A finales de 2012, 1 de cada 4 acciones de las empresas españolas cotizadas estaba en manos de las familias. Para ser exactos, el 25,1% de los títulos era de su propiedad, prácticamente cuatro puntos porcentuales más que un año antes. Este incremento constituye el dato más destacado del informe sobre la Distribución de la Propiedad de las Acciones Españolas Cotizadas que anualmente elabora el Servicio de Estudios de Bolsas y Mercados Españoles (BME), publicado hoy.
Ese aumento desemboca en dos efectos adicionales. Por un lado, sitúa a los hogares como el segundo grupo inversor por importancia en la bolsa española, por delante de las empresas no financieras y solo por detrás de los inversores extranjeros. Y por otro, ese 25,1%, equivalente a una inversión superior a los 100.000 millones de euros, representa la proporción más alta desde el 26% de finales de 2003.
Además, el incremento del peso de las familias en el reparto de la propiedad de las acciones contrasta con el descenso registrado en la mayor parte de los restantes grupos. Los inversores no residentes, aunque continúan siendo los que más títulos poseen, redujeron su posición del 40 al 39,2% del total; lasempresas no financieras pasaron de tener el 22,1% de las acciones a poseer el 21,7%; los bancos y las cajas, dentro de la política de desinversión que han tenido que realizar por exigencias del rescate bancario o para reforzar su capital, han recortado su participación en el accionariado del 7,5 al 5,2%, cada vez más lejos del 9,4% de 2007 y, sobre todo, de los registros previos a la entrada de España en el euro, cuando poseían 15 de cada 100 acciones; las instituciones de inversión colectiva se replegaron del 5,5 al 5,4% en 2012; y las compañías de seguros,  del 3,3 al 3%. Solo los datos de lasAdministraciones Públicas registraron también incrementos; en su caso, del 0,3 al 0,5% del total de las acciones.
Aunque desde el Servicio de Estudios admiten que resulta difícil establecer las causas exactas del incremento del peso de las familias en el reparto de la propiedad de las acciones, sí avanzan varias posibles razones. Una de ellas es "la generosa política de retribución al accionista mantenida por las empresas cotizadas españolas en los últimos años". Pero también hay otros motivos. "El ajuste a la baja de las cotizaciones durante la crisis, los procesos de refuerzo del capital o recursos propios de las entidades financieras y no financieras o la huida del sector inmobiliario (tradicional y predominante refugio del ahorro familiar en España) tras su fuerte desplome, son también razones probables que ayudan a entender el aumento de la participación de los hogares en la distribución de la propiedad de acciones en 2012", explican.