El gallego Bieito Rubido acudió la semana pasada junto con mi directorNacho Cardero, profesional que asombra a propios y extraños, y que cuando suelta la mano lo hace con precisión jacobina, a un curso en la Ribera del Duero para deponer acerca de asuntos de su incumbencia. Tengo para mí que Rubido es el hombre de la actual situación entre ABC y El Mundo y que no tiene par porque la cosa viene como viene.
Cardero tiene la ventaja de que apacienta una grey previsible, con una deriva indeclinable hacia el éxito, que ha superado las corrientes del Cabo de Hornos, pero Bieito diseña en estos momentos su particular cuaderno de bitácora en busca de una salida hacia el Índico.
Lleva razón en dos cosas en esto de la profesión. Primero, sobran periodistas por un tubo –aunque también hay mucha falta de ellos– y, en segundo lugar, el centroderecha mediático se desangra en un sinfín de ofertas y manchetas que unidos jamás serían vencidos. Encima, ahora se les suma al chollo el diario ‘El País’, en cuyo interior mi primo y amigo Carlitos Cuesta podría escenificar algún programa de su exitosa “Marimorena”.
Si tuviera que apostar a una fusión El Mundo/ABC lo haría doble contra sencillo porque a mediados del mes de julio de 2015 aquí se habrá producido ya lo que ahora mismo todo el mundo intuye.