Acaban con vidas de pacientes y doctores, obligan a evacuar a enfermos graves, destrozan el escaso equipo médico disponible y arrasan las instalaciones. Las bombas lanzadas este lunes por la tarde sobre el hospital de Al Aqsa, en el centro de Gaza, mataron a cinco palestinos e hirieron a otras cuarenta personas, incluidos varios trabajadores del hospital. El portavoz del Ministerio de Sanidad de Gaza, Ashraf Al Qudra, dijo que los proyectiles (doce en total) no sólo impactaron en el área de administración, sino que también alcanzaron la zona de cuidados intensivos. Uno de los médicos detallaba a medios locales cómo habían saltado por los aires dos plantas (la tercera y la cuarta), así como la sala de recepción.
No es la primera vez que la aviación israelí destroza un centro de salud en esta ofensiva. Durante días, el hospital de rehabilitación de Wafa recibió llamadas telefónicas que advertían que los cazas F-17 lo iban a bombardear, algo que finalmente ocurrió. Los 17 pacientes del centro, que también ha recibido disparos de drones, tuvieron que ser desalojados. Días antes, otro ataque aéreo redujo a escombros una residencia de discapacitados, acabando con la vida de dos de ellos. 
¿Pero cómo se justifican estos ataques? El ejército hebreo alega que estos edificios sirven como base de operaciones de Hamás o como vivienda para alguno de sus líderes. Las IDF (Fuerzas Armadas Israelíes) publicaron este lunes en su cuenta de Twitter un mapa con el que intentaban justificar los continuos ataques a lugares públicos. “Los líderes de Hamás se esconden entre la población civil, es su culpa que mueran tantos inocentes”, repite el portavoz del ejército. En el plano, muestran una imagen aérea de un hospital, además de una mezquita, un parque de recreo y un cementerio desde el que supuestamente las milicias de Hamás lanzan sus misiles hacia Israel. Incluso se pueden ver en vídeo sus avances en el terreno, imágenes en las que se observa, por ejemplo, cómo se accede a los túneles clandestinos desde el salón de una casa.
La semana pasada, cuando la Marina israelí disparó contra cuatro niños que jugaban por la playa del puerto de Gaza, la justificación fue similar. “Recibimos informaciones de que ahí se escondía un líder de Hamás y atacamos”, contóRoni Kaplan, el portavoz hispano del ejército israelí. Desde entonces, muchos medios han cuestionado si la avanzada tecnología militar que emplea Israel no permite al menos comprobar la edad de la persona que tienen en el punto de mira, en mitad de una playa. En las sucesivas entrevistas que han ofrecido explicando los hechos, los portavoces israelíes reconocen que no consiguieron alcanzar al líder de Hamás contra el que en teoría se lanzaron los proyectiles.
Días después de la tragedia de la playa, otros cuatro niños morían en una azotea, víctimas del impacto de una bomba de sonido, un arma que los israelíes utilizan para avisar de un bombardeo. Está técnica (denominada “golpear en la puerta”) tiene sus riesgos, pero en teoría salva vidas, pues la población sabe que tras dichas detonaciones llegan los misiles reales. Aquel día, sin embargo, los cazas no procedieron al bombardeo del edificio en el que previamente habían fallecido los niños. 
Imágenes difundidas por las Fuerzas Armadas Israelíes a través de Twitter.Imágenes difundidas por las Fuerzas Armadas Israelíes a través de Twitter.
Algunas familias han quedado prácticamente exterminadas en los bombardeos. En Gaza, ayer, fallecieron nueve miembros de la familia Al-Qassas. Los Abu Jami, que viven en Jan Younis (al sur de la Franja de Gaza), perdieron a 26. Y en Rafah cayeron 11 miembros de la familia Siyam... En total, desde que comenzara la operación israelí sobre Gaza hace trece días, han muerto 550 palestinos y hay más de 3.350 heridos, de acuerdo con el portavoz de los servicios sanitarios de la Franja. La noche más sangrienta fue la del sábado, cuando el ejército israelí atacó por tierra y por aire el barrio de Shuyaiya, al este de la capital. Fallecieron más de cien personas, y otras muchas familias abandonaron el barrio en llamas para buscar refugio en la ciudad o en el Hospital de Shifaa. 
En el bando israelí también hay bajas. Este lunes fallecieron siete soldados en enfrentamientos con milicianos palestinos que se habían infiltrado en territorio de Israel. En total, 25 israelíes han perdido la vida en la ofensiva. Durante los últimos días, los grupos armados de Gaza han sorprendido a los soldados hebreos en diferentes ocasiones. Estos aseguran que la red de túneles con la que incursionan en su territorio es más sofisticada de lo que sospechaban los servicios de Inteligencia. 
Imagen difundida por las Fuerzas Armadas Israelíes a través de Twitter.Imagen difundida por las Fuerzas Armadas Israelíes a través de Twitter.
El pasado sábado los milicianos mataban a varios soldados lanzando una bomba de barril. En un primer momento, Hamás comunicó que uno de los militares había sido secuestrado e incluso publicaron en Twitter una foto con su pasaporte. Acto seguido, se empezaron a escuchar en Gaza tiros al aire en señal de celebración. En Ramallah, capital administrativa de Cisjordania, también la población celebraba este secuestro. Horas más tarde, el embajador israelí de Naciones Unidas desmentía que este se hubiese producido.
Dos de los trece soldados muertos en los combates de Shiyahia eran de nacionalidad americana. Uno de ellos vino a Israel a hacer la aliyá (emigración judía) y le contó a sus padres que quería unirse al ejército hebreo para servir a Israel. Existe una asociación llamada Los Soldados Solitarios que recoge fondos para los soldados de nacionalidad americana que sirven en el Ejército. Según la ley israelí, todos los extranjeros entre 18 y 26 años que emigran a Israel tienen que hacer el servicio militar.