sábado, 28 de noviembre de 2015

Exigencias a SuperMario....



Recortar el ratio de los depósitos y más QE con mayor horizonte de tiempo. Estas son las exigencias del mercado para la próxima reunión del BCE

FINANZAS


La última reunión de 2015 del Banco Central Europeo promete traer sorpresas. O, al menos, eso espera el mercado. Dejando por un momento de lado el foco en Estados Unidos y en la posible subida de tipos, en temas de política monetaria, en Europa ya se habla de QE2. Hasta ahora las palabras de Mario Draghi, presidente del BCE, han sido solo eso, palabras. Pero las expectativas de que ese "lo que haga falta" se traduzca a la realidad son muy altas.
El equipo de análisis de Citi se muestra muy tajante en sus previsiones de la reunión de este próximo jueves. Exigen al BCE actuar, al menos, en estos tres niveles: un recorte en el ratio de depósito, actualmente en el -0,20%; un incremento en el volumen de compra del QE; y un ajuste en la línea de tiempo, modificando, o incluso eliminado, la fecha límite de septiembre de 2016.
Los alcistas -"doves" para los anglosajones- tienen el viento a su favor. "Creemos que el Consejo de Gobierno será capaz de sobreponerse a sus diferencias y defender su mandato más agresivo para recuperar su credibilidad", sostiene el informe. En el mercado ya vemos señales de que no son los únicos con esta visión: El EONIA a un mes ha bajado considerablemente desde la reunión de octubre, según datos de Bloomberg recogidos por Citi. También se apoyan en una reciente encuesta de Reuters sobre el ratio de los depósitos. El consenso espera que se recorten 10 puntos básicos, hasta el -0,3%. El ratio de refinanciación, eso sí, sin cambios de momentos. "Sería una gran decepción si el BCE no hiciera nada en términos de aumentar su política monetaria expansiva en la reunión del 3 de diciembre".
Por eso, según Citi Research, Draghi tendrá que elegir entre "tapar las grietas con papel" con un QE2 menor de lo esperado o sorprender al mercado y alienar a los bajistas. Estas son sus apuestas:
  1. Recortar el ratio de depósitos. Del -0,2% actual, bajar 20 puntos básicos al -0,4%- También que el BCE recorte la tasa marginal de crédito al 0,2% (0,3% actual), pero dejar la tasa principal en el 0,05%. "En tiempos de exceso, el ratio de depósitos es una herramienta más importante para determinar el coste de los préstamos a la banca", defienden.
  2. Aumentar la APP. En 15.000 millones de euros al mes desde enero de 2016, lo que añade unos 135.000 millones de euros al balance hasta septiembre de 2016.
  3. Extender la fecha límite de la APP. Seis meses más, hasta marzo de 2017, e incluso considerando añadir bonos municipales y regionales a la lista de activos "comprables" por el BCE.
El tono de Draghi en su discurso del pasado noviembre es lo que da esperanzas a los inversores. Las referencias a la flexibilidad del QE en tamaño, extensión y composición; el recordatorio de la influencia del ratio de depósitos; la reiteración de la necesidad de impulsar la inflación... A muchos les rememora su discurso de abril de 2014. Y en apoyo al coro alcista también se le han sumado miembros de la ejecutiva: el vicepresidente, Vitor Constancio, ha defendido que la política monetaria no se ha quedado sin balas; el economista jefe, Peter Praet ha remarcado que dejar de vigilar la inflación sin expectativas sin un impulso detrás es un peligroso cóctel. Y así la lista.
Tampoco comparte la opinión de que el BCE vaya a esperar se a digerir la reacción de mercado a una subida de tipos en Estados Unidos. La única demora realista que ven posible es limitarse a ampliar el horizonte del actual QE.
Y no solo hay expectativas con la reunión de diciembre. Citi tiene expectativas de un mayor fortalecimiento a lo largo de 2016: más QE (450.000 millones de euros hasta septiembre de 2017) y mayores recortes en los tipos de los depósitos (al -0,75%), probablemente en junio. Además, con la inyección del QE2 -unos 1,2 trillones de euros, calculan- han incrementado sus previsiones de inflación y de PIB de 2016 a 2018 para Europa y, por eso, siguen viendo la primera subida de tipos del BCE a finales de 2018.

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