Cristina Sánchez Quintanar se ha convertido en la primera mujer española en militar en tres deportes distintos en la NCAA. La primera división universitaria estadounidense ha visto cómo esta deportista española destacaba en tenis, baloncesto y fútbol mientras estudiaba la carrera de Comercio Internacional. Su historia empezó cuando, de la mano de AGM Sports, decidió marcharse a Estados Unidos a cursar allí sus estudios con una beca de 42.000 dólares anuales. Cristina llegó a estar entre las 600 mejores tenistas del mundo, pero cansada de desembolsar dinero para acudir a los torneos encontró la solución marchándose a vivir el sueño americano.Recién graduada, la joven de 25 años charla con El Confidencial del pasado, el presente y un futuro más que prometedor.
La historia de Cristina Sánchez comienza en Ciudad Real. A los seis años fue su madre la que decidió inscribirla en clases de tenis porque ya apuntaba maneras. El Centro de Alto Rendimiento de Barcelona, al que Cristina fue con 19 años, fue su siguiente parada. “Terminé el instituto y quise jugar al tenis.Me dedicaba a jugar y a viajar y me cansé. Me quemé y era muy caro. No merecía la pena y decidí buscar una oportunidad que salió en Estados Unidos. Llevaba toda la vida jugando al tenis y en ese momento decidí que no quería disputar más torneos profesionales. Pero llevas toda la vida jugando al tenis, es algo que sabes hacer y piensas, ‘¿cómo lo voy a dejar ahora?’ Irte a EEUU era como una manera de aprovechar todo ese esfuerzo que has hecho durante tantos años”, reconoce a este periódico. Con 20 años, esta criptanense hizo las maletas y se plantó en Maryland (Washington).
Cuando llegó a Maryland, la temporada de tenis ya había empezado, por lo que ya no podía empuñar la raqueta ese año. El entrenador de fútbol de la universidad le ofreció entrenarse con el equipo para mantener la forma pero las buenas cualidades de Cristina la llevaron incluso a disputar algunos minutos. Cuando volvió a jugar a tenis, deporte que practicaba desde pequeña, se consagró. Llegó a ser Top 3 nacional y metió al equipo en la final nacional, un conjunto que estaba fuera del ranking nacional.“Hicimos historia”, asegura.
Cristina Sánchez estuvo en Maryland un año y medio jugando a tenis y fútbol, hasta que pidió el traslado la universidad de Texas A&M. “Después de pensarlo mucho me trasladé con mi entrenador porque era lo mejor para mi tenis”. En Texas continuó con su carrera deportiva y de estudios. Siempre, bajo la atenta mirada del entrenador de fútbol que también quería ficharla. Por problemas burocráticos, esto sólo podía suceder si le daban una beca para otro deporte. Entonces llegó su debut en el baloncesto. Fichaba por lasTexas Aggies, equipo de su universidad, que le dio la oportunidad de jugar en el Reed Arena ante 13.000 espectadores. Pese a que no tocaba un balón de baloncesto desde niña y que nunca lo había hecho a nivel competitivo, se ganó un puesto en el equipo.
https://ssl.gstatic.com/ui/v1/icons/mail/images/cleardot.gifPese haber jugador en tres disciplinas diferentes, Cristina tiene claro con qué deporte se queda. “El tenis es mi favorito y es un deporte que depende de mí ganar o perder. Allí en la universidad como juegas en equipo, aunque es un deporte individual no lo sientes tan individual como cuando juegas torneos por ti misma. El fútbol y el baloncesto, evidentemente, tienen la atmósfera de un equipo: el compañerismo, no entrenas sola y  te lo pasas muy bien. Me alegro de haberlo hecho allí porque es una cultura totalmente diferente y he aprendido mucho”, asegura.
Cristina sólo se arrepiente de no haberse marchado antes a Estados Unidos. Lo hizo con 20 años pero a día de hoy lo habría hecho a los 18: “Allí recuperé la ilusión por competir porque juegas para un equipo. Mejoré un montón jugando al tenis. Allí vas y te lo tomas más en serio que aquí. Es una atmósfera mucho más profesional y merece mucho la pena, la verdad. Elamor por el deporte que tienen es bestial”. Además, Cristina destaca el buen trato que reciben allí los deportes minoritarios: “Se nota cuáles son los deportes principales, pero a los que jugamos a tenis o a otros deportes minoritarios también nos prestan mucha atención. Te cuidan mucho, te tratan genial y se preocupan por ti. Eres una atleta más, igual que el que practica fútbol americano. En España nos falta mucho para eso, sobre todo, para que le hagan tanto caso al deporte”.
Después de haber saboreado el éxito en la NCAA, en tenis, fútbol y baloncesto, y con los estudios terminados, Cristina Sánchez mira al futuro: “Tengo un debate, a ver qué hago. Me han ofrecido trabajo en mi universidad. También me gustaría encontrar una opción que me lleve a hacer un máster en empresariales, pero puede que siga jugando al tenis un poco más. Si encuentro un patrocinador puede que intente dar el salto al tenis profesional otra vez”, concluye.