viernes, 27 de noviembre de 2015

Manualillos para una crísis ( 1 )

La recuperación fracasa en corregir los desequilibrios de la economía española

  • El descomunal endeudamiento y el "alarmante" desempleo preocupan
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España se muestra en los altares de Bruselas y Berlín como el ejemplo de la recompensa que espera a los alumnos disciplinados que aplican duros ajustes y reformas. Sin embargo, la propia Comisión Europea volvió este jueves a ilustrar que detrás del envidiable crecimiento económico español se esconde una economía claramente magullada por la crisis.
A pesar del esfuerzo reformador de los Gobiernos españoles desde 2010, nuestro país es uno de los que más desequilibrios económicos sufre entre los 28 socios de la UE, tan solo superada por dos estados miembros rescatados, Irlanda y Chipre. Nuestro país suspende en cinco indicadores de los 11 que utiliza la Comisión para medir la salud macroeconómica de los socios europeos.
Más aún, la economía española no sólo ha fallado al intentar corregir el rumbo, sino que los registros se han empeorado en cuatro de ellos, según los datos del año pasado. Estos son el desempleo, la deuda pública y deuda privada, la deuda externa y cuota de mercado mundial de exportaciones.
El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, dijo este jueves durante la presentación de los resultados que, en España, "los ajustes son incompletos, al continuar algunas vulnerabilidades" como el elevado endeudamiento y, sobre todo "el nivel alarmante" del desempleo en España. Según el dato recogido en el informe, la tasa media de desempleo de los últimos tres años es del 25,1%, un punto más que el registro del año anterior, mientras que Bruselas considera una tasa saludable aquella en torno al 10%.
Nuestro país ha estado en la picota desde que Bruselas inauguró este proceso de vigilancia macroeconómica que completa el control fiscal (déficit y deuda) realizado a través del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Moscovici también se encargó de desmotar el optimismo del Ejecutivo del PP por el flanco fiscal al avisar el pasado octubre que nuestro país no cumplirá con su objetivo de rebajar el déficit por debajo del 3% el próximo año, según el borrador presupuestario enviado por Madrid para 2016. Por eso, el Gobierno que salga de las urnas tendrá que enviar unos nuevos presupuestos con medidas que ayuden a equilibrar las cuentas.
No obstante, Moscovici tuvo palabras el jueves para reconocer los esfuerzos españoles al señalar que "en parte, gracias a las reformas, España ha registrado un cambio de rumbo significativo en los últimos años".
Dentro del barroco proceso de gobernanza económica de la UE, puesto en marcha tras la crisis de 2008, esta toma de temperatura servirá como base para las recomendaciones en materia fiscal y de reformas que Bruselas emitirá en mayo, y que deben ser asumidas en los planes de los socios europeos para intentar coordinar la política macroeconómica y fiscal.
Sin embargo, los estados miembros ignoran gran parte de las recomendaciones de Bruselas, más aún cuando continúa sin sancionar a ninguna capital por romper las reglas fiscales y menos por los desajustes macroeconómicos.
La Comisión lanzó cuatro recomendaciones: insistencia en mejorar la competitividad, reformas del mercado laboral, políticas fiscales neutras, y continuar con el saneamiento de los bancos.
La Comisión devuelve así el golpe al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, al meterse en su terreno. Recientemente, el ministro de Finanzas holandés comentó que el análisis de los presupuestos nacionales debería sacarse de la Comisión para ser entregado a una autoridad fiscal europea independiente, al sugerir que el actual Ejecutivo comunitario estaba "politizado".
Ni el vicepresidente de la Comisión para el euro, Valdis Dombrovskis, ni Moscovici quisieron responder si cuentan con las herramientas para hacer cumplir estas recomendaciones para el Eurogrupo, o si el holandés sería el último responsable en caso de falta de seguimiento.

Se mantienen las mismas prioridades

La Comisión Europea publicó sus prioridades en materia económica, entrelazadas en un círculo virtuoso: el relanzamiento de la inversión, la continuación con las reformas para modernizar las economías y el seguimiento de políticas fiscales responsables.
Pero la recuperación económica europea debe más a factores externos, como la intervención del BCE y el petróleo barato, que a un progreso real en estos tres pilares. 

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