miércoles, 23 de diciembre de 2015

Prorroga obligada...

Crónica de una prórroga presupuestaria

PSOE, IU y Podemos han mantenido una negociación muy tensa en los presupuestos ahora retirados en la que ha pesado la fecha de los comicios generales
Luis Ordóñez

LUIS ORDÓÑEZ

@LORDOLORDOR
MIÉRCOLES 23 DE DICIEMBRE DE 2015
No ha sido la crónica de una muerte anunciada pero casi. Desde el inicio de las negociaciones de los presupuestos asturianos para 2016, las tensiones han sido constantes. Dado el pacto de investidura, PSOE e IU acordaron el borrador de un texto para después tratar de buscar el imprescindible apoyo de Podemos que con sus 9 diputados tenía la llave de su aprobación en la cámara. Desde el anuncio de Mariano Rajoy de que las elecciones se celebrarían el 20 de diciembre, la coincidencia de fechas entre los comicios y los plazos llevados hasta el final del año para el pacto de las cuentas provocaron que la incertidumbre se disparara. Reiteradamente el presidente asturiano, Javier Fernández, insistió en el pleno de la cámara en que la mezcla de elecciones y negociación de presupuestos crearía interferencias; los acuerdos sobre plazos y la suspensión de la actividad plenaria durante 15 días por la campaña depertaron ya fuertes críticas por parte del partido morado. Y fue entonces cuando su portavoz Emilio León aseguró que Podemos anunciaría su posición respecto al presupuesto antes de que se abrieran las urnas. Pero no fue así.
La primera fase de la negociación entre PSOE e IU se saldó apenas sin dificultades. La coalición había puesto como principal línea roja para el acuerdo el mantenimiento de la recaudación tributaria para desarrollar políticas sociales y pacto se concretó, a grandes rasgos, el la corrección del denominado 'error de salto' del impuesto de sucesiones y la creación de una nueva tasa a las bolsas de plástico de los supermercados. Ya entonces Podemos manifestó que su preferencia hubiera sido una reforma del tramo autonómico del IRPF para hacerlo más progresivo y cargó contra la tasa a las bolsas que denominó "impuesto por hacer la compra". Las comparecencias de los consejeros, una a una, en la Junta General tampoco fueron recibidas con almohadones y (con la excepción del consejero de Educación a quien alabaron su "talante"), Podemos desgranó varias críticas a las cuentas planteadas para cada departamento. Pese a todo, ya iniciada la campaña comenzaron las negociaciones para tratar de sumar el acuerdo de Podemos. Aunque con suspicacias por ambas partes, la primera que, al contrario del resto de grupos, los morados no enviaran a sus principales dirigentes a la negociaciación --en ellas no participaron ni su portavoz Emilio León, ni su secretario general, Daniel Ripa-- sino otros diputados que formaban ese equipo de debate presupuestario.
Estos debates encallaron en varios puntos, las propuestas de Podemos incluían o bien leyes (como la de anticorrupción) que podrían discurrir de forma paralela a la negociación presupuestaria o reformas de los tributos que los socialistas veían posibles discutir pero con la implicación de más grupos y agentes sociales. Además destacaron que cambiar los ingresos exigía necesariamente una enmienda a la totalidad, la presentación de unos nuevos presupuestos en las últimas semanas de diciembre. Podemos apelaba que el PSOE hiciera un esfuerzo completo para darle la vuelta a las cuentas desde cero, para el PSOE resultaba inconcebible negociar "el rechazo a los presupuestos". Pasado el 20-D, el plazo para presentar las enmiendas a la totalidad terminaba a las 14:00 horas y llegaron al registro a lo largo de la mañana las de Foro, Ciudadanos, y PP. Podemos envió la suya telemáticamente a falta de tres minutos para que se cumpliera el plazo, y poco después el grupo parlamentario al completo con su portavoz Emilio León a la cabeza explicaban su posicionamiento en las escaleras exteriores de la Junta General. Tanto PSOE como IU se consideraron engañados y víctimas de una ficción durante los debates de las semanas anteriores.
En su página web, Podemos Asturies expone los motivos del rechazo a los presupuestos. Detalla sus propuestas fiscales, e incide en su demanda de rebajas de salarios a los altos cargos de la administración --una medida que el portavoz socialista, Fernando Lastra, rechazó porque, según afirmó, supondría alterar "los sueldos de los funcionarios" en su conjunto-- o la supresión de Gispasa. En todo caso, desde la presentación de la enmienda a la totalidad y la retirada del proyecto por parte del Ejecutivo lo que se ha desatado en una guerra de cara a la opinión pública para cargar a una de las partes el fracaso de la negociación.
Para Podemos los últimos diez días de diciembre serían suficientes para presentar unos nuevos presupuestos pactados con ellos. Para los socialistas e IU esta petición se trata de poco menos que de ciencia ficción y recuerdan que el rechazo a los presupuestos aboca automáticamente a una prórroga (es así si al comenzar el nuevo ejercicio, el 1 de enero, no hay nuevos presupuestos). La prórroga supone mantener las cuentas del último año de la pasada legislatura, que fueron aprobadas entre PSOE y PP después de un año de créditos extraordinarios tras la ruptura del acuerdo anterior con UPyD e IU.
Para el PSOE, Podemos ha forjado "una alianza con la derecha" al hacer coincidir su rechazo con el del resto de partidos conservadores. Para Izquierda Unida se trata de una estrategia premeditada que busca el adelanto electoral y que se mantenido tácticamente después de conocer los resultados de los comicios generales. Diputados de Podemos sostienen que buscar la prórroga era el objetivo último y latente de toda la negociación, para el PSOE la actitud de los morados ha sido "tramposa"; para IU todo responde a una voluntad de bloqueo. La prórroga presupuestaria significa ante todo que el margen de maniobra del gobierno queda muy reducido, se mantienen las mismas partidas de gasto (el proyecto ahora rechazado superaba por primera vez desde el inicio de la crisis los 4.000 millones de euros); no se pueden elaborar nuevos programas y será necesario recurrir a créditos extraordinarios --que tendrán que ser aprobados por la cámara-- para evitar impagos por parte de la adminstración. Se aleja también en el tiempo la devolución del importe íntegro de la paga extra de los funcionarios suprimida por el Gobierno central en 2012.

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