sábado, 28 de junio de 2014

Las Pelayas y su Salamandra...

La salamandra de Oviedo habita en Las Pelayas

Sánchez Ramos reclamará en el pleno del ayuntamiento una figura de protección para la especie
Miércoles25 de junio de 2014
Pablo Zariquiegui
Pablo Zariquiegui
@pablozari
S.s Bernardezi es el nombre científico de una subespecie de salamandra descubierta por el biólogo José Bernárdez en los taludes de la antigua estación del Vasco en Oviedo en 1928. El hallazgo de esta subespecie, que se encuentra también en gran parte de la Cornisa Cantábrica y el norte de León, dio lugar a que fuera rebautizada popularmente como la salamandra de Oviedo.
Roberto Sánchez Ramos, portavoz de Izquierda Unida en la capital, acaba de presentar ahora una proposición para que el pleno del ayuntamiento realice un estudio sobre la salamandra e inste al Gobierno de Asturias a que establezca la figura de protección más adecuada.
La historia de esta subespecie, según consta en la exposición de motivos que figura en la proposición, es apasionante. Así, en la ciudad de Oviedo se han encontrado hasta 33 poblaciones aisladas y diferentes entre sí. Algunas de estas poblaciones, ubicadas dentro del casco antiguo, en el Monasterio de las Pelayas o en los patios de la catedral, podrían llevar aisladas más de mil años. 
Las salamandras de Oviedo aparecen también en numerosas obras de darte de la ciudad como en los capiteles del claustro de la catedral o de la sillería del coro. Desde un punto de vista práctico, señala Sánchez Ramos, pueden ser además una herramienta "de gran interés" para el estudio de la historia de la ciudad. Mediante el uso de técnicas genéticas se podrían inferir las fechas de construcción de algunos edificios representativos de Oviedo. 
La S.s. Bernardezi, por tratarse de una subespecie con una localización espacial restringida, presenta en Oviedo varias singularidades. La estrategia reproductiva más común en las salamandras es el viviparismo. Las hembras paren larvas poco desarrolladas que presentan branquias externas. Necesitan por lo tanto pasar por una fase acuática antes de poder vivir en tierra firma. Su forma de reproducción limita las posibilidades de sobrevivir en ambientes con escasa o nula presencia de agua.
Curiosamente, en el caso de la salamandra de Oviedo se produce una peculiaridad. Los ejemplares paren crías totalmente desarrolladas que no requieren pasar por la fase acuática. Esta excepción es clave para su supervivencia en ambientes urbanizados. Otra singularidad de estas salamandras es que viven en ambientes humanizados, completamente distintos a los que ocupan en condiciones naturales.

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