viernes, 25 de noviembre de 2011

Las alarmas de Stiglitz...


Stiglitz insiste: las políticas de austeridad son un "suicidio"

24.11.2011Efe7
El premio Nobel de Economía en 2001 y exvicepresidente del Banco Mundial, Joseph E. Stiglitz, ha asegurado esta tarde que las políticas de austeridad "son una receta" para "menor crecimiento y más desempleo".
El premio Nobel de Economía en 2001, Joseph E. Stiglitz. | Foto: Bloomberg.
El premio Nobel de Economía en 2001, Joseph E. Stiglitz. | Foto: Bloomberg.
Stiglitz consideró que la puesta en marcha de esas políticas constituyen, un "suicidio" económico, que debería ser contrarrestado con una fiscalidad progresiva y un apoyo a las inversiones empresariales.
"De lo que hay que darse cuenta es que la austeridad por sí sola no va a solucionar los problemas porque no va a estimular el crecimiento", ha subrayado Stiglitz en un encuentro con periodistas en A Coruña, donde está tarde ha pronunciado una conferencia titulada "¿Puede el capitalismo ser salvado de sí mismo". Ha sugerido al nuevo gobierno español que vaya "más allá de la austeridad" y emprenda una reestructuración del gasto y la fiscalidad como medida básica para crear empleo.
"Mucho me temo que se van a centrar en la austeridad, y esta es una receta para un menor crecimiento, para una recesión y para más desempleo. La austeridad es una receta para el suicidio", ha afirmado. "A menos que España no cometa ningún error, acierte al cien por cien y aplique medidas para suavizar la política de austeridad llevará años y años" salir de la crisis, ha añadido.
El exvicepresidente del Banco Mundial ha asegurado que las reformas estructurales emprendidas en Europa "han sido diseñadas para mejorar la economía por el lado de la oferta, no por el lado de la demanda", cuando el problema "real" es "la falta de demanda". Por ello, ha rechazado los postulados en favor de la flexibilidad laboral como "sinónimo de bajar los salarios y el nivel de protección social".
"Si bajamos los salarios, empeorará la demanda y la recesión", ha advertido Stiglitz, para quien un "necesario" incremento de la flexibilidad debe ir acompañado de "compensaciones por el lado de la seguridad" para los trabajadores. Su receta para salir de la crisis pasa por estimular la demanda a través de una política impositiva más progresiva y una fiscalidad que promueva la inversión empresarial.
"En economía hay un principio elemental que se llama efecto multiplicador del presupuesto equilibrado: si el gobierno sube los impuestos pero a la vez gasta el dinero que recibe de los impuestos esto tiene un efecto multiplicador sobre la economía". En algunos países como Grecia, sostuvo, "el sistema financiero está restringiendo mucho el crédito, sobre todo a las pymes, con lo que se está estrangulando a la economía y se dará una contracción bastante severa", ha apuntado.
En contraposición, Stiglitz ha valorado modelos como el de la cooperativa vasca Mondragón, una alternativa "estable y eficiente". El premio Nobel se ha mostrado especialmente crítico la actuación del Banco Central Europeo en casos como el de Grecia, donde el organismo europeo "ha puesto en primer lugar los intereses de los bancos que los de los ciudadanos".
"Las decisiones son tomadas por un grupo secreto de personas, el International Swaps and Derivatives Association (ISDA) -la asociación que controla el mercado de los derivados-, un grupo de especuladores. ÑEs inaceptable que se confíe la toma de decisiones a un grupo determinado de particulares, sobre todo a este grupo en particular", ha denunciado. Ante las tensiones del mercado, Stiglitz ha reclamado la creación de un organismo público que se encargue de las valoraciones crediticias; de un fondo de solidaridad para buscar estabilidad económica en la zona euro y la implantación de los eurobonos.
De hecho, en su opinión, las restricciones del sistema financiero podrían ser combatidas por el Estado a través de "garantías" al crédito o bien a través de la concesión estatal de los mismos. "Hay una tendencia de los mercados sin control de cometer excesos de todo tipo y si no se controlan los mercados, ellos sí que destruirán el capitalismo", ha afirmado.

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