viernes, 5 de diciembre de 2014

La propuesta/Receta del PSOE...

La receta económica del PSOE: más impuestos a las empresas, ayudas a los parados y energía barata

La FSA ultima la elaboración de las propuestas que incorporará a su programa electoral // "La competitividad no puede ser solo bajadas de salarios", señala su coordinador
Viernes05 de diciembre de 2014
Raúl Álvarez
Raúl Álvarez
@rallvarez
El ingrediente principal de la receta del PSOE para Asturias en las próximas elecciones autonómicas es la socialdemocracia. Desde el inicio del curso político, después de las vacaciones de verano, el presidente del Principado cita en todas sus intervenciones públicas el regreso a las raíces ideológicas del partido y la lucha contra la desigualdad como las principales inspiraciones para dejar atrás la crisis de manera justa y sobreponerse al bache electoral de los últimos años. Esas ideas hallarán reflejo en el capítulo económico del programa electoral en el que ya trabaja la Federación Socialista Asturiana (FSA), que incluirá la puesta en marcha de subsidios específicos para los parados mayores de 45 años con familia a su cargo o desempleados sin familia pero de larga duración, una reforma fiscal que grave más la riqueza y las rentas del capital y una reforma del sistema energético que incluya un nuevo sistema de fijación de precios para abaratar los costes de las empresas y evitar la repetición de crisis como la que esta semana afecta a la planta de Alcoa en Avilés.
La FSA prevé organizar una gran presentación pública de esas medidas en Avilés a finales de diciembre. La elaboración, sin embargo, ya está avanzada y permite al secretario de Economía, Empleo y Sostenibilidad, Francisco Blanco, responsable de la coordinación de todo el programa, explicar por anticipado sus grandes líneas. Blanco, profesor titular de Hacienda Pública en la Universidad de Oviedo, es experto en la materia y resume las propuestas en tres ejes con los que configurar una alternativa que oponga al modelo económico perseguido por el PP en los últimos años otro distinto que siga la orientación socialdemócrata defendida por Javier Fernández.

1-. COMPETITIVIDAD

“Claro que hay que ser competitivos en un mundo abierto”, concede Blanco al discurso del Gobierno de Mariano Rajoy. “El problema es el sesgo ideológico del PP, que solo se limita a bajar los salarios. Rechazamos ese modelo. Los costes salariales son un elemento de la competitividad, pero no el único”.
El PSOE considera que los sacrificios extremos impuestos a los trabajadores que han visto menguar sus salarios no han dado fruto. A juicio de Blanco, los objetivos de las políticas de competitividad han de pasar por tener consumidores con suficiente renta disponible para comprar productos y empresas que los fabriquen “buenos y baratos”. Los socialistas consideran prioritario actuar en los mercados energéticos para eliminar costes añadidos al sector industrial. “No debemos cargas sobre él algunos costes que no tiene que asumir. La subasta de interrumpibilidad eléctrica [el mecanismo que ha dejado a Alcoa sin la tarifa reducida de la que se beneficiaba hasta ahora] fue absurda. Se está jugando con lo que no se debería jugar”, señala Blanco, partidario de aliviar las cargas que soportan los sectores que hacen un uso intensivo de la electricidad. “No lo digo de forma gratuita o injustificada. Otro ejemplo es la carga a las tarifas de las primas para las renovables”.
Además, los socialistas proponen incidir sobre la competitividad mejorando la educación y la formación de los jóvenes. La cualificación del capital humano es esencial. Y el PSOE también señala como base de la productividad la mejora de las infraestructuras, aunque ese aspecto merecerá un capítulo aparte en sus propuestas.

2-. EUROPA

Los socialistas creen que ha llegado la hora de definir el papel de Europa tanto como el papel de España en Europa. La política económica definida por Bruselas condiciona las decisiones de inversión pública y, además, el PSOE se muestra partidario de conseguir una devaluación del euro, cuya cotización actual favorece a Alemania, una economía capaz de mantener su ritmo de exportaciones aun con precios altos y necesitada de materias primas baratas. “Eso no nos va bien a los países del Sur. Si hemos cedido esa soberanía económica, tendremos que obtener alguna contrapartida justa”, apunta Blanco.
En este campo, la propuesta socialista es aumentar el presupuesto europeo y lanzar un plan ambicioso de infraestructuras pagadas con fondos comunitarios. Para el PSOE, la propuesta recién defendida por el presidente de la nueva Comisión Europea, Jean Claude Juncker se queda corta. El partido defenderá que su aportación crezca hasta los 800.000 millones de euros. “Hasta en Alemania se han quedado atrasadas las infraestructuras por falta de inversiones. Todos los puentes de Colonia, por ejemplo, tienen restricciones al tráfico. Es incomprensible y otro argumento para fortalecer el presupuesto”, defiende Blanco.

3-. EQUIDAD SOCIAL

La prioridad en este campo es una reforma fiscal que reequilibre la carga de los impuestos. El PSOE estima que la mayor parte del esfuerzo recae ahora sobre la renta del trabajo mientras las rentas del capital, las empresas y la riqueza encuentran huecos para pagar menos a Hacienda. “Se ha hecho una rebaja fiscal para los ricos que cuesta 6.000 millones, pero el PP se niega a crear un subsidio para los parados sin prestación cuando ya hay 800.000 hogares sin ningún ingreso. Y eso solo costaría 1.500 millones”, argumenta Blanco.
Los socialistas plasmarán en su programa los planes para parados que han incorporado a sus planes desde el pasado veranos: las garantías para desempleados mayores de 45 años con familia a su cargo y para el colectivo de desempleados de larga duración.
Además, el partido contempla otra serie de medidas que agrupa bajo el propósito de democratizar la economía. La primera de ellas está relacionada con la mejora de la competitividad. Blanco la resume como la eliminación de los oligopolios que persisten en la economía española, que implicaría el ataque a las posiciones privilegiadas de algunas empresas y a las barreras de entrada a algunos sectores. “Tiene que ser más fácil poner un pequeño negocio, las pequeñas empresas deben estar en condiciones de competir, el crédito ha de ser más accesible para ellas y para las personas”, expone Blanco. Eliminar esas trabas, a su juicio, también representa un estímulo al consumo de los hogares porque rebajará los precios del teléfono o la luz, entre otros servicios.

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