La página web oficial de la FIFA, el organismo que administra el fútbol mundial, recoge un listado de los 572 nombres de agentes españoles de futbolistas. Ningún país del mundo tiene tantos. Ni Inglaterra, con 554, ni Alemania, con 453. 
Hay desde nombres más conocidos hasta caras anónimas cuyos números telefónicos no existen y direcciones de correo remiten un mensaje de error, como ha comproado este diario. Una situación que se dispara en el caso de representantes de otros países que operan en la Liga española. De acuerdo con la misma FIFA, solo el 25% de las transacciones de jugadores en Europa las llevan a cabo agentes acreditados. Después de que el Parlamento Europeo apuntara el dedo contra las "actividades supuestamente delictivas" de los agentes –hubo acusaciones de tráfico de seres humanos y blanqueo de dinero–, la FIFA ha tomado cartas en el asunto. Sus medidas, sin embargo, apuntan a hacer desaparecer los agentes acreditados para sustiruirlos con "intermediarios". 
Los agentes que representan a más de tres jugadores en la Primera División española son al menos 24. No existe un registro oficial: el dato es fruto de la recopilación que este periódico ha realizado a partir de los datos de Transfermarket y de los contactos con los propios agentes. El valor de mercado que la citada web asigna a cada futbolista suma más de más mil millones de euros. 
El rey, en España como en Europa, es Gestifute. La empresa de Jorge Mendes –que no ha atendido a las preguntas realizadas desde este medio– mueve en la Primera División española jugadores que suman 224 millones de euros. En cuanto a número de jugadores, los españoles están por delante: el agente Manuel García Quilón, con 11, Bahía Internacional, con 17 y Promosport, con 20, representan a más futbolistas que el luso. La empresa con jugadores que suman un valor de mercado más cercano a la cartera de Gestifute es Bahía. Sin embargo, no llega a la mitad del valor de la empresa de Mendes.
Jorge Mendes (izquierda), asistiendo a un partido junto a Radamel Falcao. Jorge Mendes (izquierda), asistiendo a un partido junto a Radamel Falcao.
Pero este mercado está a un paso de quedar totalmente desregularizado. A partir del mes de abril los agentes ya no necesitarán una licencia FIFA, a la que accedían tras un examen, para trabajar. De hecho, ya no serán agentes, sino intermediarios. Y solo se les pedirá una condición: no tener antecedentes penales. Nada más.
Agentes bajo control
Se trata de una de las últimas decisiones de la organización que preside Joseph Blatter. Una decisión que quedó por escrito en la sesión número 30 de la FIFA, celebrada el pasado 21 de marzo. Según el presidente de la Asociación Española de Agentes de Futbolistas, sin embargo, este cambio sirve "no para regular, sino para controlar" su actividad. "Este reglamentodesprotege de garantías a jugadores y clubes", explica a El Confidencial Pedro Bravo, que encabeza la asociación. "Se permitirá que cualquier persona pueda convertirse en intermediario, con la única condición de no tener antecedentes penales, pero sin exigir ningún tipo de preparación o formación, ni seguro de responsabilidad civil, ni código ético...".
¿Quién permite que el 75% de las transacciones no pasen por agentes autorizados? ¿Por qué no se dan sanciones?
Si todo esto estaba aprobado, ¿cómo llega a producirse que el 75% de las transacciones no pasen por agentes autorizados? Bravo, como respuesta, tiene otra pregunta: "¿Quién lo permite? ¿Por qué no se dan sanciones?".
Según el nuevo reglamento FIFA, los agentes deberán recibir "una remuneración gradual que dependa del cumplimento del contrato" y que se aconseja que no supere el 3% del mismo. Y un 3% de un Cristiano Ronaldo no es, obviamente, lo mismo que un 3% de un jugador de Segunda: "Quien ha hecho el reglamento de la FIFA no conoce esta profesión: las llamadas, los kilómetros, los días lejos de casa...Y los salarios mínimos que se están aplicando en Segunda, no lo olvidemos, llegan a 64.000 euros", destaca Bravo. A la espera de cómo cada país aplique las recomendaciones de la FIFA, en España, asegura Bravo, "se están dando pasos para evitar la desregularización total", fijándose sobre todo en el modelo alemán. Pasos para evitar, asegura, "que esto se convierta en una barbaridad".