domingo, 31 de mayo de 2009

Jose Manuel Campa empieza el curso.

Y vá cogiendo tono.

Campa: "La respuesta a la crisis actual no es más, sino mejor regulación"

El profesor de finanzas del IESE, José Manuel Campa, da su visión de cómo hacer frente a la situación está más alineada con las tesis liberales que con las socialistas.


Las propuestas para resolver la situación financiera de urgencia en la que nos encontramos van en las líneas adecuadas, pero son rápidamente superadas por la realidad. El recién nombrado secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, analiza en un artículo publicado en el último número de la revista de Bolsas y Mercados Españoles (BME) el origen y la evolución de la crisis actual, además de avanzar lo que para él son las medidas que deberían adoptarse.

En su opinión, "más regulación no debe ser la respuesta que nos proporcione un entorno más estable. Lo necesario es una mejor regulación". Para Campa, tan importante como gestionar la crisis actual es no cometer errores que tengan implicaciones importantes para el medio y el largo plazo.

"La regulación —continúa— debe ir orientada a gestionar riesgos y productos, no entidades. Nuestro sistema actual se centraba más en la regulación de ciertas entidades (bancos de depósito) que actividades".

El hasta ahora profesor de Finanzas del Iese también critica que en mercados tan internacionalizados e interrelacionados como los financieros seguimos con sistemas basados, fundamentalmente, en reguladores nacionales que se fi jan en entidades concretas. "Esto debe cambiar", explica, y añade que "la regulación por entidades nacionales debe coordinarse para evitar el arbitraje, tanto geográfico como entre productos con el mismo fin".

Hacia dónde ir
En cuanto a los mercados financieros del futuro próximo, las implicaciones también parecen claras. Se evolucionará hacia unos mercados financieros de deuda y derivados sobre deuda más estandarizados. "No tiene sentido —se queja Campa— que hoy las empresas tengan en su pasivo entre uno y tres instrumentos de renta variable (acciones ordinarias, preferentes, sin voto o similar) y en comparación, cuenten fácilmente con decenas de distintas emisiones de deuda".

Estos productos deben estandarizarse, simplificarse y homogeneizarse. Respecto a cómo se producirá la estandarización, depende de la evolución de la industria y del entorno regulatorio que está por definir.

Pero sí se saben las líneas maestras hacia las que este sistema tenderá a evolucionar:

1. Se irá hacia productos más estandarizados, con menos letra pequeña o sin ella, con duraciones similares y tipos de interés similares.

2. Serán instrumentos similares entre entidades, con mejor capacidad de intercambiar y comparar por el emisor, donde la sustitución entre los mismos por emisor sea posible con cierto grado de simplicidad.

3. Se establecerán mecanismos para simplificar, clarificar y establecer las condiciones de prelación de los distintos instrumentos. También debe producirse una racionalización en los mecanismos de cobro en situaciones de dificultades.

4. Estos instrumentos se comercializarán en mercados secundarios más organizados. Mercados que fomentarán la proporción de información a los inversores potenciales para fomentar la liquidez.

5. Se organizarán sistemas para limitar y minimizar el riesgo de contraparte en los mercados secundarios, bien a través de cámaras de compensación, mercados organizados u otros mecanismos que lo permitan.

6. Los derivados de crédito también se simplificarán y evolucionarán hacia instrumentos vinculados al crédito del emisor y no de emisiones concretas.

7. Se fomentará la comercialización de estos productos en mercados secundarios donde se organicen los mecanismos de intercambio con cámaras de compensación, declaraciones por los inversores de posiciones netas, sin riesgos de contrapartida para los inversores en mercados secundarios e incluso con el fomento de especialistas que garanticen la liquidez de los instrumentos.
El desarrollo de los mercados en esta dirección y la rapidez con que se haga será fundamental para que en el sistema vuelva a generarse la confianza y la liquidez necesaria para que los inversores vuelvan a estar dispuestos a participar en ellos.

Enseñanzas
La principal lección que se puede extraer de la crisis es que la liquidez no se puede suponer garantizada en los mercados. "Es un bien escaso, algo que no se puede asumir en los mercados, que requiere un entorno apropiado para desarrollarse a medio plazo y con necesidades y prioridades que deben de cuidarse para asegurarse su existencia a corto plazo", dice Campa.

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