viernes, 25 de noviembre de 2011


Indignados financieros: grandes gestoras amenazan con no acudir a las emisiones de bonos de Santander

Expansión.com3
Varios inversores institucionales han amenazado con dejar de comprar bonos emitidos por Banco Santander, después de que la entidad presidida por Emilio Botín les ofreciera la semana pasada un canje de títulos que estos consideran abusivo, según publica Financial Times en su edición digital.
El banco español ofreció a los inversores un cambio de deuda: en lugar de devolverles 6.800 millones de euros de deuda subordinada en 2017, 2018 y 2019, les devolvería 6.200 millones de deuda senior en 2015. El resultado, si todos los inversores aceptaban, eran unas plusvalías de 600 millones de euros para Banco Santander. La diferencia entre deuda senior y subordinada es que si el banco quiebra, esta última está por debajo de la primera a la hora de cobrar.
Como respuesta, "algunos inversores han decidido boicotear futuras emisiones de bonos", según indica el rotativo británico. “Es bastante improbable que Santander sea capaz de emitir deuda senior sin garantías o bonos con garantía”, aseguró Roger Doig, un analista financiero de la gestora de fondos Schroders, en una conferencia sobre capital bancario en Londres celebrada el jueves. George Grodzki, responsable global de análisis de crédito de Legal & General, también ha criticado los términos del canje de deuda.
Solo el 23,8% de los bonistas han aceptado los términos de la oferta de Santander, lo que, según FT, subraya el escaso éxito que ha tenido entre los inversores. El diario también apunta que el tipo de interés que Santander ha ofrecido en los nuevos bonos ha enfadado a los inversores. Éste se sitúa en 150 puntos básicos sobre el índice de referencia, mientras que en mercado secundario cotiza a precios mayores.
El FT apunta que ejecutivos de Banco Santander ha negado en privado la amenaza de un “boicot” a un banco particular, ya que los inversores no han comprado bonos de ninguna institución financiera de la europea, a no ser que ofrecieran altas rentabilidades, desde mediados de año. “No les gusta el precio”, dijo uno de los ejecutivos. “Solemos amortizar anticipadamente las emisiones para poder refinanciarlas fácilmente. Ahora lo hacemos porque tiene sentido económico. Es una de las pequeñas cosas que tiene la crisis”.

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