lunes, 28 de octubre de 2013

Cisnes Negros....


La economía española tropieza siempre con la misma piedra



J.A.Bravo
Un exceso de confianza y la falta de consenso a la hora de adoptar medidas están detrás de casi todas las crisis que el país ha sufrido desde el siglo XIV.primir


Ya lo decía el político y filósofo romano Cicerón, «los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla». España es un claro ejemplo si vemos los últimos siete siglos. Desde la lejana gran depresión medieval del siglo XIV, emblematizada por la Peste Negra de 1348-1352, hasta la reciente gran recesión de la segunda globalización (2008-2013) de la que el país acaba de salir -según avanzó esta semana el Banco de España-, sí hay alguna enseñanza común en todas las crisis económicas sufridas es que prácticamente siempre vinieron precedidas de una expansión «a la que no se veía final» y de un «optimismo frágil», donde se pecó de un «exceso de confianza», como afirma Vicente Pinilla, catedrático de Historia Económica de la Universidad de Zaragoza.
Y es que, como advierte Mauro Hernández, profesor de Historia Económica de la UNED, «no saber atajar a tiempo los desequilibrios existentes» fue la perdición de los sucesivos gobiernos de aquellas épocas, cuyas consecuencias las pagó todo el país. Ya fueran crisis coyunturales o estructurales/sistémicas, incluso recesiones o depresiones, en el fondo todas implicaron lo mismo:_«malos tiempos y calamidades» ocasionadas por la «tardanza» en tomar las decisiones económicas correspondientes, refrenda Francisco Comín, catedrático de Historia Económica de la Universidad de Alcalá. «Primero -explica- tardan en reconocer los indicadores de la crisis, luego piensan que será pasajera y finalmente se demoran demasiado en actuar, con lo cual los problemas se agravan más y más». Basta remontarnos un siglo para comprobarlo:_«pasó en la gran depresión de los 30, en la crisis de los 70 y también ahora».
Pero tampoco simplifiquemos las cosas. Cada tiempo ha tenido sus crisis, distintas a menudo en alcance y profundidad, con desencadenantes y consecuencias también diferentes. Así queda patente en el extenso trabajo que un equipo de 15 historiadores económicos, coordinado por los citados Hernández y Comín, ha plasmado en el libro «Crisis económicas en España 1300-2012, lecciones de la historia (Alianza Editorial)».
Hasta una decena de crisis sectoriales (bélica, de deuda, agraria, comercial, industrial, bancaria, etcétera), más la general (marcada por el PIB_per cápita) han llegado a escudriñar desde el año 1300 hasta hoy, llegando a la conclusión de que cuando se juntaron todas se formó «una tormenta perfecta», como pasó en la Guerra Civil (1936-1939). En el otro extremo, encontrar un período sin crisis en estos 700 años «resulta raro», concluyen. No lo ha sido, por el contrario, tener más de cuatro sectoriales en un mismo año, lo que en la práctica «sería el umbral que marca la existencia de una depresión general». Y así ocurrió una docena de veces en los últimos dos siglos.
La más larga, la más profunda
Si nos atenemos a la caída del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita, la mayor depresión en la historia contemporánea española fue, «sin ningún género de dudas» -enfatizan-, la comprendida entre 1929 y 1955. «No solo fue la crisis más larga, por la guerra y la autarquía -abundan Comín y Hernández-;_también la más profunda, y con diferencia».
Por el contrario, la «edad de oro» de la economía española tuvo lugar entre 1986 y 2007, contribuyendo a ella «poderosamente» la entrada, primero, en la Comunidad Económica Europea y, después, en la Unión Monetaria. La excepción fue la crisis de 1992-1993, que se superó «sin grandes problemas» porque se pudo aplicar una fuerte devaluación de la moneda, controlando la inflación, y porque no había una crisis mundial.
Son justo las recetas tradicionales que España no ha podido aplicar estos últimos años de crisis por su pertenencia a la 'zona euro', algo que para Comín es «una ventaja» porque «impide que los gobiernos caigan en los mismos errores históricos previos». Advierte que, «en realidad», el país ha salido de las crisis «cuando se ha recuperado la actividad económica internacional». Y es que, como concluye Ricardo Hernández, profesor de Historia Económica en la Universidad de Valladolid, «está todo inventado desde hace tiempo».
Los cinco grandes "cisnes negros"
En la historia de España ha habido varias crisis industriales -aquellos períodos donde la capacidad productiva disponible ha sido infrautilizada- de larga duración, desde un mínimo de cinco años hasta todo un siglo. Los expertos las llaman «cisnes negros», siempre «imprevisibles e inesperados», y cinco de ellos destacan con luz propia.
En la crisis del siglo XVII (1580-1690), la creciente deuda real y la necesidad de negociar con los acreedores ahondó en la depresión;_en la del Antiguo Régimen (1790-1830), las quiebras de la monarquía borbónica y la especulación con vales reales agravaron las dificultades;_y, a su vez, la gran crisis de la primera globalización (1884-1890) derivó de los excesos especulativos domésticos durante la denominada 'fiebre del oro' y la crisis financiera francesa.
Ya en el cambio de siglo, la crisis de los años 30 y posterior depresión (1931-1951) tuvo un arranque suave en España que, sin embargo, alargó en el tiempo sus efectos hasta degenerar en una grave hambruna. Y la más reciente, la depresión del euro (2001-2012), que se agudizó en el final de la década por la crisis financiera internacional.


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