domingo, 25 de agosto de 2013

Consensos del Imperio....

La prueba para el próximo presidente

 de la Fed: alcanzar consenso

Por 
  • JON HILSENRATH

  • Durante casi ocho años a la cabeza de la Reserva Federal de Estados Unidos, el estilo singular de su presidente, Ben Bernanke, ha sido administrar por consenso. El jefe del banco central les ha dado a sus colegas amplia libertad para expresar lo que piensan durante reuniones privadas de la Fed y en público. También ha trabajado tras bambalinas para encontrar puntos comunes entre los otros 18 gobernadores de la Fed y presidentes de bancos regionales cuando ha tenido que tomar decisiones importantes de política.
    Debido a que se prevé que Bernanke deje el cargo cuando concluya su mandato en enero, su estilo de liderazgo y el de quien lo reemplace amerita un escrutinio especial. Una Fed ya dividida podría volverse más combativa cuando Bernanke salga, lo que tendría implicaciones importantes para el banco central, los mercados y la economía.
    Associated Press
    El presidente Barack Obama estrecha la mano del presidente de la Fed, Ben Bernanke
    Los dos candidatos con más opciones de suceder a Bernanke, Lawrence Summers y Janet Yellen, tienden a tener opiniones firmes. Yellen tiene una postura destacada dentro de la Fed como partidaria de las políticas de dinero fácil. Summers tiene una reputación de ser un debatiente severo y a veces agresivo. Cualquiera de los dos podría presionar con mayor fuerza para avanzar sus posturas, y enfrentar en consecuencia mayor resistencia de los otros miembros, convirtiendo a la Fed en un lugar más enérgico.
    Esto podría resultar en ocasiones en acciones políticas del banco central más rápidas y audaces. También podría llevar a más rencores dentro de la Fed que agiten los mercados o generen incertidumbre sobre si el nuevo líder del banco central podrá implementar las medidas de principio a fin.
    Ni Yellen, la vicepresidenta de la Fed, ni Summers, un ex secretario del Tesoro de EE.UU., han dicho cómo buscarían el consenso en la Fed si terminan dirigiéndola. Ambos declinaron ofrecer comentarios.
    El estilo de liderazgo es especialmente importante ahora. La Fed hace compromisos públicos sobre lo que hará con respecto a las tasas de interés en el futuro, esperando que esa guía influya sobre las decisiones económicas de inversionistas, empresas e individuos. Estos compromisos podrían parecer no fiables si aparentan carecer de un apoyo amplio dentro de la Fed.
    "La orientación y la comunicación a futuro solo funciona si es creíble", apuntó Lewis Alexander, economista jefe de EE.UU. en Nomura Securities. "Si no es respaldada por un consenso fuerte en el comité, es difícil tenerle fe".
    Bernanke ha trabajado intensamente tras bambalinas en la Fed para unir a los distintos funcionarios en decisiones difíciles de política.
    Su estrategia tuvo desventajas. En varios casos, les llevó meses a los funcionarios llegar a un acuerdo y las decisiones que tomaron a veces disgustaron a los inversionistas impacientes por medidas más rápidas y audaces. Además, como parte del estilo de micrófono abierto de Bernanke, otros funcionarios de la Fed se han sentido libres de expresar sus diferencias públicamente, a veces confundiendo a los inversionistas sobre las intenciones del banco central. Aún así, la estrategia desarrolló para Bernanke una fuente de buena disposición entre sus colegas.
    La Fed no siempre ha operado de esta manera. Durante los 18 años del liderazgo de Alan Greenspan, sus funcionarios a menudo deferían a él o expresaban sus diferencias más en privado. Bernanke "quería reducir el culto de personalidad en la Fed", indicó Bullard. Cuando el presidente de la Fed no consigue mayorías sólidas, debilita su voz dentro de EE.UU. y globalmente y crea incertidumbre sobre la política, dijo William Silber, autor de una biografía de Paul Volcker, ex presidente de la Fed. "El desacuerdo es sano", apuntó, pero "la incertidumbre es universalmente mala. Eleva el costo de todo".
    En una encuesta de The Wall Street Journal a economistas privados, 23 señalaron que Yellen sería más hábil en lograr consenso, mientras uno dijo que sería Summers. Doce apuntaron que el ex vicepresidente Donald Kohn sería el mejor en esto.
    Yellen tiene un estilo más discreto que Summers. Pero lo cierto es que la persona que consiga el cargo de dirigir a este grupo cacofónico podría enfrentar un enorme desafío.
    —Victoria McGrane contribuyó a este artículo.

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