lunes, 22 de junio de 2015

Jose Carlos Diez lo vé ....así!

José Carlos Díez.- 22 de junio de 2015 Los mercados la pasada semana vivieron momento de tranquilidad a pesar de la elevada tensión en la crisis griega. El comunicado de la Fed tranquilizó y las rentabilidades de los bonos en EEUU bajaron unos 10 pb en los vencimientos a más largo plazo. También hay que destacar la estabilidad en los mercados de divisas tras la elevada volatilidad de los últimos meses. Las bolsas registraron ligeros movimientos. Sólo se registró algo de tensión en primas de riesgos de deuda periférica, incluida la española, y en bonos corporativos. Grecia sigue siendo el principal riesgo sistémico mundial y lo sucedido la pasada semana recuerda mucho a lo sucedido en EEUU la semana antes de la quiebra de Lehman en septiembre de 2008. La deuda de Grecia es similar a la de Lehman si sumamos pública y privada, pero muy superior si incluimos el sistema bancario y su deuda con el BCE. Y además es deuda pública, lo cual no permite liquidarla en una juzgado como se hizo con el banco de inversión americano. Las declaraciones sobre que la salida de Grecia del euro no generaría tensión y no habría contagio son pura retórica. Nos enfrentamos a un escenario desconocido de la naturaleza ya que no hay precedentes recientes de una unión monetaria de la magnitud del euro y de la salida de un país. Conviene no olvidar que la estabilidad financiera europea la consiguió Mario Draghi tras la quiebra de Bankia, y diciendo que haría todo lo necesario para evitar la ruptura del euro. Si un país sale es evidente que no han hecho lo suficiente. Y como sabemos por crisis financieras anteriores el mercado preguntaría ¿quién es el próximo? Hemos visto que la bolsa portuguesa ha sufrido más que el resto por el contagio y sería la más afectada. Pero también hemos visto repuntar con fuerza las primas de riesgo de Italia y España. Irlanda se ha visto menos afectada aunque también ha aumentado su prima de riesgo. El Eurogrupo duró 45 minutos y debía ser de alto voltaje. Las declaraciones a la salida fueron muy elevadas de tono, impropias de una situación tan delicada en una país que padece una fuga de depósitos y que está al borde de un corralito. La pasada semana los ciudadanos griegos sacaron de los bancos depósitos por el equivalente al 2,5% de su PIB. En este escenario, que el ministro de economía griego afirme que estamos muy cerca de precipitar la salida de Grecia del euro o que Couere, consejero del BCE, diga en la reunión que no saben si los bancos griegos podrán abrir este lunes es una extrema irresponsabilidad. No hay solución a una fuga masiva de depósitos más que cerrar los bancos o decretar un corralito y ambas cosas provocarían más paro y más pobreza en Grecia. Si como parece nadie quiere que los griegos salgan, lo importante es ceder por ambas partes y llegar a un acuerdo. Grecia tiene a todos los socios europeos en contra y Syriza en estos cuatro meses de negociación ha perdido toda credibilidad. Además los ciudadanos griegos resultarían infinitamente más afectados que el resto si hay accidente. Por lo tanto, ellos tienen que mover ficha y demostrar que tienen voluntad de acuerdo. Las quejas de la troika sobre que Syriza dice unas cosas en Bruselas y otras en Atenas debe cambiar. El miércoles el parlamento griego anunció que la deuda griega con el BCE, el ESM y el FMI es ilegal. El jueves Varoufakis pidió una nuevo crédito al ESM y el viernes los bancos griegos pidieron un nuevo préstamo al BCE de 3.500 mill. Si es ilegal ¿por qué pedir más dinero? ​Porque si el BCE deja de financiar a los bancos helenos, la economía griega saltará por los aires como le sucedió a Argentina en 2001 y la pobreza en el país heleno aumentará exponencialmente. Grecia debe presentar un plan de modernización. El sector agrícola en Grecia aporta el 3% del PIB, similar al de España. Pero en España se hace con el 3% del total de trabajadores y en Grecia emplean el 14%. Los griegos no necesitan una quita de deuda. Necesitan tractores y mecanizar el campo para aumentar su productividad. Lo mismo que hicimos los españoles en los años ochenta. Y así en el resto de sectores donde hay que digitalizar e incorporar tecnología para mejorar su competitividad en un mundo global donde la competencia es mayor que hace treinta años. Los griegos no deben hacerlo por imposición de la Troika, deben hacerlo porque están en el mundo. Las pensiones griegas no son muy elevadas en su cuantía, pero hay muchos colectivos que se jubilan a los 55 años y con el desplome del PIB es insostenible. Grecia se gasta 16% del PIB en pensiones y el 10% del PIB proviene de los impuestos. Recortar pensiones sería deflacionista y depresivo, pero acercar la edad jubilación a los 65 años a esos colectivos permitiría reducir el gasto sin efectos traumáticos. Como les ha explicado Mateo Renzzi: “para explicar a los funcionarios griegos que no se pueden jubilar 7 años antes que los funcionarios italianos no hace falta una Cumbre Europea.” En la Troika si el plan es creíble debe haber flexibilidad. En febrero Syriza propuso un superávit primario del 1% del PIB. Hoy con la recesión y la caída de ingresos que irá a más en el segundo trimestre sería necesario un ajuste fiscal adicional del 2% del PIB. Eso provocaría más paro y más deuda. Se debe reducir al mínimo el esfuerzo, pero para eso es necesario la confianza de que Syriza reducirá el déficit cuando la economía salga de la recesión. Hay que aprovechar para abrir una mesa de mutualización de deuda europea para dar una salida a la elevada deuda griega. Hay varias propuestas técnicas encima de la mesa, pero la decisión debe ser política ya que estamos hablando del dinero de los contribuyentes. Pero la prioridad es parar la fuga de depósitos y estabilizar al sistema bancario. ​Para ello el acuerdo es necesario. Pero además hay que implementar el banco malo que ha propuesto Syriza con fondos europeos. Los bancos griegos tienen una morosidad reconocida del 40%. Pero eso implica que Tsipras desautorice a la comisión de su parlamento que ha declarado la deuda ilegítima y que le diga a los griegos que son necesarias más ayudas a los bancos para frenar el temor de los depositantes griegos a su quiebra. Esto supone negar su programa electoral y sus acciones de gobierno de los últimos meses. Y este es el principal problema. Ayer domingo hubo un consejo de ministros extraordinario en Atenas para acordar nueva propuesta. Hoy lunes en Bruselas habrá Eurogrupo extraordinario por la mañana y una Cumbre extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno por la tarde. El viernes hay otra Cumbre ordinaria. La semana siguiente vence el rescate y el BCE según estatutos debería cortar el préstamo a bancos griegos, lo cual forzaría un corralito y control de capitales y, si no se corta, la salida del euro. La situación es de extrema tensión. Esta es la historia de la construcción europea y siempre en el límite se acaba encontrando un acuerdo. Pero la historia también nos enseña que los europeos somos humanos y también hemos cometido errores. Esperemos que haya vida inteligente en Bruselas y en Atenas para evitar el caos. Como aprendimos con Lehman, cuando llega el caos, pierdes el control.

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