Las nuevas becas Erasmus de Wert encuentran el rechazo de los estuidantes
D.Valera
La Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas critica las mayores exigencias en idiomas y el recorte de las estancias en el extranjero.
Las nuevas becas erasmus concedidas por el Ministerio de Educación a partir del próximo curso y que deben recibir unos 10.000 estudiantes no convencen a los universitarios. Así, la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (Creup) mostró este lunes en un comunicado su "profundo rechazo" ante este modelo que incrementa los requisitos académicos (nivel de idiomas B2, buenas notas y superar 60 créditos de la carrera) a cambio de una mayor cuantía (350 euros mensuales de media frente a los 250 euros de las 30.000 financiadas por la UE). Es decir, un concepto que se aproxima bastante a las becas de excelencia que siempre ha defendido el ministro José Ignacio Wert y que genera la oposición de rectores y alumnos.
De hecho, los estudiantes insistieron en que el Ejecutivo "ha priorizado los recortes a la formación de calidad de la juventud". En este sentido recordaron que con esta 'bolsa de movilidad' para 10.000 universitarios el Gobierno trata de ocultar los recortes de 16 millones de euros a estas ayudas en los últimos Presupuestos Generales del Estado. Y es que la partida actual pasa de los 34 millones a los 18 millones para el próximo curso. "Un Gobierno demuestra su apuesta por la formación de los jóvenes aumentando la partida y no reduciéndola como ha hecho el actual Ejecutivo", afirmó Inés Sánchez, Secretaria General de Creup.
Los estudiantes aseguraron que esta menor dotación de las becas se traduce en un recorte del tiempo de estancia de los estudiantes en el exterior a un semestre, cuando la media de los universitarios españoles en el extranjero en 2012 era de ocho meses. Desde el Ministerio siempre han mantenido que la medida trata de ponerse en consonancia con el Plan Bolonia e insisten en que no se trata de un «tope», sino que podrá ampliarse si las universidades así lo deciden mediante recursos propios. En realidad, parece difícil que en la actual situación de crisis ninguna administración (comunidad autónoma) o universidad complemente estas ayudas para prolongar la estancia.
Una de las principales críticas de la Creup tiene que ver con la exigencia de un mayor nivel de idiomas (B2) para acceder a estas becas. Según Wert este cambio era necesario porque con un conocimiento inferior de la lengua es "imposible seguir las clases". Sin embargo, desde Creup aseguraron que el verdadero objetivo es poner en el punto de mira al alumnado para justificar los recortes. En su opinión si fuera cierto lo dicho por el ministro ningún estudiante hubiera aprobado hasta el momento las asignaturas que han cursado en los intercambios. "Creup reivindica políticas inclusivas que potencien el aprendizaje de idiomas y no excluyentes como la propuesta del ministro", afirmaron en el comunicado. Además, también denunciaron la partida de 22 millones de euros para el programa de ayudas para el aprendizaje de idiomas en el extranjero suprimida por el Ejecutivo.
Financiación
España recibirá 53 millones de la Comisión Europea el próximo curso, lo que supone un incremento de 4,3% y que permitirá conceder 30.000 becas. A pesar de este aumento el Gobierno siempre se ha quejado -e incluso Wert protagonizó una agria polémica con el portavoz de Educación en Bruselas- de que los nuevos criterios de financiación basados en la población, nivel de vida y distancia entre los países de origen y destino en detrimento del número de becados beneficiaban más a otros países como Alemania, Francia o Italia. Hasta ahora, las erasmus se financiaban con fondos de la Comisión Europea complementados por una cuantía desde cada Estado miembro. Sin embargo, ahora la UE financiará íntegramente 30.000 y España otras 10.000.
Las becas erasmus se han convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza para el ministro Wert. No en vano, tuvo que rectificar una orden ministerial que exigía para recibir el complemento del Gobierno que hubiesen recibido una beca de carácter general el curso anterior. Esta medida, que afectaba al 80% de los erasmus, se aprobó cuando los universitarios españoles ya se encontraban en el extranjero. La movilización de los estudiantes en las redes sociales, la presión del PP y del propio Gobierno obligaron a Wert a dar marcha atrás.
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