Opiniones dispares entre los analistas de los dos principales medios económicos internacionales sobre los cambios en el Consejo propiciados este martes por Ana Patricia Botín en el Santander, sustitución del consejero delegado incluido.
En efecto, la columna Lex del Financial Times –“Santander: Inside Job”– realiza un durísimo ataque no tanto a la decisión, que considera necesaria, cuanto al modo como se ha llevado a cabo. Desde su punto de vista, “pese a haber signos de progreso, como los grandes cambios realizados en el Board of Directors”, el gobierno corporativo de la primera entidad española sigue siendo deficitario al basarse en la voluntad discrecional de su presidenta, ticheredado de su padre que no dudó “en nombrarla” –por su cuenta y riesgo– “como heredera”.
Así es como se hacen las cosas en ese banco”, afirma con rotundidad primero, sólo para concluir después que puede que con la decisión Ana Patricia Botín pretenda corregir esa debilidad de funcionamiento interno, pero “la designación de un CEO externo a la compañía” –poco negocio para losheadhunters en Boadilla, dice no sin sorna– “habría demostrado mejor tal intención”.
No es menos benevolente con el papel que puede desempeñar el sustituto deJavier Marín a partir de ahora. Se despacha con un “como director financiero de la compañía los diez últimos años, es parte del mobiliario: difícil esperar de él grandes reformas”. Y tras hacer un recorrido crítico por la estrategia tanto de capital como de compraventa de participadas de la institución, de las que como CFO ha sido corresponsable, concluye: “¿Será capaz de cambiar esos (negativos) hábitos?”.
Una entrada, cuando menos, sorprendente al calor de las alabanzas que han recibido en la City las medidas adoptadas por la que fuera durante años primera responsable de Santander UK y que vienen reflejadas en la cobertura informativa que el FT hace de la noticia.
José Antonio Álvarez, nuevo consejero delegado del Banco Santander. (EFE)José Antonio Álvarez, nuevo consejero delegado del Banco Santander. (EFE)
El WSJ alaba la decisión
Por el contrario, el Heard on the Street del WSJ, en una pieza titulada “A new guard at Santander” y firmada por Paul J. Davies, valora positivamente el movimiento al señalar en su arranque que “los cambios en el liderazgo y gobierno corporativo acontecidos en el Santander deberían ser solo el primer paso” de la primera ejecutiva a la hora de romper con el legado recibido y reconfigurar la firma a su imagen y semejanza.
De hecho, tras subrayar los problemas de capital y dividendos a los que hicimos referencia este martes como preocupaciones principales de las manos fuertes del mercado en relación con el banco, concluye que “Santander no puede simultáneamente reconstruir sus recursos propios y aumentar la parte del payout que desembolsa en efectivo. Pero, con un equipo directivo más potente y un consejo más profesional" –del que alaba su diversidad de género y mayor independencia de criterio–, "Ana Patricia debería poder afrontar ambas cuestiones con la rapidez que requieren”.
Un pronóstico que hacen suyo los periodistas que cubren un relevo con el queWSJ abre su edición impresa europea de pared a pared. En su crónica, tras afirmar que las desavenencias entre Marín y la presidenta “eran bien conocidas fuera de la compañía, en los círculos financieros de Madrid y Barcelona”, señalan que “de esta manera, esta última se posiciona como unaejecutiva tan poderosa como para desmontar el Consejo que su padre había tutelado durante décadas y poner en la calle al CEO que había elegido en abril de 2013".