renta.
Un ejemplo claro lo tenemos si se crea una tasa que penalice a los vehículos que más contaminen, es decir, aquellos de mayor antigüedad que precisamente son propiedad de ciudadanos con menos renta.
Impuestos sobre los Depósitos: No se ha aclarado la cuantía, pero ya Cristóbal Montoro en sede parlamentaria hablo de tasas que rondarían el 0,2%. También se insiste en que el impuesto lo pagarán los bancos y no el ciudadano, aunque la idea general es que este se repercutirá finalmente al consumidor afectando a la rentabilidad de los depósitos, comisiones, de una forma u otra.
De hecho, los límites actuales en tipos de interés marcados por el Banco de España para depósitos y cuentas remuneradas se enmarca perfectamente en esta vía, el ciudadano recibe menos remuneración y el banco puede asumir sin que afecte a la cuenta de beneficios el pago de cualquier tasa.
Más allá de las subidas impuestos otras medidas anticipadas en el Consejo de Ministros también tienen un claro efecto restrictivo, la desindexación de los contratos públicos ligados a la inflación ayudan a contener el gasto público pero a costa de menos ingresos para las empresas con contratos, con un claro efecto, dejar también de indexar subidas salariales al incremento de los precios. Basar nuestra recuperación a la mejora de la competitividad respecto al exterior es imposible, y con estas medidas, lejos de incentivar se vuelve a poner una zancadilla al ciudadano y su renta.

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