Ante el Real Madrid aprovechó la primera parte que le concedió el rival para ponerse por delante y dominar el choque teniendo la pelota, aunque con pocas ocasiones. Pero el paso hacia adelante que dieron los de Ancelotti en la segunda mitad fue acompasado con un paso atrás de los culés. Martino admitió que no fue algo intencionado y que sufrieron por ello, pero reconoció también que su equipo trabaja bien en esas situaciones donde el espacio a la espalda de la defensa del rival permite los contragolpes, como el que de hecho supuso el 2-0 de Alexis.
Ver al Barça en el Camp Nou metido en su área durante media hora es una imagen nada habitual. Lejos de excusarse ante los medios, el Tata se mostró satisfecho con los cambios que decidió introducir para no pasar apuros. Primero metió al chileno por Cesc para darle profundidad al equipo, para después en el minuto 77 (todavía con 1-0), quitar a Iniesta y meter a Songpara que éste formara un doble pivote con Busquets que diera consistencia al centro del campo en los peores minutos que vivía su equipo. Y es que en esos momentos el Real Madrid era dueño y señor del encuentro y parecía mucho más cerca el empate que el 2-0.
Martino no quiso adornarse en la rueda de prensa. Reconoció que el cambio de Song por Iniesta fue “un cambio defensivo. Totalmente. No voy a inventar que Song es un gran 10. Ahora bien, si tengo que hacerlo para ganar el partido, lo volveré a hacer". La falta de feeling con muchos de los que le rodean (dentro y fuera del club) por este tipo de puntos de vista que tiene el entrenador es una realidad que ya adelantamos el viernes aquí.
El estado físico también es peor de momento
Y es que esas afirmaciones ya son en sí novedosas en un entorno donde el fútbol ofensivo no admitía excepciones hasta hace nada. Pero el técnico argentino valora que su equipo gane y arriesgue para ello. Ahora bien, aporta al club azulgrana nuevas vías para controlar o matar partidos. Messi, jugador de máxima influencia dentro y también fuera del campo, estará satisfecho ante estas novedades, puesto que, como ya informamos en este diario en varias ocasiones, solicitaba en privado desde hacía tiempoalternativas al fútbol de toque barcelonista. Los poderosos del fútbol europeo (incluido el Real Madrid) parecían haberle cogido la medida a su equipo.
Otro debate aparte sería analizar el estado físico del Barcelona. Aparentemente el equipo no tiene el ritmo tan alto que demostró en los últimos años, y sus combinaciones se hacen lentas y más previsibles. La excepción la pone la capacidad de desequilibrar que demuestra Neymar.
Pero por esa falta de tono físico general se podría explicar también las citadas extrañas sensaciones que de momento da el juego de los culés. Aunque estando en la fase inicial de la temporada y con varios cracks aún tomándole el pulso a la competición, sacar conclusiones de este tipo parece un ejercicio poco fructífero. De momento, se consiguen victorias a más o menos el mismo increíble ritmo que en años anteriores. Pero ni de lejos se transmite la sensación de dominio que daba el Barcelona en los mejores tiempos de Pep Guardiola en el banquillo.