sábado, 16 de mayo de 2009

Debate abierto.

El prestigioso economista cubano-gilito se moja.

Mesa-Lago: "España, como otros países latinos, debe elevar la edad de jubilación"
Publicado el 16-05-2009 , por M. Tejo. Madrid
Entrevista con Carmelo Mesa-Lago, candidato al Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. El economista ofrece las claves para que la crisis no se cebe con la protección social. “No hay soluciones mágicas”, alerta.


Acotar la trayectoria profesional de Carmelo Mesa-Lago (La Habana, 1934) en unas líneas es como intentar encerrar el mar en una botella. Este catedrático distinguido emérito de Economía de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) es un estudioso incansable de los sistemas de Seguridad Social, especialmente, de Latinoamérica. A ello se ha dedicado en los últimos cincuenta años. Mientras Occidente recela del necesario alargamiento de la edad de jubilación, Mesa-Lago relata su opinión desde su propia experiencia, en una entrevista con EXPANSIÓN:“Oficialmente llevo retirado diez años, pero sigo trabajando. La Seguridad Social en EEUU es una miseria. Con la pensión [pública] no se puede vivir”, señala. El prestigioso economista, candidato favorito para ser galardonado con el Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales 2009, tiene claro que la crisis económica debilitará los sistemas de protección social, golpeando a la sanidad y las pensiones. “En América Latina, la crisis afectará a la cobertura [social] de sus ciudadanos. Puede ser que sólo un 20% de la fuerza laboral esté debidamente cubierta”, explica. En estos países, según Mesa-Lago, el problema es doble: “Los más empobrecidos, que son los que ya tienen una protección más baja, seguirán ahí anclados mientras los más ricos también estarán afectados, porque están perdiendo trabajadores”. “Este asunto es incluso más serio que el tema de la crisis”, relata. ¿Cuál es la solución de futuro? El experto apunta algunas claves, al menos, para paliar el problema de las pensiones. “Los jubilados potenciales buscan tener una pensión complementaria. La pública sólo garantiza una protección básica”. Eso sí, matiza que “no hay soluciones mágicas”. El sistema chileno –prácticamente 100% privado– no tendría el mismo éxito en Perú o Argentina. “El caso de Chile [basado en la capitalización individual] no sirve para países que no han tenido una tradición de mercado de valores y una fuerza laboral joven. En mi opinión, un sistema mixto que equilibra ambos factores sería mejor para estos casos”. Buena parte de los países latinoamericanos –los intensivos en población– deberán asumir la encrucijada de “cotizar más o ganar una menor pensión menor”, según explica. Eso ocurre en países donde la relación entre su población activa y pasiva puede llegar al “uno a uno”, relata Mesa-Lago, conocedor de que en España “hay un debate enorme sobre este tema”. En general, el economista concluye que “estos países [en alusión también a Centromaérica] van a tener que aumentar la edad de retiro. No de la noche a la mañana, pero sí gradualmente”. “La idea de que un sistema privado resuelve el problema del envejecimiento fue una de las premisas del informe del Banco Mundial de 1993 (El envejecimiento sin crisis), muy debatido hoy por los economistas”, apunta. Lo que sí tiene claro es que al igual que la Bolsa ha caído a la mitad en los últimos años, desplome que merma la rentabilidad de los fondos privados, existe otro riesgo en el modelo de pensiones públicas: “Al haber un problema muy serio de déficit, los recursos se podrían utilizar para costear este agujero”, achaca poniendo como ejemplo a Argentina, donde la presidenta Cristina Kirchner decidió nacionalizar el sistema de pensiones entre una encendida polémica entre la clase política. “Quizá los sistemas mixtos combinan mejor los riesgos aunque todo depende de cómo esté invertida la cartera”.

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