martes, 23 de julio de 2013

A los Vivitopes...



Pradorey, vinos que construyen sueños




PradoRey es un grupo bodeguero fruto de un sueño, que ha conseguido convertirse en una empresa innovadora, dinámica y con proyección internacional. Su futuro pasa por ser un jugador global.




PradoRey es un grupo bodeguero fruto de un sueño, que ha conseguido convertirse en una empresa innovadora, dinámica y con proyección internacional. Su futuro pasa por ser un jugador global.
Una vez, su abuelo tuvo un sueño: ser propietario de sus propios viñedos para hacer sus propios vinos. En 1989, Javier Cremades (el «Loco del Vino») logró hacerse con 520 hectáreas de viñedo en la Ribera del Duero. Con su proyecto, el Real Sitio de Ventosilla, recuperaba cepas de más de 100 años de antigüedad.
Dos generaciones después, y con tan sólo 34 años, Fernando Rodríguez de Rivera Cremades, actual director de las bodegas PradoRey, está cumpliendo también su sueño: hacer de ese legado familiar una empresa innovadora y con proyección internacional. El nieto del fundador (que llegó casi de casualidad al mundo del vino, tras una formación ligada a la Dirección de Empresas y el Márketing), asumió la dirección conjunta del grupo en 2007, tomando un año después las riendas. 
PradoRey es una bodega dinámica, con inquietudes, que busca hacer vinos que exploren los límites de lo autóctono, apostando siempre por el respeto del entorno. Han sido transgresores desde sus orígenes. «Fuimos la primera bodega en elaborar un vino Roble, la primera en fermentar un rosado en barrica, la primera que se atrevió con un «blush», la única que apostó por un clon tan complejo como el Élite, cuando éste se batía en retirada en el resto de bodegas de la zona; la primera que se atrevió a plantar viñedos a 850 metros de altura y a hacer un vino de pago en dichas cepas», cuenta el bodeguero.
Un jugador global
Bajo su responsabilidad, además, PradoRey se ha convertido en una empresa global. Cuando asumió la dirección, la exportación suponía el 17 por ciento de la facturación total. Hoy ese porcentaje es del 30 y el objetivo es que en 5 años sea del 50 por ciento, afianzando su posicionamiento en Asia (lo que incluye China) y EE.UU. «PradoRey sabe que su futuro pasa por convertirse en un jugador global. Cuando elaboras entre Ribera del Duero y Rueda 3 millones de botellas, buscando calidad, sabes que no tienes otra que salir fuera, máxime cuando las perspectivas para España y muchos de nuestros mercados tradicionales de exportación (Europa) son sombrías», afirma Rodríguez de Rivera. Muy probablemente, ese proceso de internacionalización venga también acompañado de alianzas estratégicas para la elaboración de vinos distintos en lugares distintos; y donde PradoRey aportará su conocimiento enológico y comercial.
El director de la bodega entiende, además, que hoy, cuando la presión en el precio es máxima, «no hay que tener miedo» a eliminar todo aquello que sea superfluo. «Lo que no se puede jugar es con la calidad. Es más, se hace más necesario que nunca fijar un posicionamiento para tu marca. Pero si hay un hueco para un vino más barato o diferente y podemos estar, estaremos», puntualiza. Una de sus recientes apuestas ha sido «Lía», un vino muy cercano a lo que se elabora en California. También lo han hecho a la inversa, por ejemplo, a través de sus Series Históricas, para un nicho que demanda un vino exclusivo, de corte más clásico.
«Detrás de todos nuestros vinos hay una historia», dice Rodríguez de Rivera. No en vano, el Real Sitio de Ventosilla formó parte de la Corona durante siglos (enamoró a Isabel la Católica, quien la compró en 1503). «Nada es casual en PradoRey, y lo más bonito es pensar que nuestro mejor vino sigue estando por llegar», concluye.
VINOS CON PERSONALIDAD
A los vinos que PradoRey elabora con D.O. Ribera del Duero (Rosado, Roble, Crianza, Reserva, Gran Reserva, Series Históricas, Adaro y Lía), se unen aquellos otros que, desde 2007, se hacen en Rueda (Valladolid), en PradoRey Rueda. Allí encontramos ideas tan interesantes como el PR 3Barricas, un verdejo fermentado en barrica.
ADARO: Se trata de un tinto muy especial, ya que se ha elaborado en honor al fundador de la bodega, Javier Cremades de Adaro. Para ello, se han seleccionado de forma manual uva mayoritariamente del pago Hoyo Dornajo. La variedad utilizada es la Tinta Fina (100%) de la D.O. Ribera del Duero. El vino reposa 12 meses en barrica de roble francés más otros 3 meses en conos de roble francés de Nevers. Tiene 93 Puntos Peñín. Precio: 16 euros.
PradoRey ROSADO: Es un vino original y emblemático de la bodega, cuya elaboración se remonta a los rosados de barrica de antiguas bodegas familiares. Es un 50% Tempranillo y 50% Merlot, fermentado en barrica. Se hace con uvas seleccionadas de entre los 7 pagos de la finca Real Sitio de Ventosilla. Precio: 7,40 euros.
Lía de PradoRey 2012: Lía, sin duda, es el vino que mejor encaja con ese proceso de internacionalización en el que está inmerso PradoRey. Se trata del primer «blush rosé» de la Ribera del Duero, que sigue el estilo de los vinos rosados originarios de California. Fernando Rodríguez de Rivera es el impulsor del mismo; un vino pensado para quienes se atreven a romper estereotipos. Precio: 6 euros.


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