martes, 24 de junio de 2014

Naturaleza y Arte...

¿Qué puede hacer el arte contra una mala política energética?

'Prótesis discursiva', el proyecto por el que David Ferrando Giraut recibió la Beca DKV-Álvarez Margaride, en exposición en LABoral, invita a reflexionar sobre nuestras (malas) relaciones con la naturaleza... y sobre el papel y las estrategias del arte en el siglo XXI
Viernes20 de junio de 2014

David Ferrando Giraut
Prótesis discursiva (Una conversación alquímica)
Beca de Producción DKV-Álvarez Margaride
LABoral Centro de Arte y Creación Industrial
Hasta el 14 de septiembre
¿Se puede hablar sobre políticas energéticas con una videoinstalación, una obra de escultura sonora, una pieza digital para monitor? ¿Puede un artista justificar su trabajo por la preocupación que le provoca la insensibilidad de los gobiernos o las corporaciones hacia las consecuencias de sus políticas y sus planes económicos? ¿Es la actividad artística equiparable, más que a un proceso ultraespecializado de fabricación de objetos únicos, a una investigación sobre ideas políticas, filosóficas, científicas, comparable a las que desarrollan las ciencias o las humanidades? Proyectos como Prótesis discursiva (una conversación alquímica), el trabajo David Ferrando Guiraut(Negreira, A Coruña, 1978), parten del supuesto de que la respuesta a esas preguntas y a otras similares sobre el estatuto del arte actual son afirmativas. E invita a considerarlas a los espectadores, al margen o por añadidura de las motivaciones y reflexiones particulares que suscita su trabajo.
En su caso -y en el del proyecto que desde ayer se puede visitar en una de las naves de LABoral, producido con la segunda Beca DKV-Álvarez Margaride-, esas motivaciones tienen que ver con un hecho histórico relativamente reciente y circunscrito -el cambio en las políticas energéticas del gobierno del PP- y con otro mucho más dilatado y profundo, que tiene que ver con la esencia misma del Occidente moderno y postmoderno, desde el Renacimiento hasta este convulso presente y nuestro incierto futuro.

UNA GRIETA EN LA HISTORIA

Ese proceso se inició en los albores de la Modernidad pero no se consolidó hasta finales del XVIII, con el auge inédito e interconectado del capitalismo y las ciencias experimentales, el ascenso del ideario de la Ilustración y el estallido de la Revolución Industrial: fue en ese tiempo de cambios inauditos y acelerados cuando algo se quebró en una continuidad de cientos de miles de años, y elHomo Sapiens Sapiens empezó a percibir su cultura, sus productos materiales y mentales, su tecnología y todos los efectos que se derivan de lo que etiquetó como "progreso" como un ámbito definitivamente separado de la naturaleza, emancipado de ella. Y la falla también se replicó en la conciencia del tiempo histórico, de modo que el presente (y lo que el presente fundaba) se concibió como una época desgajada del la continuidad de la historia: un nuevo tiempo, un tiempo aparte.
Las implicaciones y consecuencias de esa percepción de las cosas ya empezó a preocupar a los artistas, escritores y pensadores del Romanticismo en el temprano XIX; y sus inquietudes sobre el divorcio entre cultura y naturaleza, presente y pasado, objetos y sujetos, su insistencia en que todo está profundamente conectado con todo, cobra lecturas mucho más agudas y urgentes hoy que entonces. Y en ese frente crítico siguen muy activos los artistas, creadores como Ferrando Giraut -aunque no precisamente desde postulados románticos- están alimentando su obra en esas grietas profundas y canalizando mediante su trabajo la energía que se libera a través de ellas.
Durante los dos meses de trabajo que ha desarrollado en los talleres y con el equipo humano de LABoral, tal y como contemplan las bases de la beca, el artista gallego afincado en Londres ha ensamblado varios registros y lenguajes artísticos. Ha partido de una ancestral concepción de la naturaleza -la de los alquimistas y su mística de los cuatro elementos-, y la ha utilizado como soporte simbólico a través de cuatro colores para un material mucho más actual: las opiniones sobre la política energética española de profesionales de distintos campos. Un geólogo, un meteorólogo, una doctora especializada en salud y contaminación ambienta, un catedrático de Ecología especialista en Oceanografía y cambio climático, una filósofa de la ciencia, un eco-activista, un abogado y un economista.

DIÁLOGO VIRTUAL, DEBATE REAL

Sus pareceres, editados en forma de diálogo, se reproducen en la estructura central de Prótesis discursiva: cuatro altavoces centrales, como cuatro figuras vagamente antropomórficas encaradas en una discusión de unos veinte minutos (que se convertirá en un debate real el 3 de julio en LABoral, moderado por el propio Ferrando Giraut). Al fondo la gran sala, un audiovisual, acompaña el diálogo; dividido también en cuatro grandes franjas verticales de color, una para cada elemento, muestra una suerte de danza de imágenes en las que aparecen artefactos tecnológicos actuales y otros más antiguos relacionados respectivamente con el agua, el aire, la tierra y el fuego.
La exhibición artística de esos artefactos en la pieza y la forma de hacerlos "hablar" a través de sus imágenes son la "prótesis discursiva" a la que alude el título: una forma de que el ser humano suministre a la naturaleza y a los objetos que construye a partir de ella una cierta forma de expresarse a través del propio ser humano. El arte como una "prótesis", según el concepto acuñado por el sociólogo e historiador de la ciencia Bruno Latour.
El impacto de la actividad humana sobre el planeta ha sido el equivalente al de un megameteorito
¿Y qué "dicen" esos objetos a través de este discurso protésico?"Mi intención es mostrar que esos elementos no tienen nada de esencial ni de puro, sino que han sido sometidos al dominio y la domesticación", señala Ferrando Giraut. A su vez, ese dominio de lo natural mediante la tecnología ha tenido, tiene cada vez de forma más profunda y general, un enorme impacto sobre el conjunto indisociable que formamos hombres y naturaleza. El equivalente, afirma el artista, "a un megameteorito", a una catástrofe de escala planetaria, hasta el punto de que hay geólogos que afirman que la acción del hombre se ha configurado como una fuerza natural tan masiva que merece su propia era geológica: el Antropoceno.

UN PRE-SAPIENS PARECIDO A SORIA

Ayuda a comprenderlo de forma muy visual, casi oscuramente cómica, la pieza complementaria Amanecer, la imagen digital de un antropoide de aspecto pre-Sapiens (con un curioso parecido con el ministro Soria) recitando de forma cada vez más acelerada un listado de invenciones cruciales de la humanidad, hasta que la lista se va haciendo tan atropellada que el sistema informático no es capaz de procesarla correctamente.
En definitiva, concluye Ferrando Guiraut, "somos naturaleza y la naturaleza es cultura". El modo de concebirla y lo que hacemos con ella nos afecta como a una parte más de su conjunto, cada vez más afectado precisamente por cómo la hemos concebido (como algo independiente de nosotros, sin efectos aparentes sobre nuestra sociedad y nuestra forma de vida) y cómo la hemos utilizado (violentando cada vez más su equilibrio y sus reservas).
¿Es el arte una buena manera de hacer llegar este mensaje a ciudadanos aparentemente desinteresados ante los mensajes tradicionales sobre la ruina energética o la amenaza ecológica? ¿Puede una pieza de videoarte junto a una escultura sonora tocar teclas en nosotros que no tocan las rutinas del lenguaje convencional? Es una cuestión añadida que se suscita ante un tipo de arte que -insistió el director de LABoral-, Óscar Abril, "no solo fabrica obras artísticas, sino que es antes que nada proceso de investigación". Que lo seguirá siendo, de hecho, para Ferrando Giraut, ya que guarda aún muchas horas de grabación audiovisual con las que piensa seguir investigando en los laboratorios del arte.

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